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Liderazgo

Cuatro herramientas efectivas para lograr una relación más sana con el estrés

David Kubes Forbes Coaches Council

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Aprendiendo a identificar y gestionar aquellos factores que producen preocupación o ansiedad, podés lograr tu mayor potencial y gratificación laboral.

13 Mayo de 2024 20.00

Una famosa cita de Mark Twain dice: “Encontrá un trabajo que disfrutes y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”. Aunque apoyo totalmente la creación de una carrera que sea agradable y proporcione una profunda satisfacción, incluso los trabajos más gratificantes van acompañados de cierto nivel de estrés. 

La gran pregunta es: ¿Cómo incorporar técnicas eficaces de gestión del estrés, maximizando el rendimiento y la realización empresarial y personal? Acá algunas formas de lograrlo:

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Cómo reconocer tus factores estresantes
 

En cualquier discusión, es necesario aclarar la premisa o base sobre la que se parte, para lograr una comunicación clara. En este caso, la idea de base es que el estrés no es negativo, sino que es necesario para optimizar el éxito. 

En una entrevista de 2015, Daniela Kaufer, profesora asociada de la Universidad de Berkeley que estudia la biología del estrés, afirmó: “La idea predominante en nuestra cultura es que el estrés es malo. La gente se queja de estar estresada. Pero estamos aprendiendo que cantidades moderadas de estrés tienen poderosos beneficios”.

Partiendo de la base de que el estrés, cuando se utiliza adecuadamente, es beneficioso, profundicemos en cuáles son los factores estresantes. Las cosas que son alegres para vos no deberían causarte estrés; sólo las cosas que no querés hacer, pero que tenés que. 

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Una buena forma de identificar los factores de estrés es crear una lista doble, donde detalles, en primer lugar, todo lo que te gusta hacer en tu empresa. ¿Qué cosas son realmente divertidas? ¿Con qué aspectos disfrutás?

Para la segunda parte, fijate en las actividades necesarias para generar dinero, dirigir el negocio, completar un proyecto, etc. ¿Cuáles son las cosas que hay que hacer? Y lo que es más importante, ¿cuáles son las cosas que hay que hacer que no son divertidas? ¿Qué actividades te producen temor?

Evaluá ambas partes de tu lista. Las cosas que te resultan alegres te muestran lo que tenés sumar más. Las cosas que no querés hacer pero que son necesarias son sus potenciales generadores de estrés.

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Cuatro consejos para controlar tus factores estresantes
 

Reconocer tus potenciales estresantes te permite tenerlos bajo control en lugar de que te controlen. Acá mis cuatro consejos principales para ayudarte:


1. Delegá

Para cada acción necesaria que no te resulte divertida, evaluá si podés delegarla. ¿Es algo que tenés que hacer personalmente o podés pedir ayuda a alguien?

Frecuentemente, los líderes empresariales se niegan a delegar o a pedir ayuda porque no desean ceder el control; alternativamente, puede que su presupuesto no les permita pagar a otra persona. Preparate para pagar lo que valga la ayuda. Cuanto más delegues, más tiempo liberarás para hacer las cosas que te divierten. Y recordá, las cosas que son divertidas para vos nunca pueden estresarte.

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2. El modo productivo

La automanipulación puede ser una herramienta útil. Para las cosas que tenés que hacer personalmente, aprendé a manipularte a vos mismo. Mi herramienta favorita de automanipulación con respecto a las cosas que no deseo hacer es ponerme en lo que yo llamo el "modo productivo”. En este modo, dejo de buscar formas de evitar la tarea, dejo de molestarme, dejo de preguntarme por qué y simplemente entro en piloto automático, pensando “Voy a hacer esto de la forma más eficiente posible”.

Una forma de conseguirlo es dedicar dos horas al día, dos días a la semana a las “tareas pendientes”. Apagá el teléfono. No planifiques nada más. No permitas distracciones. Sé muy deliberado y dedicá ese tiempo a ocuparte de las cosas. Motivate diciéndote: “Son sólo dos horas. Estas acciones necesarias no me molestan ni me estresan. Elijo hacer estas cosas rápidamente, intencionadamente y sin distracciones para poder volver a hacer las cosas que me gustan”.

También podés implementar un sistema de recompensas. Por ejemplo, cuando completes las tareas indeseables, salís a cenar o comprás ese par de zapatos que estuviste deseando, o te tomarás tu bebida favorita. Esto es auto-manipulación en su máxima expresión. Usala en tu beneficio.

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3. No permitas que se acumulen las tareas

Una lista de tareas pendientes en constante crecimiento es una de las mayores causas de estrés negativo. La mayoría de las tareas pueden hacerse en unos minutos. Las cosas que requieren más tiempo -investigación, formación, asuntos que requieren un toque delicado- son las que debe esperar al momento oportuno para abordarlas. Todo lo demás, hacelo de inmediato.

La regla de oro de la gestión empresarial es ésta: cuanto más molesto sea algo, más rápido deberías hacerlo. 

La llamada telefónica, el mensaje de texto, el correo electrónico, la conversación, las cosas que preferirías evitar, ocupate de eso ahora. Los pendientes con personas y situaciones crean estrés. Mantiene tu mente ocupada y te distrae, así que en lugar de posponer tareas tediosas, personas molestas o conversaciones difíciles, ocupate de ellas cuanto antes.

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4. La comunicación es clave

Si tenés muchas cosas entre manos y sabés que no vas a estar disponible, hacéselo saber a la gente. Si estás de vacaciones o tenés que hacer frente a una situación difícil, comunicar esa información a las personas con las que trabajás es esencial. La comunicación tranquiliza a la gente. Les hace saber que estás al pie del cañón.

Cuando no se comunica con antelación la falta de disponibilidad o la capacidad limitada para responder, la gente se asusta y sigue presionando. Cuando avisás que recibiste su mensaje, y si bien no vas a poder responder inmediatamente, te estás ocupando de todo, se alegran y confían. Pueden relajarse porque saben que les estás prestando atención y que sos consciente de lo que necesitan. Dejan de presionar, lo que te permite relajarte también.

Poner en práctica estas cuatro herramientas te permitirá organizar tu vida de tal forma que puedas dedicarle el 80-90% de tu tiempo a las cosas que realmente te alegran, y el 10-20% restante nunca podrá sobreponerse a lo demás. Así es como vas a poder llevar tu negocio y tu vida adelante, más allá del estrés.

Nota publicada en Forbes US. 

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