Boris Arciniegas visitó nuestras oficinas en Quito para esta entrevista. Su outfit estaba compuesto de un traje formal, que evidenciaba su posición de liderazgo y -al mismo tiempo- escondía, perfectamente, su carisma jovial, muy propio de los cuencanos. Solo necesitamos 30 segundos para que apareciera la primera carcajada. Pertenece a la nueva generación de ejecutivos, aquellos que impulsan el liderazgo transformacional y rompen los mercados, con servicios y productos disruptivos. Su mantra “más que ayer y menos que mañana” le motiva a mejorar todos los días y, sobre todo, a adaptarse a los cambios. Un claro ejemplo es que su empresa, en la pandemia, trabajó normalmente y creció el doble, en 2020 y 2021.

Cuentan con más de 300 clientes frecuentes, en los seis países en donde tienen presencia, y se ganaron la reputación de ser “expertos” en todos los servicios que ofrece el gigante Microsoft. Alrededor de 200 personas trabajan bajo el liderazgo de este amante de las matemáticas y la tecnología. Su visión los ha llevado a ganar 18 premios, nueve globales y nueve regionales. Esperan muy pronto ser reconocidos a nivel mundial y Arciniegas nos cuenta cómo planean hacerlo.

¿Por qué decidió ser ingeniero?

Desde niño me gustaban las matemáticas, los números y la tecnología. La carrera que agrupaba todo era Ingeniería en Sistemas y sabía que me ayudaría a hacer algo importante para cambiar el mundo, pero no lo iba a lograr desde Cuenca. Siempre fui buen estudiante, tengo cerca de 50 diplomas desde el jardín y fui abanderado en el colegio. En la universidad participé en varios concursos de programación y uno de los premios fue hacer pasantías en Quito. Todas las multinacionales de informática están concentradas en esta ciudad y comencé en la parte técnica, pasaba todo el día en la computadora programando. Luego, me cambié a la parte comercial y fui gerente de Intergrupo por cinco años. Me di cuenta que tenía que hacer algo propio y hace 13 años fundé, con unos amigos, Business IT.

¿Cuál fue ese motivador para emprender y crear su propia empresa?

Es una historia interesante (dice con voz seria). En 2009, me enfermé por trabajar mucho y estuve cuatro meses con permiso médico. Me dio tendinitis en el bíceps del brazo derecho, no podía moverlo y era muy doloroso. Intenté hacer todo con el izquierdo y luego no podía mover ningún brazo (comenta entre risas). Tuve mucho tiempo para pensar y Steve Jobs tenía razón cuando dijo: “la vida te da con un ladrillo en la cabeza cuando necesitas cambiar”. Me estaba sacrificando por algo que no era mío. Regresé del permiso médico, renuncié y creé mi propia empresa.

Suena fácil, pero seguro no lo fue.

Nacimos en Ecuador y nos expandimos en 2014 a Panamá. Llegamos a Perú en 2017 y después abrimos Bolivia, Costa Rica y Estados Unidos. Fundé la empresa con otros dos socios, con quienes invertimos US$ 100.000 para abrir las operaciones. En ese entonces tenía ahorros, no estaba casado ni tenía hijos. Los primeros meses fueron los más difíciles, pero tomamos buenas decisiones desde el principio. Hicimos una validación previa, con un estudio de mercado, para conocer cuáles eran las soluciones técnicas más solicitadas. Además, yo ya tenía experiencia creando empresas desde cero porque fui el primer empleado de Intergrupo, cuando llegó al país. Me tocó hacer cosas que no te enseñan en ninguna universidad y -por ende- el proceso de crear Business IT no fue tan complicado.

¿Qué estrategias le ayudan a mantenerse en el mercado?

Creamos una empresa exitosa porque nos asentamos en tres pilares. En primer lugar, cambiamos muy rápido porque las compañías que sobreviven no son las más grandes, sino las que se adaptan con velocidad. Para nosotros es súper importante cambiar todos los días y ver lo que está haciendo la competencia. El segundo pilar es analizar a las empresas más grandes (Google, Amazon, Microsoft…), conocer sobre sus buenas prácticas y aplicarlas en la nuestra. El último es innovar todos los días. Buscamos que los empleados aporten ideas y potenciamos una cultura creativa para salir adelante. Mis papás me enseñaron que con el liderazgo transformacional puedes inspirar y motivar para que los colaboradores crezcan y aporten al negocio. Siempre les digo a mis compañeros que Business IT va a ser tan grande como la gente que la conforma.

¿Cuál es su core de negocio?

Ayudamos a cualquier tipo de organización a acelerar su proceso de transformación digital. Lo que hacemos es aprender y entender las últimas tecnologías para ayudar con su implementación. Por ejemplo, hace 13 años la nube estaba en crecimiento y ahora todos quieren estar en la misma. En esa época, no había muchas empresas especialistas y eso nos permitió expandirnos en América Latina. Ahora, ya estamos subimos en la ola de la Inteligencia Artificial y listos para estos nuevos retos. 

