Escucha 'conato de incendio', o una alarma para evacuación, y entra en pánico. Más de diez años después, todavía siente el olor a humo que inundaba las escaleras del edificio de la Cámara de Comercio de Guayaquil. La mañana del 12 de julio de 2012 salió de las oficinas a tiempo, con un grupo de compañeros, cuando comenzaba el incendio en el complejo empresarial que causó la muerte de tres personas. Hay episodios que no recuerda, tuvo un bloqueo, pero lograron salir por la escalera de emergencias; tuvo tiempo de volver a la computadora y retirar la memoria externa, y luego bajar al subsuelo para sacar su vehículo. También se encargó de llamar al celular del entonces presidente del gremio para darle la alerta del incendio.
Mónica Rumbea (45 años) ha superado momentos traumáticos para avanzar en su carrera. Trabajó 17 años en uno de los mayores gremios de comerciantes del país. Estuvo en la Dirección de Eventos, Operaciones y manejó la organización de la Feria de Durán durante 10 años, que concentraba hasta 70.000 visitantes por día. En 2014 se fue al mundo de la publicidad, a la agencia Maruri, y, cuando la multinacional Grey Group la compró, se cambió a Grey Latinoamérica, donde trabajó con 14 países. Después saltó el charco y se fue casi tres años a Londres, como Relationship Manager en Grey Europa. Ahí se codeó con los creativos más reconocidos a escala global de 21 mercados y los CEO de esas agencias.
La pandemia la agarró en Reino Unido y vivió su segundo momento traumático: pasó 385 días de encierro, sola; no podía salir más de 8 kilómetros de su residencia para comprar las cosas esenciales. En 2021 decidió retornar a Ecuador y cofundar Venus y la Tierra, una agencia para el cambio, junto a John O'Hare, cofundador y director creativo, dedicado a la estrategia y diseño de marcas. Y, lo más reciente: desde enero de 2023 lidera She Says Ecuador, una red mundial que se creó en Reino Unido, hace 15 años, con sede en 55 ciudades, que busca impulsar el liderazgo de las mujeres de la industria creativa del país, crear redes colaborativas y lograr la equidad de género en el sector.
En noviembre de 2021 fue convocada como miembro del jurado en el Ojo Sostenible, donde fue la única representante de Ecuador en esa categoría. Para junio de 2022, fue invitada a unirse al Global CMO Growth Council for Progress, una iniciativa mundial para alinear la industria en una agenda común para transformar el marketing. Es licenciada en Administración de Empresas, con mención en Mercadeo; tiene maestría en Relaciones Públicas, Comunicación, Protocolo y Mercadeo, un diplomado en Organización de Eventos y otro en Planner.
Antes de irse a Londres, sufrió la pérdida de Pancha, su mimada mascota, que tenía 11 años con ella. A esta schnauzer, que era su compañera, tuvo que dormirla porque sufría un problema renal. Pero se llevó a Pepe, un perro mestizo que rescató afuera de la agencia Maruri, cuando tenía unos ocho meses. Ahora ya tiene 7 años y ladra desesperado para que lo saquen de la habitación, junto a Gia, la segunda mascota de la casa. Los ladridos son la banda sonora de la extensa entrevista.
¿Qué es Venus y la Tierra, me recuerda a la canción 'Sistema Solar', de Tiko Tiko?
Es una agencia creativa para el cambio, donde tratamos de ayudar a emprendedoras, empresarios y marcas que de alguna forma contribuyen a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, buscamos resolver sus problemas de negocios a través de la creatividad. Los clientes nos buscan por diversas razones, todos quieren sacar su marca pero no saben cómo. Hay que saber qué busca la marca y a dónde quiere llegar. El nombre obedece a un proceso estratégico con Jhon O'Hare, quien vivió más de 20 años en España, es cofundador, vino y estamos trabajando acá. La agencia arrancó en julio de 2021.
Antes estuvo por todos lados, ¿cuál fue el punto de quiebre hasta llegar a estos momentos?
