Transformación digital: cinco predicciones sobre el sector de la salud para los próximos años
André Felipe De Souza Silva Especialista Técnico de Kodak Alaris
André Felipe De Souza Silva Especialista Técnico de Kodak Alaris
Con mayor o menor velocidad, todas las instituciones de salud del mundo están avanzando hacia la transformación digital. Pero este fenómeno es relativamente nuevo. Mientras el retail y otras industrias abrazaron ya hace tiempo la digitalización, poniendo al cliente en el foco de la estrategia, el sector de la salud era uno de los que se encontraban más rezagados.
Tanto en el proceso de admisión como en la estadía de los pacientes, el 70% de la información que recibían las instituciones sanitarias correspondían a documentos impresos como órdenes de tratamientos, credenciales, historias clínicas y estudios médicos.
Fue el inicio de la pandemia lo que cambió el comportamiento social de las personas y aceleró el proceso de digitalización en las empresas sanitarias.
Un informe reciente del Instituto Global McKinsey proyectó un crecimiento exponencial tanto de la digitalización de las historias clínicas como de los dispositivos personales que permiten monitorear variables médicas y las farmacias online, entre otros ítems.
Pero, ya en abril de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó sus primeras directrices para mejorar la atención en el área a través de las tecnologías digitales, herramienta que considera con un potencial clave para contribuir a alcanzar la cobertura universal de salud. Entre sus múltiples ventajas, la digitalización en materia sanitaria puede hacer más precisa la atención, garantizar el acceso y empoderar a los pacientes.
Hasta hace un poco más de un año hablar de telemedicina parecía un evento de ciencia ficción mientras que hoy la consulta virtual es moneda corriente y permitió en muchos casos sostener la atención médica durante los períodos más duros de aislamiento.
Sin embargo, la telemedicina es solo la punta del iceberg de la digitalización de la salud, ya que la misma implica también capitalizar las alternativas tecnológicas disponibles, ya sea a través de aplicaciones, páginas web, sistemas de información digitalizados, realidad virtual, robótica, inteligencia artificial y análisis de datos.
En este sentido, los desafíos para las instituciones del sector están relacionados con la gestión eficiente de datos y la disponibilidad inmediata de la información para poder ser enviada; siempre teniendo en consideración el requisito de confidencialidad que preserva la privacidad y seguridad de los pacientes.
Es por eso que todos los establecimientos de salud del mundo están avanzando hacia la captura inteligente de datos. Según datos recopilados recientemente, el 75 % de las organizaciones ven como importante o muy importante para su organización la automatización de los procesos.
Al digitalizar los documentos que llegan de fuentes externas o aquella documentación que se genera durante la estadía en el hospital, se reducen los riesgos de errores en un 50 %, se agilizan los procesos, se garantiza el almacenamiento seguro de datos y se aumenta la productividad en un 41%.
El proceso de automatización puede darse tanto en la digitalización de las historias clínicas ?centralizando datos claves de cada paciente que se encontraban en distintos formatos- como en el back office abarcando los sectores de personal, finanzas y farmacia.
“La eliminación de los registros en papel mitiga los riesgos y garantiza el procesamiento y el almacenamiento seguros de los datos. La integración con EMR líderes y la certificación ayudarán a las instituciones sanitarias a cumplir normas y requisitos de seguridad para el procesamiento y el intercambio de datos de los pacientes”.
La digitalización de la salud ha llegado para quedarse y promete grandes beneficios tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes.
Todas las empresas del sector deben concienciarse, a nivel transversal en todas sus áreas, de que seguir apostando por la digitalización resulta clave para mantener la competitividad y que la demora en su aplicación supone perder una ventaja competitiva.
Las cinco predicciones sobre el sector salud para 2025 son: