Escuchamos a través de los medios de comunicación cómo nuestro mundo cambia constantemente, a gran velocidad y de forma volátil, lo que repercute en todos los aspectos de nuestras vidas, incluido el laboral. 

Trabajo junto a muchos CEOs y ninguno puede decirnos con seguridad qué va a pasar mañana. Hace tiempo que dejamos atrás un mundo estable y predecible. En su lugar, tenemos un mundo cambiante que crea altos niveles de incertidumbre en varias dimensiones. 

Para muchos de nosotros esta incertidumbre genera estrés, y este estrés se ve amplificado por varios otros factores como el entorno de trabajo híbrido en el que hay menos contacto humano; o la situación en la que se encuentra su empresa en relación con su entorno competitivo. 

Incluso las empresas tecnológicas de más éxito, que antes se consideraban grandes reclutadoras de personal, están adoptando una postura mucho más dura con respecto al rendimiento y anunciaron muchas rondas de despidos. Otro gran interrogante es si alcanzamos el pico de empleo ya que el difícil mercado laboral aporta pruebas de que esto puede ser una realidad. 

Ante este difícil escenario, nuestro indicador de rendimiento y diferenciador será la capacidad de ser altamente productivos en un entorno de estrés continuamente elevado. Aquellos que tengan el conjunto de herramientas para hacerlo se separarán de los que no lo tengan.

Mucha gente asume que porque un ejecutivo funciona eficazmente cuando las cosas van bien en general y están en calma en su mayor parte, será igual de bueno cuando se le ponga bajo estrés y presión. Mi experiencia entrenando a cientos de los líderes es que, por lo general, éste no es el caso. 

Si bien existen ejecutivos ambidiestros que pueden rendir bien cuando las aguas están tranquilas e igual de bien en medio de la tormenta, para muchas personas, cuando están bajo algún tipo de estrés y presión, lo normal es rendir menos y para algunos empiezan a descarrilar e incluso a fracasar en su función.

La capacidad de ser eficaz en medio del estrés y de la alta presión es una habilidad crítica que puede diferenciar a alguien que es elegido para ascender de alguien que es pasado por alto. 

Basándome en la experiencia, a continuación algunos diferenciadores clave para alguien que experimenta un acontecimiento de estrés.

El aspecto de la eficacia

1- Cuando te volcás hacia el exterior, comprometés a la gente y aprovechás los recursos de la empresa, de tu equipo y de asesores externos.

2- Comunicar a través de múltiples canales, haciendo todo lo posible por mantener a la gente informada. El elemento clave es el establecimiento dinámico del contexto con quienes te rodean.

3- Debés ser capaz de tomar decisiones sobre la base de la información disponible. Acá la clave está en que, al volcarte hacia el exterior, tenés que comprometerte con los que te rodean y comunicar altos niveles de contexto, esto te permite entrar con confianza en la toma de decisiones y seguir avanzando (sin quedarte congelado).

4- Lo más importante es ser capaz de absorber el estrés y el mundo que te rodea. Como resultado, los ejecutivos eficientes “no se asustan ni se cierran”, lo que permite a quienes les rodean rendir al máximo nivel, por su enfoque de liderazgo basado en el “sí se puede”. 

Todos trabajamos junto a alguien que exagera y conocemos el precio que eso supone para el rendimiento individual y del equipo en una situación estresante. A continuación lo que hay que intentar evitar:

El aspecto de la ineficacia

1- Cuando el ejecutivo se encierra en sí mismo aislándose y con frecuencia microgestionando, priva de la colaboración a otros miembros del equipo. La microgestión se centra con frecuencia en aspectos que conoce y con los que se siente cómodo y que a veces no son realmente fundamentales para resolver o superar con éxito el acontecimiento estresante.

2- Si no te comunicás eficazmente ni compartís suficiente contexto de manera oportuna, se crean asimetrías de información y factores de estrés adicionales para las personas del equipo.

3- Se pueden mostrar dos tipos de ineficacias a la hora de tomar decisiones: la primera es la más fácil de identificar, simplemente congelarse y no tomar decisiones. La segunda es más difícil de ver, ya que se toman las decisiones con rapidez, lo que para muchos es una señal de que están siendo eficaces en la situación de estrés. Sin embargo, cuando se examinan las decisiones, a menudo son erráticas con bajos niveles de lógica. La clave está en examinar todas las formas de tomar decisiones sabiendo que rapidez no equivale a eficacia.

4- Por último, cuando exagerás toda la situación, hacés que el mundo empeore a tu alrededor en lugar de absorber y proporcionar una presencia tranquilizadora.

El objetivo es tener y buscar continuamente formas de sumar herramientas a tu estilo de liderazgo a lo largo de tu carrera. Uno de los elementos claves es reconocer cómo se comporta el ejecutivo cuando está sometido a estrés y presión. 

Utilizando la sencilla lista de comprobación anterior sobre lo que parece eficaz e ineficaz cuando se maneja la presión y el estrés, el ejecutivo puede entonces autodiagnosticar su propia eficacia. 

Una situación de estrés puede convertirse en una oportunidad de crecimiento del equipo añadiendo valor, asegurando que todo el equipo rinde a un alto nivel sea cual sea el escenario.

Nota publicada en Forbes US.