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Liderazgo

Empoderamiento femenino: por qué la industria del cuidado es clave para el crecimiento de las economías

Florencia Radici Forbes Staff

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María-Noel Vaeza, directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres, explica el círculo virtuoso que necesita generar América Latina para volver a la senda del crecimiento y por qué las mujeres tienen un rol central en esto.

18 Junio de 2024 05.44

Con un pasado plagado de posiciones internacionales, la uruguaya María-Noel Vaeza es, desde julio de 2019, directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres. Vaeza provenía de la sede de UNOPS, en Copenhague, donde se desempeñó como directora de la Oficina de Servicios de Portafolio Global, a cargo de los resultados operacionales de los portafolios globales de UNOPS y el establecimiento de alianzas estratégicas. Antes, fue directora regional de UNOPS para América Latina y el Caribe, responsable por un portafolio regional de 270 proyectos en 22 países con un presupuesto total de US$ 2.400 millones durante el período 2007-2013. Previo a su incorporación a Naciones Unidas, ocupó diversas posiciones en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay, país en el que obtuvo un doctorado en Derecho y Ciencias Sociales, que complementó con una Maestría en Políticas Públicas de la Universidad John Hopkins, en Washington DC.

¿Qué hacen específicamente en ONU Mujeres

Tenemos unas 30 oficinas en la región. Hay cuatro temas fundamentales que tratamos de avanzar con foco en la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Nuestro mandato viene de la Asamblea General de Naciones Unidas, que nos creó hace 12 años a partir de un merge de cuatro instituciones que existían. Tenemos un mandato tripartito y hacemos todo lo normativo a nivel global, pero a nivel nacional también, por ejemplo, si hay que apoyar a los gobiernos, hacer una ley integral de violencia, una ley de autonomía económica. Tenemos todas las capacidades técnicas para apoyar a los gobiernos. También tenemos un mandato de coordinación dentro de Naciones Unidas para que el tema de la mujer esté en el centro, lo que no es fácil.

La pelea por el lugar en la agenda… 

Pero lo vamos haciendo. Y cada vez más las agencias hermanas de Naciones Unidas se están ocupando. Ha sido fundamental la alianza estratégica con CEPAL. En la última Conferencia Regional de la Mujer, que fue en Buenos Aires, surge un nuevo concepto de desarrollo, el concepto de sociedad del cuidado, poniendo a la mujer al centro, que es fundamental. Y para nosotros es fundamental hacer efectos de demostración a través de proyectos operativos en los países que puedan demostrar que sí se pueden hacer las cosas de forma distinta, que se puede hacer un enfoque de género en en todas las áreas e industrias, que las mujeres pueden desarrollar cualquier tipo de trabajo y son complementarios a los que hacen los hombres.

¿Cuáles son los temas en agenda? 

Empoderamiento político. Argentina es diferente porque hay una ley que lo obliga, pero la mayoría de los parlamentos de la región tiene 70% de hombres. Si lo trasladás al mundo empresarial, solo el 6% de los CEO en la región son mujeres y solo el 17% integran los consejos de administración. Necesitamos medidas afirmativas y, si no hay medidas afirmativas, necesitamos voluntad política y presupuesto. Es muy importante que haya modelo de roles. El segundo tema es el tema de empoderamiento económico, la autonomía económica de la mujer, y seleccionamos cuidado e inclusión financiera. El cuidado es una nueva industria, es la industria del cuidado, que no tiene por qué estar desarrollada en los hombros de la mujer, solamente.

Sobre todo porque las mujeres son las que lo hacen… 

Son las cuidadoras. Hay una división sexual del trabajo porque somos madres. Como madre, el tema de cuidados era fundamental, pero si no hubiera tenido ayuda, no hubiera podido salir a trabajar. Es un tema que ataca a todas las mujeres: las de los techos de cristal, las de las escaleras rotas y las de los pisos pegajosos. Sobre todo los pisos pegajosos y las escaleras rotas, que son esas mujeres que quizás fueron violadas, madres solteras, madres adolescentes. Las familias tienen una integración muy distinta ahora, hay muchos divorcios y muchos hogares monoparentales.

