Fue el 5 de febrero de 2000 cuando Jorge Congo se sumó al equipo de Metropolitan Touring. Ecuador estaba recién dolarizado, Jamil Mahuad había sido derrocado días antes, y Gustavo Noboa tomaba las riendas de un país marcado por la inestabilidad política y una profunda crisis económica y social.
En ese contexto, Jorge Congo había renunciado a la inmobiliaria de un conocido de su familia, donde manejaba una pequeña base de datos y desarrolló un programa informático para llevar el control de los clientes. En 1999, este quiteño de padres nacidos en el Valle del Chota, en Imbabura, se graduó como analista de sistemas en el desaparecido Instituto Sudamericano y empezó su vida laboral. En la inmobiliaria estaba haciendo lo que sabía, lo que había estudiado, pero un día un amigo le habló de un cargo en Metropolitan Touring, empresa que Congo siempre había admirado.
Este excompañero de aulas le comentó que había una vacante en Metropolitan Touring, pero que no tenía nada que ver con sus estudios. El cargo era de mensajero interno. Me dijo que podía tener un buen futuro y yo le respondí que sí me interesaba. Mucha gente me dijo que estaba loco por dejar mi trabajo para ser mensajero. Incluso la persona de Recursos Humanos que me entrevistó me preguntó por qué quería ese cargo. Le dije que siempre me gustó Metropolitan, me contrató y me prometió darme un ascenso lo más pronto, recuerda este profesional nacido en 1974.
En ese entonces, las oficinas de Metropolitan Touring estaban en la República de El Salvador y lo primero que tuvo que aprender fue una larga lista de nombres de personas a las que debía entregar correspondencia. Era un edificio de varios pisos, con decenas de colaboradores, había muchas mujeres y me ponía nervioso. Además, recuerdo con mucho cariño a Martita Flores, quien me dio un consejo fundamental: Las mujeres somos complicadas, debes tenernos mucha paciencia.
El primer año de Congo en Metropolitan Touring, el 2000, fue intenso. En las primeras semanas tuvo dudas, pensaba que había tomado una mala decisión y hablaba con su esposa sobre el futuro, pero en el segundo mes tuvo una entrevista con uno de sus superiores, Richard Gordillo, quien le consultó sobre una herramienta informática. Le dije que no tenía idea y esa respuesta fue clave porque a los pocos días me llamó y me dijo que por ser honesto me promovería al Departamento de Sistemas.
En ese entonces, en los inicios del siglo actual, el fax era una herramienta de comunicación fundamental, y Congo se convirtió en un experto en el despacho de estos documentos; si había algún problema, él era el encargado de avisar a los destinatarios o remitentes. Ya había correo electrónico, pero no se usaba mucho. Entonces mi trabajo consistía en enviar faxes a distintos números fuera del país y entregar un registro. Me sentía útil, tenía mucho trabajo y daba soporte al área de Sistemas, lo que permitió distribuir mejor la carga de trabajo. Todo esto gustó mucho a mis superiores.
Otro hecho que marcó a Congo en su primer año en la empresa fue la salida de tres compañeros. Él se quedó solo con otro miembro del área de Sistemas y con el tiempo se fueron consolidando en sus tareas. Además, la empresa cambió de administración y Congo se había mantenido con el salario inicial. En esa transición le ofrecieron revisar su sueldo, pero en 2001 ocurrió el ataque a las Torres Gemelas y el negocio de Metropolitan Touring, el turismo, se afectó mucho por el temor de la gente a viajar. Pasó el tiempo y Congo recibió un incremento salarial importante.
Entonces crecieron las responsabilidades, la empresa invirtió en nuevas herramientas informáticas y llegó al cargo de Help Desk, en el que es el soporte básico en temas de tecnología y comunicaciones.
Hoy, 23 años después de su llegada a Metropolitan Touring, Congo es pieza clave en la organización, y gracias a su trabajo al menos 450 personas se comunican a diario mediante diferentes plataformas. Su jefe dirige el área de Sistemas y este analista de sistemas coordina tareas y se describe como un solucionador de problemas tecnológicos y de comunicación de Metropolitan Touring, Mashpi Lodge, Casa Gangotena, el hotel Finch Bay y tres cruceros. Un día mío es bastante movido. La mayor carga de trabajo viene con requerimientos de los colaboradores de las empresas. Con los barcos, por ejemplo, la conexión es más lenta, detalla desde una de las salas de reuniones que tiene Metropolitan Touring, empresa del sector turístico que acaba de cumplir 70 años.
Al revisar lo vivido, Congo dice que se siente en familia, recuerda anécdotas como la vez que vació la papelera de reciclaje de una computadora por error del usuario o cuando una videoconferencia por Zoom con altos ejecutivos falló por un error del enlace en Colombia. También cuenta que tuvo algunas propuestas laborales, pero las rechazó, porque aquí me siento muy cómodo, hay valores, respeto y por eso me he quedado. Siempre hay mucho por hacer y por aprender, dice este profesional enfocado en los sistemas, pero que piensa en estudiar fotografía y que se distrae haciendo ciclismo de ruta o acompañando a sus hijos en actividades académicas y deportivas. (I)
*El artículo original fue publicado en la edición impresa No. 11 de abril de 2023.