"Ecuador es un mercado joven, todavía hay mucho por rebanar"
Carlos Merino proviene de una generación que fue marcada por la violencia de los años ochenta en Perú. Eso lo hizo más resiliente y lo aplica en toda su vida. Es el CEO de DP World en Ecuador y Perú, dos puntos en plena expansión portuaria.

El CEO de DP World en Ecuador y Perú nació, se crió y estudió en Lima, pero luego se fue a cursar sus estudios de cuarto nivel en Boston, Massachusetts y París. Estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Ricardo Palma de Lima y al inicio creyó que la carrera era para reparar grandes máquinas industriales, pero más bien aprendió las bases para irse especializando en la gestión y en la administración de empresas. 

Esta entrevista con Carlos Merino González no es netamente sobre puertos, también es una conversación más personal para conocer cómo se forma un líder de la industria portuaria. Tiene 48 años, con más de 20 años de experiencia en el mundo logístico y portuario. Se define como un líder más reflexivo, enfocado en pocas cosas, incisivo cuando quiere algo. Enumera entre sus valores la honestidad, la transparencia. Es reservado, introvertido en ciertos momentos. "Pero como soy consciente de eso, me rodea gente que es más extrovertida. Y lo suplo". 

Destaca en un equipo que sea altamente efectivo, con una agenda en común. Debe existir transparencia y complementariedad. Cree que uno de los atributos que debe tener como líder es ser consciente de sus propias debilidades. "Es trillado ya cuando se dice: 'Tienes que elegir mejor gente que tú', pero es verdad, y lo duro es darte cuenta de que a pesar de que tú tienes el cargo más grande, no tienes el cerebro más grande".

Salir de su país a estudiar fue la gran oportunidad, dice, no por el contenido de la maestría en sí mismo, sino que "el viaje, la experiencia de vivir fuera, estar en contacto con la gente que piensa diferente a uno, fue la mayor riqueza". Lo hizo madurar, emocionalmente lo complementó, le dio una visión que le ayudó a asumir las diferencias como parte de un todo. 

Reconoce que "iba a estudiar era arte, me gustaba pintar". En el colegio le dijeron que su vocación se orientaba para las ciencias sociales, así que la decisión estaba entre estudiar arte o antropología. Pero las influencias paternas le asignaron el camino de una profesión que lo ha llevado a liderar una multinacional en Perú y Ecuador, que entre ambos países suma una nómina de 3.300 colaboradores de forma directa, y con terminales modernas en plena expansión. DP World es una organización global, con sede en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, que opera puertos y terminales, con una red interconectada con más de 350 unidades de negocio en más de 78 países. 

En sus primeros años profesionales estuvo en una empresa cervecera y en una fábrica de galletas. Hasta que llegó a Paita, en el norte de Perú, para gerenciar un puerto pequeño en ese entonces, que años después sería comprado (50 %) por la multinacional de origen dubaití, que puso sus ojos en Sudamérica, y que también había ganado la concesión de la terminal sur en el puerto del Callao. Después arrancó sus inversiones en Ecuador, en 2016; a través de una alianza público-privada comenzó a construir desde cero una nueva ciudad portuaria en Posorja, que era una parroquia rural conocida por la pesca artesanal y figuraba en la historia como el antiguo balneario —de inicios del siglo pasado— de la gente pudiente de Guayaquil. 

A finales de agosto de 2024, Carlos Merino González recibió a Forbes Ecuador en su oficina en el edificio administrativo del Puerto de Aguas Profundas de Posorja, a 80 kilómetros de la zona urbana de Guayaquil. Desde la nueva carretera, que conecta la vía a Playas y la terminal portuaria, se divisan las cuatro grúas gigantes junto al muelle, donde se descargan contenedores del buque Valparaíso Express. Ha sido una semana ajetreada en su agenda. Además, desde febrero de 2024 la empresa anunció su nombramiento como CEO de Perú, que se sumó al cargo que ya tenía en Ecuador desde 2021. Desde entonces, sus viajes son más frecuentes entre los dos países.

Después de la entrevista de una hora, sacó su celular para mostrarnos los cuadros pintados, en sus años pasados, y siente las ganas de retomar la vena artística. Dejó el saco, se colocó el chaleco reflectivo y el casco para recorrer el patio de contenedores, organizados como piezas de legos, y el muelle, el corazón del puerto. "El muelle es una pieza fundamental, es sorprendente la capacidad de estas grúas inmensas, de cuán rápido pueden ir para cargar y descargar, y la capacidad que tiene para enfrentar estos barcos inmensos lo más rápido posible". 

Ahí explica dónde arrancarán las obras de la segunda fase de Posorja, la ampliación del muelle a 700 metros y la capacidad para 1,4 millones de TEU, que estarán listas en 15 meses, espera iniciar en octubre o noviembre de 2024. Proyectan que antes de terminar la segunda etapa —donde se invertirán US$ 140 millones— se active la tercera fase. Pero "vamos viendo", responde cuando se le pide los planes futuros. 

¿Cómo se siente cumplir cinco años de operación de DP World Posorja en Ecuador? 

Muy bien, porque son cinco años de crecimiento sostenido. Ha sido bastante grande el esfuerzo de todo el equipo humano que trabaja en Posorja, son más de 700 trabajadores que hacen crecer el terminal como lo que es, un centro logístico que apoya al Ecuador en su comercio exterior todos los días. 

¿Qué le parece Ecuador, se siente dividido ese corazón?

Me gusta sobre todo en sus detalles, no tanto en sus cosas muy grandes, igual que mi país. Me gusta venir a Posorja, parar en un punto estratégico que tengo desde Guayaquil para tomar mi café, me gusta la rutina, y el camino tiene mucha vegetación, en comparación con otras localidades en las que he trabajado, donde primaba el desierto. 

¿Es un hombre de rutinas?

Creo que la rutina, fuera de lo que significa la palabra en sí misma, es una herramienta fundamental que nos da constancia, de alguna forma es la base para llegar a cumplir los objetivos. Entonces, por más que sean rutinas simples o complicadas, de días muy largos o quizás cortos, vale la pena tener una.

¿Cuál es su rutina la principal?

Levantarme muy temprano, 05:00 a 5:30 aproximadamente, leer correos electrónicos, después de un respiro y un pensamiento breve sobre lo que hay que hacer en el día y en la semana. Luego empezar a conversar con la gente, principalmente con mis reportes para ver qué está pasando, cuáles son los hotspots, qué novedades me tienen sobre los principales negocios, ocurrencias en los centros de negocio en Perú y en Ecuador, en las diferentes unidades, puertos o logística. 

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