La mayoría de los hogares monoparentales son de mujeres.. 

Sí, el 98%. Es importante destacar por qué el cuidado tiene impacto en la economía. Primero, el 60% de los egresados de las universidades son mujeres, pero después tienen que volver a los cuidados y no pueden integrar la economía. Y en países como los nuestros, que necesitan crecer, se necesita toda la energía posible. En nuestra región, solo el 52% de las mujeres trabaja. Y ese trabajo es principalmente informal: hay 120 millones de mujeres que trabajan en la informalidad. Y hay un 15% de trabajadoras remuneradas en cuidados. Bregamos para que haya una formalización de esos trabajos, que esas mujeres puedan acceder a una certificación, tener un trabajo y sueldo dignos, que puedan pagar impuestos, porque así el sistema se va autofinanciando. El segundo beneficio del dividendo es la generación de empleo en la industria del cuidado. Y el tercero es un efecto compuesto, porque si la mujer puede acceder a cuidados va a salir a trabajar. Es un círculo virtuoso. Cuando analizás el uso del tiempo de las mujeres, el cuidado representa entre un 20% y un 25% del PBI. Los países crecen gratis en nuestros hombros. Tenemos que reconocer, primero, que el trabajo no remunerado es un trabajo. Después, tenemos que redistribuirlo y reducirlo invitando a todos los demás a que sean co-responsables.

¿Cómo se empieza a trabajar para resolver eso? 

Primero, reconociendo que es un tema social, político y económico. Las pérdidas por falta de cuidado en la productividad de las empresas son muy grandes, así como la violencia contra la mujer. Lo más importante es reconocer que es un tema económico. Y no es un tema de mujer, es un tema de la familia, de la sociedad, del país. Se necesita voluntad política y presupuesto, pero como inversión, porque a la larga va a tener un rédito. El mundo está cambiando, lo que no cambian son las regulaciones, que siguen hablando del hombre que provee y la mujer que cuida. Tenemos que romper esos estigmas y estereotipos.

¿Qué opinás de los cupos, tanto en política como en el ámbito empresarial? 

Los cupos ayudan a generar una carrera que sea más igualitaria. Cuando una mujer entra en la carrera profesional, entra muchísimo más atrás, porque tiene los cuidados en el medio, es como una carrera de obstáculos. Las cuotas les dan rabia a los hombres, pero a la vez nos mueven. Y eso es lo más importante: que se mueva. Yo soy partidaria de la paridad, pero las cuotas te ayudan a llegar. ¿Quién les pidió mérito a los hombres para estar en los lugares? ¿Entonces por qué yo tengo que demostrar el mérito? El mérito también es muy injusto, porque salgo con dos maestrías y resulta que no tengo experiencia. Llegó por la cuota, perfecto, pero ¿sabés qué? Es mucho más eficiente que vos, va a duplicar el negocio. ¿Cuánta gente queda postergada porque no hay cupo?

Directamente no se las tiene en cuenta… 

Soy partidaria de los cupos, de la paridad, de hacer medidas afirmativas. Porque las medidas afirmativas logran que las mujeres avancen y participen en la economía de los países, y sean cada vez más importantes y esenciales para la economía. El secreto está en la participación en la economía, porque nuestros países no están creciendo, y no están creciendo porque hay un sector de la población que no está siendo considerado. Es la cosa más burra que he visto. Hay que abrir los ojos, hay que abrir la mente, hay que cambiar de actitud y hay que mirar a las mujeres de otra manera. No somos vulnerables, somos vulneradas en nuestros derechos. Es una gran diferencia. No me considero vulnerable para nada, pero considero que al no tener caminos que me permitan entrar se me vulneran mis derechos.