El momento de quiebre tiene que ver con el empoderamiento y la realidad a la que nos enfrentamos. Cuando estaba en Londres, trabajando para Grey Europa, tomé la decisión de que me regresaba a Ecuador, lo más importante eran mis padres. En un contexto de pandemia, estaba sola, lo primero en que pensé era que mis padres iban a morir y yo no quería estar lejos. Ya había experimentado vivir afuera, allá estaba ganando muy bien, ¡muy bien!, y al volver me dije 'nadie me va a pagar lo que yo estaba ganando en Londres', es un tema de mercado, posiciones sénior, y de ¿qué tanto el empresario puede pagar esos sueldos elevados? Decidí que si iba a hacer un sacrificio económico, o si estaba dispuesta a hacerlo para empezar acá, era para hacer algo mío. Haciendo un research, Ecuador es el país número uno en emprendimiento femenino en Latinoamérica, y creo que la única manera de salir adelante es haciendo negocios. En el Colegio Americano una salía graduada de asistente administrativa bilingüe, hice prácticas en una empresa y enseguida comencé a tener trabajo. Pero ahora esa oportunidad, donde tal empresa que tiene 10 espacios para gente que se gradúa en la universidad, es muy peleada. Para 2030 se necesita crear 600 millones de puestos de trabajo en el mundo, para evitar que mucha gente que está en ciertos niveles no caiga en la extrema pobreza, y la única forma es el emprendimiento. Estuve consciente de que si alguien que está arrancado, a veces no tiene dinero y está vendiendo arroz con huevo frito, debe ser el mejor arroz con huevo frito; si hay 15, que esta persona sepa qué hace diferente a su producto. Eso es lo que se debe destacar. Ecuador es un mercado muy poco estratégico.
¿Estaba dentro de sus planes arrancar la carrera en la Cámara de Comercio muy joven?
A los 17 años surgió la oportunidad de estar en 3M, luego me fui a Panamá; la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil (UTEG) tenía un programa de impulso a los emprendedores. Y regresé para establecer ese proyecto, era algo relacionado con una incubadora de negocios. Luego me llamaron de la Cámara para que les ayudara a organizar el programa Estrellita de la Solidaridad, que recaudaba fondos a través de la venta de tarjetas, lo cogí en 1996. Era un trabajo por temporada navideña y me ofrecieron que me quedara, en esa época el presidente era Luis Trujillo, y el director ejecutivo Roberto Illingworth, y me quedé 17 años.
¿Qué hizo en la Cámara?
Hice de todo. Coordinadora de Eventos, luego directora de Operaciones, manejé la Feria de Durán 10 años, desde 2000 al 2011, cuando el Banco Central entregó la administración en comodato a la Cámara. Luego pasó a manos de la Cámara de Industrias.
Era un monstruo la Feria de Durán, ¿cómo la manejaba?
Lo más complejo era lidiar con los expositores el día que abríamos, porque todos llegaban tarde, y también la falsificación de entradas, los robos, ya que se saltaban las paredes. Cuando se presentó Proyecto Uno, en 2000, casi nos tumbaron las puertas.
¿Cuánta gente llegaba en esa época a la Feria de Durán?
El máximo de asistencia por día era 70.000 personas, y era un día de locos, que la gente se salía por las paredes. En los 10 días de feria los asistentes rondaban los 350.000, había días de 17.000, 25.000, cuando llegaban más de 45.000 era buena época, y el teatro estaba tercerizado para conciertos.
¿Después de organizar 10 años ese evento, se aburrió en la Cámara?
Luego volví a concentrarme en eventos. Cuando asumió la presidencia, Eduardo Peña, se enfocó en los socios. Después nos cambiamos, al nuevo edificio de las Cámaras, en la avenida Orellana, y estuve dentro del incendio.
¿Cómo fue esa experiencia, cómo logró salir del complejo empresarial?
¡Horrible! Hasta el día de hoy yo huelo a quemado y salgo corriendo, estaba adentro. Recuerdo que me faltaba maquillaje en mi cartera y me escapé a comprar rápido, antes de las 11:00, y al mediodía estaba en mi oficina. Una de las chicas me dice 'huele a quemado'. A mí me huele a cebolla, le dije, y cuando salimos de la oficina, vimos humo en los ductos, como en película de terror, y les dije 'nos vamos ahorita'. Volví a la oficina a recoger la cartera, me iba a subir al ascensor, y me acordé del disco duro externo, 17 años de información, y lo saqué. Era el piso tres, pero las escaleras necesitaban tarjeta magnética, esa parte ya no la recuerdo, tengo un bloqueo, luego me contaron. En el segundo piso dije aquí respiro, al abrir la puerta, y me tragué el hollín, mi miedo era no saber si abajo había o no fuego, salí cayéndome. Al menos, estuvimos 15 minutos en las escaleras. Salimos a la zona de emergencia y no se me ocurrió mejor cosa que correr al subsuelo para sacar el carro, pero no prendía. No sabíamos qué pasaba en el resto del edificio. Logré sacar el carro, llamé a mi hermana, y le dije: 'Avísale a mi papá que estoy bien'.
¿Cómo superó ese susto?
