Nació en Ibarra, pero llegó con su familia a Quito cuando tenía siete años. Graduada de la carrera de Administración de Turismo en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), Eliana Toapanta dio sus primeros pasos en el sector turístico en empresas como Ranft Turismo y la Hostería Jatuncocha, además colaboró con su padre en la revista Acelerando y en la agencia de viajes Illingworth Travel, liderada por uno de sus profesores universitarios.
En 2007 decidió irse a Medio Oriente, por motivos personales, dice, estableciéndose primero en Egipto, país en el que permaneció hasta mediados de 2013. A finales de ese año, se trasladó a Dubái para hacerse cargo de la sucursal de la empresa Golden Nile. Trabajó hasta mediados de 2021 en esta firma, hasta que en septiembre fundó, junto con su esposo egipcio, Imperial Central Tourism. Es una operadora de turismo que arma paquetes para visitantes a países de esa región.
¿Cuál fue el momento más difícil que enfrentó durante su estadía en Egipto?
La Primavera Árabe de 2011 y el golpe de Estado de 2013. Enfrentamos el cierre de las oficinas de Golden Nile por varios meses y las cancelaciones de las reservas. El turismo en Egipto recién se pudo levantar entre 2014 y 2015.
¿Qué alternativas se planteó para no verse afectados por la crisis del turismo en Egipto?
Yo planteé a la administración de Golden Nile trabajar otros destinos de Medio Oriente que no se vieran involucrados en conflictos, como Israel, Jordania y Emiratos Árabes Unidos. Esta empresa normalmente trabajaba con el mercado latinoamericano, al cual le gusta viajar a estos destinos, principalmente a Israel por el tema religioso. Estuvieron de acuerdo e hicimos una fuerte campaña entre nuestros clientes y esta estrategia pudo salvar de la quiebra a la empresa. A raíz de esto, la empresa abrió una oficina en Emiratos Árabes.
¿Usted estuvo considerada desde el principio para liderar esta oficina?
La propuesta para hacerme cargo de la oficina me llegó cuando regresé al Ecuador en julio de 2013. Luego, en septiembre llegué a Dubái para ver los trámites, me dije 'si me gusta, me mudo'. Me gustó muchísimo y sentí que este era el lugar donde quería trabajar.
¿Cómo fueron sus primeros meses en Dubái?
No me fue difícil acostumbrarme a su cultura, me encanta Dubái. Es diferente a Egipto en cuanto a costumbres. El contraste entre la cultura occidental y Medio Oriente sí es fuerte. En esa época, la gente de Egipto era más conservadora, por lo que, al llegar a Emiratos Árabes, fue algo opuesto. El 80 % de su población es extranjera migrante, es una combinación de culturas en las que se respeta su idiosincrasia. Aquí no existen restricciones y temores, pero debemos regirnos a las reglas que establece el país.
¿Y cómo son los procesos en las empresas turísticas en Medio Oriente?
Aquí en Emiratos Árabes no sentí la diferencia, porque es básicamente muy sencillo. En turismo no existe una ciencia exacta que tengamos que seguir, solo concentrarnos en los precios que ofrecemos a los viajeros y organizar sus itinerarios de viaje de manera correcta. Puedo decir que en este país he encontrado la estabilidad y seguridad que no hay en otros lugares.
¿Cómo nace la idea de Imperial Central Tourism?
La idea nació al salir de Golden Nile, a mediados de 2021, cuando la empresa cambió sus estructuras a consecuencia de la pandemia y el tema administrativo se volvió complicado. Mi esposo fue quien me impulsó a tomar la iniciativa luego de pensarlo por mucho tiempo. Empezamos con una inversión inicial de US$ 60.000, incluyendo aspectos como la licencia de funcionamiento y el arriendo. Fue una sorpresa para mí que él constituyera la empresa en menos de una semana, fuimos a buscar la oficina y los muebles, y así comenzamos. A la par yo tenía un negocio alterno en el que hacía cajas de regalos y cerámica artesanal.
¿Cómo funciona su modelo de negocio?
Dentro de la categoría de empresas de turismo, en el mundo existen las mayoristas, que hacen contacto con los operadores. Eso es nuestra empresa. Tomamos el producto de uno o varios operadores en cada país para nuestro propio catálogo de servicios. Ellos compran nuestro producto y lo distribuyen a las agencias minoristas. Nosotros, al tener una diferencia horaria de nueve horas con los países latinoamericanos, tenemos dos horarios para abarcar a las empresas que nos contactan y así puedan tener una respuesta más rápida. Nos distingue la combinación de las diferentes culturas de las personas que trabajan con nosotros y pueden transmitir al viajero esa esencia. Tenemos paquetes fijos y hechos a la medida para los turistas que desean realizar varias actividades durante su viaje.
¿Cuántas personas trabajan actualmente en la empresa?
Actualmente somos cinco personas. Trabajamos con gente de Filipinas, España y Egipto (mi esposo es de nacionalidad egipcia).
¿Cuáles son las principales regiones que abarca su empresa?
Latinoamérica (principalmente Brasil), España, Portugal y también trabajamos con mercados con los que no hemos estado acostumbrados a hacerlo, como Italia y Europa del Este. Egipto, Emiratos Árabes y Jordania son los destinos que más se venden. Tenemos programas de viaje combinados, por ejemplo, la gente que desea visitar Egipto y Emiratos Árabes, o Egipto y Jordania.
¿Cuáles son sus proyecciones de crecimiento?
Estamos en conversaciones con empresas mayoristas de Ecuador y planeamos expandirnos además a México, Perú, Colombia y Argentina. Tenemos actualmente entre 1.200 y 1.300 personas con las que hemos trabajado, entre turistas y agencias de viaje que adquieren nuestros paquetes. En este tiempo hemos facturado más de US$ 500.000 y para nuestro segundo año, esperamos incrementar este monto a un millón de dólares, crecer entre un 250 y 300 %. Tenemos un plan de marketing extenso, participando en varias ferias de turismo alrededor del mundo. Eso nos ha dado grandes resultados que los veremos el próximo año.
¿Van a incrementar nuevos destinos en sus paquetes?
Tenemos planeado empezar con Arabia Saudita e Irán.
¿Cómo están preparados para el Mundial de fútbol que se celebrará en Catar este fin de año?
A nosotros nos gustaría mucho vender planes a Catar, pero el país no tiene la capacidad para recibir a todos los fanáticos del fútbol. Una de las limitantes con las que contamos es que la FIFA ya tiene ciertas agencias que cuentan con su licencia para vender los paquetes. En los próximos meses tendremos más claro el panorama para poder participar. Sin embargo, tenemos reservas de vuelos desde Dubái para que los turistas se acerquen a Doha, pues la distancia en avión es de 45 minutos.
¿Qué es lo que más extraña de Ecuador?
Extraño la cordialidad y amabilidad de las personas. (I)