Proveniente de dos familias dedicadas al sector de la agricultura en el centro del país, específicamente en los cantones Baños y Píllaro en la provincia de Tungurahua, Juan Carlos Alulema es el dueño de dos de los restaurantes más reconocidos del país: Tagualó y Nuum. Se define como una persona apegada a este sector productivo, pues desde su infancia vio de cerca el arduo trabajo que realizaban sus abuelos, dedicados netamente a la producción agrícola.

"Hacer producir la tierra me parecía un trabajo extraordinario, muy digno", recuerda Alulema. Su afición a la cocina comenzó en su casa, gracias a la sazón de su madre y de su familia materna y al ser el último de sus hermanos, recuerda que en las reuniones familiares siempre ayudaba en la cocina, o en aquellos días de frío en los que hacían empanadas de viento. "Me gustaba. En un momento no era la profesión que quería seguir, pero era algo que tenía presente, que era un negocio que me podría interesar en cualquier momento".

Empezó estudiando ingeniería mecánica, algo que le gustaba y que no lo veía tan mal. Cuando abandonó el nido, se dio cuenta de que "la profesión que vas a ejercer es algo que te va a acompañar toda la vida". Al poco tiempo, se dio cuenta que la ingeniería mecánica no era lo suyo y empezó a ver nuevas opciones, principalmente en Quito. "Tal vez, en Ambato estaba en una burbuja en la que no veía otras profesiones, y empecé a averiguar sobre gastronomía y turismo, que era otra de las opciones". Una experiencia de 'work and travel', mientras continuaba sus estudios en ingeniería mecánica, definió su panorama.

"Ya no me matriculé. Llegué a la casa a decir que ya no iba a estudiar y fue un desbarajuste con la familia, una bronca de mi papá con mi mamá y tampoco se comprendía bien. Hace 13 años no había este movimiento gastronómico que ahora vemos, hay muchos restaurantes y cocineros haciendo cosas chéveres, muchos productores con productos de alta calidad".

Alulema tuvo la fortuna de viajar por varias partes del Ecuador conociendo sus productos, con el objetivo de abrir su abanico de sabores. La curiosidad de conocer y ver nuevos productos y sabores lo llevaron a realizar esta serie de viajes. Se radicó en varias localidades como Baños, Puerto Cayo. En cada una de ellas vivió una serie de experiencias que lo formaron, desde recolectar alimentos silvestres, hasta convivir con familias de pescadores y aprender a pescar junto a ellos, además de quedarse maravillado con la sazón de las mujeres costeñas y realizar su tesis de grado sobre pesca. "Tal vez mi fuerte es el pescado y los mariscos", añade. (I)

¿Cómo nacieron las ideas de abrir dos de los restaurantes más reconocidos del Ecuador? Disfruta de la entrevista completa y descúbrelo: