Cinco cosas en las que los gerentes modernos deberían centrarse en el lugar de trabajo a medida que la IA avanza
Con los constantes cambios del mercado laboral, como la aparición de la inteligencia artificial, el trabajo remoto, o la fuerza laboral multigeneracional, un buen liderazgo gira en torno a las habilidades de las personas.

Año tras año, a los directivos en todos los momentos de su trayectoria se les transmite la idea de que existen atajos para lograr un liderazgo eficaz, pero esto no podría estar más lejos de la realidad. 

Aunque históricamente las empresas invirtieron poco en el desarrollo de sus directivos, los principios de un buen liderazgo siguen siendo los mismos: se necesita tiempo, espacio y recursos para poder aprender y practicar nuevas habilidades.

Con los constantes cambios del mercado como la irrupción de la IA, la actualización profesional es una prioridad para los gerentes que buscan mejorar o incluso dar el siguiente paso en su desarrollo. Por eso, indagaré en las principales cosas que los líderes deben poner en práctica, empezando ahora.

 

Como coach de desarrollo del liderazgo con más de 15 años de experiencia en el acompañamiento de directivos de todas las procedencias en su desarrollo, les ofrezco una visión de las cinco mejores prácticas que todo directivo debería aplicar en el lugar de trabajo moderno de hoy en día. 

 

 

Las cinco prácticas de liderazgo que están ayudando a los gerentes a crecer

 

1. Conversaciones frecuentes y continuas


Cuando se trata de la capacidad de un directivo para comunicarse con sus equipos, la coherencia es la clave. Al dedicar tan sólo 15 minutos a la semana a hablar con sus subordinados directos sobre las expectativas, los comentarios y el crecimiento, los líderes pueden mostrar un gran interés en el rendimiento de un empleado y abordar los obstáculos a medida que surgen. 

Por otro lado, las reuniones personales frecuentes con los equipos pueden hacer que se sientan más responsables de su trabajo, lo que aumenta el compromiso de los empleados y libera a los directivos para que puedan pensar a mayor escala.

Con el tiempo, estas conversaciones se convierten en los cimientos de unas relaciones significativas en el lugar de trabajo. Al plantar las semillas de una mayor comunicación y confianza entre los equipos, los líderes logran mejorar la colaboración y el rendimiento.

 

 

2. Invertir en el autodesarrollo


Con frecuencia, escuchamos que los directivos están demasiado abrumados con las crecientes listas de tareas pendientes y los calendarios de trabajo cargados; nunca parece un buen momento para comprometerse con el desarrollo del liderazgo.

No hay mejor señal de que es el momento adecuado que cuando los directivos sienten que se están ahogando en trabajo. Por supuesto, hay temporadas altas en los negocios de todos los sectores, pero esto sólo significa que es aún más importante que los líderes prioricen el tiempo para su propio crecimiento reservándolo con antelación.

Lo apasionante del desarrollo del liderazgo es que no adopta una única forma: puede ser cualquier cosa, desde leer un libro hasta apuntarse a un curso o a sesiones de coaching. Sea cual sea el método, los directivos pueden transferir luego estos conocimientos a sus equipos en un entorno en el que dispongan del espacio, el tiempo y los recursos necesarios para poner en práctica sus nuevas habilidades.

 

 

3. Dar prioridad a la curiosidad


Abordar las conversaciones, los desafíos y las oportunidades con un sentido de la curiosidad es vital para el crecimiento y la resistencia de los directivos en el lugar de trabajo. Hacer preguntas abiertas durante las reuniones es uno de los mejores puntos de partida. 

Por ejemplo, si su jefe cambia de dirección al tomar una decisión importante, pregúntele por el contexto adicional durante su próxima puesta al día. ¿Está ansioso por una nueva oportunidad de estiramiento? Pregúntele cómo puede usted ser de mayor valor para su equipo. La próxima vez que su empleado le plantee un obstáculo persistente, amplíe el alcance de sus preguntas para hacer que se detenga y piense críticamente en una solución. 

Canalizar la curiosidad a través de preguntas abiertas suele suscitar respuestas más interesantes, auténticas y fructíferas. Aunque nuestro instinto nos lleve a hacer preguntas basadas en suposiciones, es importante que mantengamos la curiosidad durante un poco más de tiempo para ver qué más descubrimos en el camino.

 

 

4. Liderar con empatía
 

En su bestseller del New York Times llamado Atlas del corazón, la investigadora y líder de pensamiento Brené Brown define la empatía como la comprensión de la experiencia de otra persona aunque difiera de la nuestra. 

Cuando lideramos con empatía en el lugar de trabajo, transformamos nuestra forma de abordar y cultivar las relaciones. 

Adoptar una nueva perspectiva, evitar juzgar y reconocer intuitivamente las emociones de los demás, entre otras prácticas de empatía, son fundamentales para ofrecer el tipo de apoyo adecuado que sus equipos necesitan. Liderando con esta mentalidad, los directivos tienen la oportunidad de facilitar conversaciones con mayor autenticidad y cuidado.

 

En lo que respecta al mantenimiento de los sistemas de responsabilidad en el trabajo, la empatía también permite a los directivos asegurarse de que se siguen manteniendo conversaciones en torno a las expectativas no cumplidas, aunque puedan resultar incómodas. 

Los directivos eficaces comprenden lo que se puede sentir al recibir un comentario negativo, planteándolo como una oportunidad para aprender y crecer, en lugar de recurrir al castigo o saltarse la conversación por completo. 

Como resultado, la empatía tiene el poder de fortalecer las relaciones en el lugar de trabajo, cultivando el espacio para que los empleados acudan a los directivos cuando realmente necesiten apoyo.

 

 

5. Modelar el descanso


En general, la mayor responsabilidad de un directivo puede llevar a muchos a creer que su capacidad para establecer límites adecuados en torno al trabajo es limitada. En realidad, el descanso y el tiempo libre son esenciales para subir a hacer nuestro mejor trabajo. 

Tanto si se trata de un viaje planeado, un día de salud mental o un descanso extra a lo largo de su jornada laboral, tómeselo. El tiempo libre que pasamos completamente desconectados nos rejuvenece sustancialmente más que mantenernos pasivamente al tanto de los asuntos laborales mientras estamos fuera de la oficina. 

Cuando nos comprometemos con nuestros descansos, aumentamos nuestras posibilidades de volver al trabajo con una mayor sensación de autoconciencia, autenticidad y creatividad.

 

Mejor aún, cuando honramos la necesidad de descanso, sentamos un precedente para el autocuidado y el establecimiento de límites en nuestras organizaciones, especialmente cuando demostramos estas prácticas nosotros mismos para que los empleados las vean. 

La transparencia en torno a nuestra relación con el descanso fomenta, en última instancia, un equilibrio más saludable entre la vida laboral y personal de nuestros equipos, permitiéndoles hacer su mejor trabajo mientras están de servicio.

 

Con un mercado en constante cambio, revolucionado por la aparición de tecnologías como la inteligencia artificial (IA), la modalidad de trabajo híbrida y una fuerza laboral multigeneracional en expansión, el futuro del liderazgo gira en torno a las habilidades de las personas. 

Humanizar el lugar de trabajo es más importante que nunca. Proporcionar a los líderes las habilidades que necesitan para crear conexiones significativas con sus empleados ya no es sólo una ventaja, sino una iniciativa estratégica.

Nota publicada en Forbes US.