Terminé con asma a raíz del incendio. Me hice radiografías, tenía hollín en la garganta y en los pulmones. Durante seis meses tuve bronquitis cada mes. Cuando nos fuimos al edificio de La Previsora, piso 15, cualquier cosa me asustaba, me llevé un par de sustos, me quedé muy traumada. Luego me fui a Londres y había ejercicios de evacuaciones cada viernes, la primera ocasión casi muero de un infarto, me puse aguada.
¿De la Cámara se fue al mundo de la publicidad?
En 2014 me fui a Maruri, de directora del área de BTL. Luego, cuando Eduardo Maruri vendió la agencia, y lo nombraron presidente de Grey Latam, empecé a trabajar con él. Y comenzó su idea de irse a Nueva York, 'en dos años me voy', dijo. Pero el plan cambió y surgió la propuesta de ir a Londres, cuando le ofrecieron la presidencia de Grey Europa. Le había ido muy bien en Latam, estaba en números bajos en el ranking de Creatividad en Cannes y logró levantar el perfil, entonces le dijeron: 'Esto queremos hacer en Europa'. Me preguntó: '¿Se anima?, ¿se viene?'. Mis planes eran irme a vivir fuera, así que acepté ir a Londres, con Grey Group Europa, a la meca de la publicidad, me fui a la posición de Relationship Manager. Manejábamos 21 mercados en Europa, más 14 que había tenido a cargo en Latam, terminé teniendo contactos con creativos de 35 países y los CEO de esas agencias. Europa no era la primera región de Grey y la idea era quitarle a Latam el puesto.
¿Y lo lograron?
Cannes cambió el esquema de puntuación y ya no era un tema de cuántos leones podías ganar, sino cuántos puntos puedes hacer ganando leones; si era por puntos diría que sí, si era por leones, no, pero es subjetivo. Estuve dos años nueve meses en Londres, entre finales 2018 y marzo 2021, y volví para emprender.
¿Cómo se involucra en el proyecto Red Victoria para tenderos en el país?
La Cámara de Industrias de Guayaquil iba a lanzar Red Victoria y buscó incluir a las tenderas a través de un programa de asistencia técnica. Cuando conversé con Luis Fernando Salvador, director ejecutivo, me preguntó si estaba interesada en ser la coordinadora operativa del programa, que tiene de aliados a empresas privadas que lo financian. Hemos graduado a 520 tenderas. Realizamos capacitaciones al tendero sobre manejo de sus finanzas. Es increíble, cuando estás metido en programas de emprendimiento y liderazgo femenino, cómo todo se vuelve un movimiento. Y así justamente es que termino con She Says, que es una fundación global, que se interesa por tener un capítulo en Ecuador. Es una ONG que ha tenido reconocimiento internacionalmente y trabaja para ayudar a las mujeres en la industria creativa a avanzar en sus carreras.
¿Cuál es el trabajo en la práctica de la fundación?
She Says Ecuador busca ayudar a las mujeres de la industria creativa a avanzar en sus carreras. Este proyecto es muy importante para mí, ya que luego de tomar la decisión de emprender en esta industria, y ver cuántos amigos y conocidos lo han hecho y cuántos otros aún se sienten con limitantes o miedo, quiero ayudar e impulsar a otras personas en este proceso. Trabaja desde el área de planning, cuentas, desarrollo de negocios, producción, diseños, creatividad. Si hoy eres diseñadora y mañana quieres liderar una agencia, ¿qué tienes que saber? No puedes decirme soy diseñadora y no sé nada de cuentas, no sé de negocios: tienes que manejar cuentas de ingresos y pérdidas, nómina. Cuando estaba en Londres, me preguntaba cuál es el drama con el movimiento me too y LGBTI, pero como ecuatoriana me abrieron los ojos, es un tema de inclusión.
¿Estamos atrasados?
Estamos muy atrasados, lamentablemente si uno escoge la bandera, mañana la mitad de los clientes se pueden ir porque te dicen: 'No trabajo con alguien que impulse estos temas, porque mi marca no va con eso'. Pero con el liderazgo femenino sí.
¿Cómo She Says cambia esos paradigmas?
Con She Says buscamos cómo evadimos y superamos eso, mañana una diseñadora pide un aumento de sueldo y le toca negociar, ¿cómo lo hace? Nadie le enseña eso. Si mañana tu jefe te trata mal, ¿cómo pones un alto sin que digan que eres conflictiva? No solo es conversar de los temas que te interesan, publicidad, si quieres ir a Cannes, sino que impartimos otras herramientas, la idea es ir sumando a más mujeres. Están abiertas las inscripciones en esta comunidad para quienes quieran avanzar en sus proyectos profesionales. (I)
*El artículo original fue publicado en la edición impresa No. 11 de abril de 2023.