Los trabajos relacionados a la programación y el desarrollo de softwares y aplicaciones son cada vez más populares. Las altas remuneraciones del sector y los beneficios laborales los hacen aún más atractivos. Sobre todo en países como la Argentina donde el salario promedio no alcanza para cubrir la mayor parte de las necesidades.
Sin embargo, existe una problemática a resolver en esta industria. La Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi) señaló en 2021 que el sector no llegó a cubrir los 15 mil puestos vacantes existentes. Por lo tanto, hay trabajo pero faltan profesionales para realizarlos.
Una parte de esto se debe a que muchos programadores y desarrolladores trabajan para empresas del exterior que ofrecen mejores salarios. Pero por otro lado, la formación de calidad en este rubro suele ser cara y muchas personas no pueden acceder a ella. Esta problemática llevó a la creación de varias startups y academias cuyo objetivo es dar una respuesta.
Es así, como en la actualidad existen oportunidades para estudiar programación y desarrollo incluso sin pagar durante la formación. Recién cuando el egresado consigue trabajo empieza a pagar por las clases. Pero al recibir sueldos que suelen superar los US$ 1.000 en promedio, sus ingresos continúan siendo más elevados que la media.
Henry
La startup argentina Henry fue muy mencionada esta semana porque cerró su Serie A de inversiones por US$ 10 millones de dólares. La academia ofrece carreras de programación a costo cero inicial y los estudiantes empiezan a pagar por su formación recién cuando consiguen trabajo. Esta ronda acelera el crecimiento de la empresa y nos permite abarcar más mercados dentro de Latinoamérica, indicó a Forbes Argentina Martin Borchardt, fundador de Henry.
El modelo de Henry destaca porque recién cuando los estudiantes consiguen trabajo dentro del sector comienzan a pagar por su formación. El salario tiene que superar los 500 dólares por mes, que por lo general lo superan. Una vez que lo consiguen, nosotros le hacemos una factura mensual del 15% de su ingreso. Esto es por dos años o hasta llegar a cuatro mil dólares. Cuando se llega a esa suma, el contrato se cancela, indica Borchardt.
En esa línea, el fundador de Henry comenta que el promedio salarial inicial de los egresados es de 1.200 dólares. Pero varía bastante. Si lo contratan de Estados Unidos o Canadá está en 1.700 US$. Y si es en Argentina es de US$ 1.100, afirma. Y concluye en este tema: Lo interesante es que aumenta muy rápido. Por los datos que vemos, al año ya puede superar los dos mil dólares.
Henry ofrece dos carreras cortas, intensas y de rápida inserción laboral: Desarrollo Full Stack y Data Science. Con una modalidad 100% digital y en vivo, nuevos talentos logran convertirse en programadores y data scientists para darle un giro de 180° a sus vidas. La formación es intensiva ya que dura 4 meses. Las currículas incluyen más de 800 horas de código y están diseñadas en conjunto con líderes y expertos del ecosistema tech.
Flevo
Otra empresa con gran repercusión en las últimas semanas es Flevo. Hasta el momento es la única (y primera) compañía argentina financiada por 17Sigma, el fondo de inversión de Pierpaolo Barbieri que busca impulsar start ups tecnológicas en América Latina que se encuentren en su fase inicial de crecimiento. Es un honor increíble ser los únicos de Argentina elegidos por 17Sigma. Esperamos que sean muchísimos más, asegura Matías Cohen, fundador de Flevo a Forbes Argentina.
La empresa emplea a once personas y opera en toda Hispanoamérica. Ya financió a 200 estudiantes y proyecta superar los 5.000 créditos para fin de año. Sus fundadores, Matías, Antonio Fridman, Agustina Michelena y Alex Schwartz, tienen entre 28 y 35 años y quieren cambiar el paradigma de la educación no tradicional en la región.
En cuanto a la modalidad de los préstamos estudiantiles, Flevo ofrece múltiples opciones adaptadas a las necesidades de cada estudiante. Para determinar el plan de pagos, la compañía recolecta información sobre el estudiante, enfocándose en qué habilidades adquirirá y cuál será su potencial futuro.
La financiación tiene diversas modalidades: plan de pagos diferidos, cuotas y acuerdos de participación en los ingresos futuros del estudiante. Para generar el mayor impacto posible, Flevo apunta a capacitar a la fuerza de trabajo de la industria tecnológica. En ese sector, el sueldo inicial está entre US$ 800 y US$ 1.000 dólares. Y con una proyección muy importante a futuro, explican desde Flevo a Forbes.
Microverse
Microverse es una escuela internacional de programación fundada por el mendocino Ariel Camus. Quienes ingresan deben dedicarse exclusivamente a las clases ya que las mismas son de lunes a viernes y en promedio duran ocho horas.
En total son 10 meses y a quienes ingresan les pedimos que puedan dedicarse de forma exclusiva. Es una apuesta porque durante ese tiempo hay que encontrar la forma de sostenerse económicamente pero luego se ven los resultados porque los estudiantes obtienen empleos con remuneraciones altas, explicó Nicolás Kneler, manager regional para América Latina de Microverse, a Forbes Argentina.
Una de las características del programa es que durante todo ese tiempo no se paga por la educación recibida. No importa de dónde sea la persona, el costo de ingreso es cero y se mantiene así durante todo el proceso. Eso no quiere decir que sea gratuito ya que tiene un valor total de 15 mil dólares pero el mismo se abona una vez conseguido empleo. Se paga 15% de un sueldo superior a los mil dólares y en promedio los alumnos tardan entre 3 y 4 años en hacerlo, comentó Kneler.
La startup comenzó en 2017 con 10 estudiantes y un equipo remoto de 12 personas de Asia, África, Europa y América. Hoy tiene más de 1.000 estudiantes en más de 130 países y persigue el objetivo de entrenar y conectar con trabajos remotos a más de 1 millón de programadores para el 2030.
En su fundación, Microverse logró financiación por 15 millones de dólares de fondos que también trabajaron con empresas como Rappi, Coinbase y Spotify. Actualmente, tienen 45 estudiantes argentinos y en promedio, un graduado del programa cobra 1750 dólares. Conozco muchas historias de personas que esto les cambió la vida. Muchos que vendieron un auto o volvieron a vivir con sus padres para poder hacer el programa y hoy cobran sueldos muy por arriba del promedio, concluyó Kneler.
*Nota escrita por Leandro Dario y Agustín Jamele