En un videojuego en línea, quien tenga un internet más rápido tiene mayor ventaja. Eso que pasa ahora da una idea de las brechas que existirán si el concepto de metaverso llega a tomar fuerza en el día a día de las personas, con la promesa de mundos virtuales inmersivos que aumenten el mundo real.
Facebook, que cambió su nombre a Meta Platforms, prometió invertir USD 10.000 millones en su operación Reality Labs este año. Microsoft está haciendo una apuesta de USD 70.000 millones en un metafuturo con la adquisición de Activision Blizzard.
De hecho, la firma BCG proyecta que para 2025 el metaverso será un mercado que estará entre los US$ 250.000 millones y los US$ 400.000 millones. No obstante, el camino por recorrer sigue siendo extenso para el otro lado de la ecuación: los usuarios, que van a necesitar mucho más que conexión a internet 5G.
“Se requiere una capacidad de expansión de prácticamente todos los componentes de la red para escalar rápidamente hacia los datos. Es necesario escalar con funciones de procesamiento relevantes, que habiliten videos en alta resolución, que rendericen en tiempo real y entreguen soporte a todos los equipos involucrados. La infraestructura necesita aún más baja latencia en todo esto”, explicó a Forbes Raja Koduri, vicepresidente ejecutivo del grupo de gráficos y sistemas informáticos acelerados (AXG) en Intel Corporation.
Para Raja, existen tres capas que componen “la plomería” con la que se construye el metaverso y que deben evolucionar para que sea una realidad. La primera es la capa de inteligencia, con un modelo que unifique las herramientas de desarrollo de software que están abiertas para permitir que los desarrolladores implementen aplicaciones complejas más fácilmente; la capa de infraestructura, que se refiere a la infraestructura que brinda computación a los usuarios más allá de lo que está disponible localmente, y la capa de computación, que se refiere a la potencia necesaria para impulsar estas experiencias en el metaverso.
Asimismo, sostiene que los dispositivos para un mundo inmersivo en la más alta resolución y conectado en tiempo real necesitarán 1.000 veces más capacidades computacionales que las de los dispositivos a los que se tiene acceso hoy.
“El metaverso es un sentido completo de emociones nunca antes creado”, resume Raja, quien durante su presentación mostró el proyecto Endgame, que investiga una posibilidad para entregar la computación continua al metaverso.
En la demostración en la que tomaron cono referencia Matrix Awakens de Epic Games, se vio cómo una figura en tercera dimensión intentaba sin éxito recorrer una ciudad porque se quedaba congelada en algunas partes, lo cual desapareció cuando habilitó la “computación continua”, permitiendo a la figura moverse con destreza en el mundo inmersivo en tiempo real.
Se trata de una capa de software que permite a los dispositivos aprovechar los recursos computacionales de otros dispositivos dentro de la red para garantizar un servicio de computación continuo, para que esté siempre disponible y con baja latencia. Es una iniciativa aún en desarrollo, pero que comenzará sus pruebas beta en la segunda mitad de este año.
“Amamos el metaverso, amamos las tendencias que hacen avanzar a la tecnología y que la hacen tener un impacto significativo. Ser capaz de estar en lugares que no se ha estado sin la necesidad de la dificultad del viaje sería genial. En la última semana visité cinco países en cinco días, durmiendo en una cama de hotel distinta cada noche; no me caería mal un poco de metaverso”, afirmó Raja, quien expresó que para estos mundos virtuales inmersivos le gustan las gafas, pero también las experiencias de múltiples pantallas.
*Nota publicada en Forbes Colombia