O sin defensas cuando hay vulneración… 

Claro, porque si no, ¿por qué hay tanta violencia contra la mujer? ¿Por qué una de cada tres mujeres ha sufrido de violencia en el mundo? Es una guerra. Creo en los cupos, en las medidas, en los hombres de buena voluntad que sí lo quieren hacer. Lo mismo sucede en las compañías cuando se transparentan los salarios y se ve que hay brechas porque se penaliza la maternidad. Si no tenemos hijos, ¿quién va a poblar los países? Las mujeres están hartas de ser discriminadas.

¿Hay que seguir eligiendo entre la carrera y la maternidad? 

No debería ser así. Cada vez más los millennials eligen no tener hijos, por diferentes motivos. Pero hay que eliminar las barreras. La participación de las mujeres en los consejos de administración es fundamental, hay un antes y un después. Noruega adoptó la norma de tener un 40% de mujeres en los consejos de administración hace 5 años. Las empresas que llegaron a ese 40% valen 40% más en el mercado y tienen muchísima más productividad. Lo mismo hicieron Suecia, Finlandia e Islandia. Por algo son los países más avanzados en materia de políticas sociales. Tenemos que mirar a países como los nórdicos.

Claro, pero esos países tienen muchas necesidades básicas ya resueltas en la sociedad… 

Sí, porque pudieron resolver el cuidado. Casi que eliminaron el embarazo adolescente a través de políticas públicas activas. Eliminaron la diferenciación de las mujeres en alto nivel. En Dinamarca, por ejemplo, uno de los productos más importantes de exportación que tiene son los diseños porque las mujeres entraron al mercado laboral y cambiaron la economía del país. Hay resultados impresionantes de convertirse en una economía de servicio que agrega valor. Y eso es lo que estamos tratando de hacer las mujeres. Las start ups de mujeres tecnológicas solo reciben el 2% de financiamiento. No nos dan la oportunidad.

En los últimos años, se avanzó en este tema. Por lo menos, en hablarlo… 

Se avanza a paso glacial. No se avanza mucho.

¿Ves un retroceso en los últimos años frente a la avanzada de los partidos políticos de derecha que denuncian la agenda “woke” o progresista que buscar ampliar los derechos de estos colectivos? 

Hay que separar el ataque que se hace tradicionalmente (movimientos antiderechos que no permiten el avance de la mujer) y la economía. Yo estoy hablando del empoderamiento económico de la mujer, que tiene que ir directamente relacionado con el desarrollo humano del país. El World Economic Forum dice que las grandes características para ser exitoso son: trabajo en equipo, tener empatía, solidaridad, trabajo en red. Son las características de las mujeres. Hay conservadurismos miopes que no ven esto y tenemos que hacérselo notar. No vas a crecer si no tenés a las mujeres, entonces ocupate de que las mujeres tengan ese espacio, que puedan acceder a crédito, que puedan acceder a tecnología y que puedan desarrollarse. Tenemos que demostrarlo con números, con empatía, indignarse elegantemente con una sonrisa. Es importante indignarse también. Pero tenemos que dejar que reinen los datos: como la frase “billetera mata galán”, bueno, “dato mata conservador”. Creo firmemente en los equipos mixtos, es la creatividad al máximo nivel, porque por suerte somos distintos. Tenemos que lograr esa igualdad de acceso para hombres y mujeres.

¿Qué impacto tiene la tecnología en esta agenda? 

La tecnología es clave. El 40% de las mujeres de la región no tienen acceso a tecnología. Desde la CEPAL iniciamos una iniciativa que se llama la Canasta Básica Digital, dándoles acceso a hardware y software. Es importante que pensemos en clave de acceso. Tenemos una plataforma que se llama Todas Conectadas para conectar millones de mujeres a que sepan cómo acceder a crédito, capacitación, socias, mercados. Y la IA, que tanto está creciendo, tenemos que liberarla de sesgos y estereotipos, que los tiene porque deriva de lo que ya existe. Tenemos que seguir esa lucha, porque la IA, el metaverso, replican los estereotipos de nuestro mundo. Por eso también hay que empujar a que haya más mujeres desarrolladoras. 

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