Del vuelo en V de las aves a las empresas: la táctica que impulsa la colaboración de los equipos
Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo
Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo
Seguramente te has detenido a mirar alguna vez cómo las aves migratorias trazan el cielo con su meticuloso vuelo en V. Más allá de ser un espectáculo natural, esta formación es una lección viva de eficiencia, unidad y liderazgo colaborativo, resonando profundamente con los desafíos y dinámicas del entorno corporativo actual.
Este comportamiento no es solo una estrategia de supervivencia para las aves; es una potente metáfora del trabajo en equipo eficaz que podemos aplicar en nuestras organizaciones. Al observarlo, encontramos principios transformadores que pueden enriquecer la forma en que nuestros equipos operan, brindándonos claves para mejorar la colaboración y alcanzar logros extraordinarios juntos.
El vuelo en V no es solo un espectáculo natural, sino una lección en eficiencia aerodinámica y apoyo mutuo. El ave que va al frente corta el viento, disminuyendo la resistencia para las que siguen, permitiendo al grupo alcanzar distancias mayores con menor esfuerzo.
“Al volar en formación en V –detrás y al lado del pájaro de delante– los pájaros que van detrás agitan sus alas en fase, lo que les permite tener un impulso extra proveniente del pájaro de delante”, explica la célebre revista científica Nature en base a un estudio de grabación de aves.
En cada vuelo en V, el primer puesto directriz se reemplaza cuando ese ave se agota, dando paso a otra de atrás, para que encabece la bandada. Este fenómeno subraya la importancia de la colaboración, el liderazgo distribuido y el soporte mutuo, resonando profundamente con la dinámica del trabajo en equipo efectivo.
El paralelo entre el vuelo en V de las aves y el trabajo en equipo en seres humanos es más que una metáfora; está respaldado por investigaciones, entre ellas el Proyecto Aristóteles de Google, iniciado en 2012.
A través de diversas metodologías, analiza cientos de equipos de la empresa, para identificar características de equipos de alto rendimiento y a aquellos menos efectivos. Se releva una amplia variedad de aspectos del trabajo en conjunto, desde la composición de los equipos y las habilidades individuales de sus miembros hasta las dinámicas de interacción y colaboración que se establecen entre ellos.
Uno de los principales hallazgos del Proyecto Aristóteles reveló que los factores determinantes del éxito de un equipo no residían tanto en las cualidades individuales de sus miembros, sino más bien en cómo interactuaban entre sí.
Entre los componentes clave identificados, la "seguridad psicológica" emergió como el elemento más crítico, seguido de la dependencia y estructura, la claridad de roles, el significado e impacto del rol para cada persona.
La seguridad psicológica, en particular, se refiere a un ambiente de equipo en el cual los miembros se sienten seguros para tomar riesgos y ser vulnerables entre sí, facilitando así una colaboración más abierta y efectiva.
Si lo que deseas es un equipo colaborativo y alineado, es posible desarrollar una cultura de apoyo mutuo. Estos son tres de los principales pilares a desarrollar:
Promover la confianza y el respeto: Es vital que cada miembro se sienta valorado y escuchado, creando un clima de seguridad donde las ideas fluyen y los errores se convierten en lecciones.
Definir una visión compartida: Al igual que las aves tienen un destino en común, es esencial que el equipo comparta un objetivo claro y coherente, delineando el papel de cada uno para conseguir las metas. En este punto, es fundamental transmitir con transparencia el propósito de la empresa, los desafíos y cómo, en conjunto, se pueden superar.
Flexibilizar el liderazgo: Inspirándose en el relevo dinámico de liderazgo del vuelo en V, es beneficioso rotar roles de liderazgo, fomentando el desarrollo de todos los miembros y distribuyendo las responsabilidades de manera equitativa. En algunas compañías de Latinoamérica con las que trabajo como su coach ejecutivo, la alta gerencia dispone de estas rotaciones cada cierto tiempo, que sirven para ampliar la experiencia de los colaboradores y, a la vez, un mayor conocimiento del negocio central, y de los colegas de trabajo. Así, la red es cada vez más grande, para nutrir ese apoyo y relevo esencial cada vez que sea necesario.
Entonces, reflexionando sobre el vuelo en V, es claro que las lecciones de las aves migratorias van más allá de la simple coordinación; nos hablan de un compromiso más profundo con los principios del liderazgo colaborativo y la sinergia grupal.
Si adoptas estos principios, abrirás la puerta a un entorno laboral donde la seguridad psicológica y la confianza se convierten en tierra fértil para la creatividad y el crecimiento. Como resultado, los equipos estarán mejor preparados para afrontar desafíos complejos y satisfacer los resultados, a partir de elevar el involucramiento de ellos mismos junto a sus colegas.
Daniel Colombo
Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 32 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado, Miembro y Mentor en Maxwell Leadership, el equipo de John Maxwell.
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