Ahora que los teléfonos ocupan un lugar central en la vida cotidiana, ser víctima del pirateo telefónico puede tener efectos importantes. Se puede bloquear el acceso a aplicaciones y cuentas, estafar a sus contactos laborales y personales y vaciar sus cuentas bancarias.
El pirateo telefónico también puede provocar graves efectos psicológicos en la víctima, que a menudo se culpa a sí misma y declara un aumento de la ansiedad, la depresión y sentimientos de impotencia y falta de confianza. Pero, ¿qué hacer si te pasa a vos? A continuación te indicamos los pasos que podés dar para recuperarte del pirateo telefónico y evitar que vuelva a ocurrir, y para que tu vida vuelva a la normalidad.
¿Qué es el pirateo?
El pirateo, en pocas palabras, es el acto de acceder al dispositivo de una víctima a través de una serie de técnicas diferentes, normalmente con el objetivo de robar datos que puedan utilizarse con fines delictivos. Los teléfonos son un objetivo especialmente popular, ya que suelen tener acceso a grandes cantidades de datos personales. Puede ocurrirle a cualquiera, desde usuarios normales de teléfonos hasta figuras políticas.
Los piratas informáticos llevan a cabo sus ataques a través de diferentes métodos. Con frecuencia, engañan a las víctimas para que hagan clic en un enlace malicioso o descarguen software de una tienda de aplicaciones falsa, mientras que, en otros casos, los usuarios acceden inadvertidamente a una red wifi pública falsa. Una vez que el pirata informático consiguió el acceso, puede instalar un registrador de pulsaciones de teclado para supervisar la actividad y ver los datos de inicio de sesión de sitios web y aplicaciones, lo que podría darle acceso a cuentas bancarias. También pueden utilizarlo para cometer robos de identidad o para vender sus datos personales a otros delincuentes en la dark web.
¿Tu teléfono está hackeado?
Los piratas informáticos de teléfonos no siempre anuncian su presencia, pero hay una serie de señales de advertencia de que tu teléfono puede haber sido accedido por delincuentes. A veces, sin embargo, puede tratarse de cambios sutiles y fáciles de pasar por alto.
Cuando el teléfono empieza a realizar actividades no autorizadas, podés notar que la batería se agota más rápido de lo habitual, que las aplicaciones tardan mucho en cargarse y que el teléfono se sobrecalienta. Las facturas también pueden ser más altas de lo habitual. A menudo, aparecerán nuevas aplicaciones de forma inesperada, así como notificaciones imprevistas, códigos 2FA no solicitados o ventanas emergentes, o puede que descubras que tus ajustes -por ejemplo, los permisos de la cámara o el micrófono- fueron modificados. Puede recibir llamadas o mensajes de texto no solicitados que no reconozcas. Otros signos más evidentes de que tu teléfono fue pirateado incluyen encontrarte de repente bloqueado en tu ID de Apple o en tu cuenta de Google, o en otras cuentas en línea.
Qué hacer si tu teléfono fue pirateado
Si te das cuenta de que tu teléfono fue pirateado, lo primero, y lo más importante, es que no cunda el pánico. En la mayoría de los casos, no tiene sentido conseguir un teléfono nuevo, aunque en algunos casos puede optar por realizar un restablecimiento de fábrica (ver más abajo).
Si te das cuenta a tiempo, puede ser posible recuperarse rápidamente y sin apenas efectos adversos siguiendo unos sencillos pasos:
- Comprobá si accedieron a tus cuentas bancarias o de comercio electrónico.
- Cambiá inmediatamente todas las contraseñas por otras nuevas y seguras
- Eliminá cualquier aplicación sospechosa o mensaje inesperado, e instalá y ejecutá un software de protección en línea.
- Si todo lo demás falla, restaurá tu teléfono a los valores de fábrica.
- Informá a tus amigos y otros contactos que fuiste hackeado, y advertiles que ignoren cualquier mensaje que parezca proceder de tu teléfono.
- Tomá medidas para proteger tu teléfono en el futuro, incluida la activación de la autenticación de dos factores en todas tus cuentas.
1. Informá a los bancos y otros proveedores
Si te das cuenta de que tu teléfono fue pirateado, el primer paso es intentar limitar los daños informando a los bancos y a cualquier otra organización que posea tu información financiera.
