El presidente chileno, Gabriel Boric, dijo que trabajará para impulsar el crecimiento económico y distribuir mejor la riqueza, al tiempo que cura las tensiones de años de malestar social, en su primer discurso después de jurar como jefe de Estado.
La nueva Administración ayudará a las pequeñas empresas y priorizará la reducción de horas laborales por semana, dijo este viernes Boric, de 36 años, a los espectadores frente al palacio presidencial en el centro de Santiago. La economía tiene que crecer incluso mientras persiste la pandemia, y los beneficios tienen que llegar a todos los segmentos de la sociedad, señaló.
"El país necesita ponerse de pie, crecer y repartir de manera justa los frutos de ese crecimiento", dijo Boric. "Cuando no hay distribución de la riqueza, cuando la riqueza se concentra solo en unos pocos, la paz es muy difícil. Necesitamos redistribuir la riqueza que producen los chilenos".
El discurso de Boric marca el inicio del Gobierno más izquierdista de Chile en medio siglo, que estará encabezado por el presidente más joven de su historia. También es el más feminista, con mujeres a cargo de 14 de los 24 ministerios.
El exlíder del movimiento estudiantil logró una victoria decisiva en diciembre en la segunda vuelta de las elecciones con compromisos para promover un futuro más igualitario, tolerante y más verde para una de las naciones más ricas de América Latina. Los inversionistas esperan que eso no se produzca a costo de la estabilidad fiscal.
En términos más generales, su victoria ha galvanizado a la izquierda política en toda Latinoamérica, aprovechando las demandas de una presencia gubernamental más fuerte en la región que posiblemente sufrió más los efectos de la pandemia. Este año, Colombia y Brasil celebrarán elecciones presidenciales, en los que actualmente contienden candidatos de izquierda.
Nueva Constitución
Es posible que la nueva Administración chilena se enfrente a una rápida revisión de la realidad, en tanto que el país se ha visto sacudido por una combinación sin precedentes de agitación económica, social y política. Los desafíos incluyen el cambio climático, la energía y la migración, dijo Boric.
El Gobierno deberá enfrentar demandas de mejores servicios públicos, luego de una ola de protestas que comenzó en 2019, al mismo tiempo que buscará frenar los estímulos introducidos durante la pandemia e intentar dominar la galopante inflación. También deberá hacer frente a un aumento de la inmigración ilegal, una violenta disputa por la tierra con el grupo indígena mapuche y preocupaciones persistentes sobre la delincuencia urbana.
Mientras tanto, los planes de Boric de aumentar los ingresos fiscales para abordar estos problemas, financiando programas que van desde la atención médica hasta la educación, se prevén complicados ante un fuerte desaceleramiento en el crecimiento económico.
Adicional a esto, la Convención Constitucional está reescribiendo la Carta de la nación, que debería someterse a referéndum a finales de este año. Algunos de los artículos que han surgido de los comités han sido criticados como radicales, lo que generó preocupación tanto entre inversionistas como en una población más amplia.
A medida que los redactores de la Constitución avancen en la carta, los funcionarios del Gobierno apoyarán "decididamente" la Convención, dijo Boric. El documento tiene que representar a todo el país, incluidas las mujeres y las comunidades indígenas, señaló.
"Necesitamos una Constitución que nos una y que sintamos como propia", dijo. "Una Constitución que, a diferencia de la que fue impuesta a fuego, sangre y fraude por la dictadura, nazca en democracia".