Empecé mi segundo trabajo en 2020 y lo hice crecer hasta alcanzar los 500.000 dólares de ingresos. Este éxito fue gracias a cuatro ideas contraculturales sobre metas de dinero que todo aspirante a dueño de negocio debería considerar por encima de los consejos tradicionales.
Mantener un movimiento constante es más importante que la motivación
Según un estudio de 600 emprendedores realizado por Kajabi, el 84% afirmó experimentar el síndrome del impostor. En mis clases de educación financiera vi a muchos emprendedores secundarios evitar las ventas debido a estos sentimientos, que pueden ser especialmente perjudiciales si crean miedo en torno a la venta de nuevos productos o servicios, y les impiden obtener retroalimentación para iterar más rápido.
Debés enfrentarte a tus miedos estableciendo hábitos positivos que te hagan avanzar, aunque sea poco a poco. Como emprendedor, tenés que aceptar la incomodidad y enfrentarte a tus miedos cultivando hábitos en el negocio que hagas pase lo que pase. Algunos ejemplos de hábitos que he creado a lo largo de los años incluyen:
- Publicar en las redes sociales todos los días de la semana, incluso con contenido que sabía que no era bueno.
- Contactar con diez clientes potenciales al día, aunque sepa que le rechazarán.
- Planificar un presupuesto personal y empresarial cada mes, incluso cuando no ganaba mucho dinero.
- Solicitar una ponencia cada trimestre, aunque parezca inalcanzable.
La clave es superar el miedo no sólo escuchando más podcasts y buscando más consejos, sino actuando antes de sentirse motivado, por si la motivación nunca llega.
Limita tu disponibilidad para atraer más clientes
Un enfoque contrario a la intuición para escalar más rápido es estar menos disponible para los clientes, no más disponible. Aprendí de primera mano que limitar la propia disponibilidad derriba el mito de que estar constantemente accesible conduce al éxito. En su lugar, se pueden establecer límites claros entre las obligaciones personales y profesionales y asignar momentos específicos para centrarse en el trabajo y la vida personal.
La lección acá es que establecer límites puede atraer más clientes y crear un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal. No se trata de estar disponible 24 horas al día, 7 días a la semana, sino de estarlo cuando realmente importa. Al priorizar el tiempo personal y limitar la disponibilidad, puedes centrarte en lo que realmente impulsa tu éxito.
Se dueño de tus ingresos y deja de ofrecer descuentos que nadie te ha pedido
No necesitás un plan de negocio para poner en marcha una empresa, pero sí clientes reales que paguen y que no te compren sólo como amigos o familiares.
Otra filosofía que tuve que adoptar como empresaria es la importancia de tomar el control de los propios ingresos. Desafío la noción de que los flujos de ingresos inciertos dificultan los esfuerzos presupuestarios. En mi experiencia trabajando para múltiples empresas, me di cuenta de que la única vez que recibí un sueldo fijo de una mujer de color fue cuando me convertí en CEO de mi propio negocio.
Si estás empezando un nuevo negocio, dejá de ofrecer descuentos innecesarios y de infravalorar tu trabajo desde el principio. Podés dar prioridad a tu bienestar financiero y cobrar en función del valor de los resultados que produces.
La clave está en romper con la mentalidad de que los descuentos son necesarios para atraer clientes. En lugar de eso, centrate en aportar valor y ofrecer resultados excepcionales que justifiquen tus tarifas.
Haz del valor un verbo
Por último, te animo a que cambies tu mentalidad y pases del mero hecho de trabajar al concepto de "valer". Reconocé la importancia de identificar lo que vale la pena hacer por ti mismo frente a buscar expertos cuando sea necesario.
En lugar de intentar hacerlo todo uno mismo, los nuevos empresarios deberían plantearse pagar por servicios de expertos que puedan ofrecer resultados superiores para trabajar de forma más inteligente, no más dura. Por ejemplo, yo subcontraté los siguientes servicios al principio de mi negocio, aunque era capaz de hacerlos por mí misma:
- Creación de un sitio web.
- Contabilidad y preparación de impuestos.
- Solicitud de marcas y derechos de autor para proteger mi propiedad intelectual.
- Conseguir prensa en la televisión nacional.
- Producción de mi podcast.
Trabajar habría sido intentar aprender todas estas habilidades críticas por mi cuenta. Pero si adoptás el concepto de trabajo tercerizado, valorás tu propio tiempo y tus habilidades y aumentás tus ingresos centrándote en lo que se te da mejor.
Esto también implica pedir una compensación justa, fijar tarifas adecuadas y tener confianza en el valor que aportas. Enmarcar el valor como un verbo en lugar de un sustantivo en tu vocabulario es un poderoso cambio de mentalidad que conduce al crecimiento financiero y al éxito.
*Con la información de Forbes US