¿Las empresas en Ecuador están listas para estas herramientas?

Sí, hay muchos interesados en mejorar su productividad.

¿Cuál es su principal diferenciador?

Trabajamos -casi- solo con Microsoft porque la tecnología evoluciona muy rápido y cada día aparecen cosas nuevas. Hay empresas que venden de todo y no se especializan en nada; a un solo técnico le toca saber de un montón de cosas. Esos negocios, con conocimientos básicos, cuando salen de Ecuador no tienen ningún diferenciador. Por eso, decidimos ser especialistas en todas las tecnologías de Microsoft y nos comenzaron a reconocer, en la región, como los que más sabemos de esto. Es un enfoque diferente que nos ayudó a salir de Ecuador y ganar mercado rápidamente. Este año tenemos previsto abrir en República Dominicana y llegar a 250 personas en nuestra nómina (en total en todos los países).

¿Cómo ha logrado manejar el crecimiento de Business IT?

Yo sigo siendo la cabeza y con el proceso de internacionalización aprendí un montón. Al inicio intentamos enviar gente ecuatoriana y vender desde aquí, pero no funcionó. Es así que optamos por que cada país tenga su nivel de independencia, con una estructura y un gerente local. La gente prefiere comprar y confiar en personas de su entorno. Sin embargo, la coordinación, la estrategia y la dirección se realiza desde Ecuador. Siempre he pensado que si nací en este país es por algo y tengo que aportar con un granito a la economía nacional.

Es de los pocos que aún apuesta por el país.

Mucha gente tiene un pensamiento tercermundista y esto viene desde las escuelas. Aún no se dan cuenta que las personas que están dominando el mundo son los “nerds”: Bill Gates, Jeff Bezos… Nosotros no valoramos eso. Si un estudiante gana un concurso de matemáticas es mal visto y -posiblemente- le hacen bullying. En cambio, si es bueno en los deportes, seguro, es el más popular de la escuela. Limitamos y castigamos tener buenos estudiantes, lo que impide que el país salga adelante. En la India se dieron cuenta que la única forma de salir de la pobreza es estudiando y nosotros aún no lo hacemos.

¿Sus expectativas de crecimiento?

La visión es ser reconocidos globalmente como una marca que apoya a las empresas a acelerar la transformación digital hasta 2032. El objetivo es salir de América e ir a otras geografías para ser una marca global. A mediano plazo pensamos comenzar en Europa, posiblemente en España.

¿Qué implica la transformación digital?

Primero, hacemos un diagnóstico sobre la adopción y la madurez de las tecnologías de nuestros clientes. Después, les proponemos herramientas para impactar en los objetivos del negocio y en los procesos claves. Por ejemplo, si una aseguradora tiene todos sus procesos manuales y se demora un mes en emitir una póliza, perderá clientes cuando una haga lo mismo en pocas horas. Nuestros servicios permiten atender mejor a los usuarios, reducir los tiempos de respuesta y sobre todo impulsar la productividad. Además, los empresarios deben considerar que una solución funciona cuando no solo se costea la tecnología, sino también los procesos y las personas.

¿No importa si las empresas son grandes o pequeñas?

Cuando empezamos nos enfocamos en ayudar a empresas grandes, pero nos dimos cuenta que las medianas y las pequeñas son más rápidas en adoptar tecnologías. Con la nube, todas pueden tener el mismo nivel de seguridad y fiabilidad; no importa si tienes 5.000 empleados o solo cinco. Bajo la nube todos son iguales y esto democratiza la tecnología e iguala a todas las compañías, creando disrupción en los mercados. Si las más grandes no se vuelven más ágiles, las pequeñas les pueden quitar toda la participación.

¿Cómo logra liderar todos estos países y tener un equilibrio en su vida personal?

Necesitas delegar. Uno no puede estar pendiente de todo, es indispensable escoger bien el equipo y hacerles entender que son igual de importantes. Siempre hay áreas que se creen mejores que otras. Sin embargo, para llegar a una meta todo debe funcionar. Eso hace que las personas y las áreas se empoderen y uno tiene que estar abierto a los errores en esta curva de aprendizaje. Algo que siempre repito es que hay que fracasar rápido y fracasar mucho para tener éxito. Además, para no volverme loco, me gusta mucho la meditación y el deporte. Hace unos ocho años tuve un ataque de ansiedad y entendí que ser perfeccionista afecta tu salud mental y te impide manejar los problemas que surgen a diario.

¿Qué metas tiene para el futuro?

Mi idea es que la gente dentro de la empresa crezca lo suficiente para que yo no tenga que estar ahí. Seguramente, voy a dedicarme a crear otros emprendimientos. (I)