Debés comprobar con ellos si se accedió a tus cuentas bancarias y si se realizaron compras no autorizadas en tu nombre, y seguir comprobándolo durante el próximo mes aproximadamente. Es posible que tengas que solicitar tarjetas de crédito o débito de sustitución. Y también deberías ponerte en contacto con su proveedor de servicios móviles para que puedan poner fin a cualquier actividad no autorizada, y hacer que tu teléfono sea seguro creando una nueva contraseña o PIN, o añadiendo otras medidas de seguridad como la autenticación de dos factores o las alertas de fraude.
2. Cambiá las contraseñas
Tendrás que cambiar todas sus contraseñas, sobre todo si, como mucha gente, reutilizás las contraseñas de un sitio o servicio a otro. Las cuentas bancarias, de comercio electrónico y de correo electrónico son especialmente importantes.
Estas contraseñas deben ser seguras, es decir, razonablemente largas, únicas y difíciles de adivinar. Ni se te ocurra usar el nombre de tu mascota o la fecha de nacimiento de tu hijo. Cambiar las contraseñas puede ser sencillo o no, dependiendo de a qué hayan podido acceder y cambiar exactamente los piratas informáticos, y puede que sea necesario ponerse en contacto directamente con estas organizaciones para explicarles la situación y pedirles ayuda.
3. Eliminá cualquier aplicación sospechosa o mensaje inesperado
Si encontraste alguna aplicación sospechosa o algún mensaje inesperado, tenés que eliminarlos inmediatamente. Si no podés detectar nada obviamente sospechoso, es posible que quieras mirar nuevamente a cualquier aplicación que hayas descargado inmediatamente antes de que empezaran a aparecer los problemas.
A continuación, deberías instalar y ejecutar un software de protección en línea para asegurarte de que te deshiciste de todo lo que deberías - y asegurate de que se trata de un paquete auténtico, ya que el software de seguridad falso es un método de ataque habitual. Entre los proveedores fiables se encuentran Bitdefender, Norton, Kaspersky, AVG y McAfee. Una vez instalado, configuralo para que realice análisis periódicos.
4. Si todo lo demás falla, restaurá tu teléfono a los ajustes de fábrica
Si después de esto seguís teniendo problemas, podés tomar la opción nuclear, borrar tu teléfono y restaurarlo a los ajustes de fábrica.
Se trata de un proceso rápido y sencillo, con instrucciones para cada tipo de teléfono fácilmente disponibles en línea a través del proveedor. No presentará demasiados problemas si hiciste una copia de seguridad de todo, aunque si no lo hiciste, perderás todos los datos, contactos, fotos y aplicaciones, lo que lo convierte en una acción de último recurso. Y si podés restaurar los datos desde una copia de seguridad, asegurate de que sea anterior a la intrusión, para no estar recargando malware sin querer.
5. Informá a tus amigos y otros contactos
Una vez que un ciberdelincuente tiene acceso a tu teléfono, puede empezar a enviar mensajes a tus contactos personales y profesionales, enviando correos electrónicos de phishing u otros mensajes de estafa o spam.
Esto significa que es una muy buena idea ponerte en contacto con todas las personas que tengas en tu agenda de contactos para advertirles que fuiste hackeado. Tenés que decirles que ignoren cualquier mensaje que parezca proceder de tu teléfono -en particular los mensajes en los que se les pide que hagan clic en enlaces- ya que, de lo contrario, ellos mismos podrían convertirse en las próximas víctimas del estafador.
6. Tomá medidas para proteger tu teléfono en el futuro
Una vez que te hayas recuperado de que tu teléfono haya sido pirateado, debés hacer todo lo posible para asegurarte de que no vuelva a ocurrir. Asegurate de tener instalado un software de seguridad y mantenelo actualizado.
Debés asegurarse de instalar rápidamente cualquier actualización de software, ya que a menudo contienen importantes actualizaciones de seguridad. Para estar más seguro, usá una red privada virtual o evitá el wifi público y las estaciones de carga públicas. Incluso podés apagar el wifi y el Bluetooth cuando no los uses. Y en el futuro, mantenete alejado de las tiendas de aplicaciones de terceros: limitate en su lugar a Google Play y a la App Store de Apple.
Conclusión
Es fácil que cunda el pánico si creés que tu teléfono fue pirateado. Sin embargo, si mantenés la cabeza fría y seguís unos sencillos pasos, hay muchas posibilidades de que puedas escapar de algunos de los peores efectos.
*Con información de Forbes US
