A medida que las naciones buscan cumplir con los compromisos de reducción de emisiones de carbono establecidos en el Acuerdo de París, las fuentes alternativas están captando la atención no solo por su creatividad, sino también por su potencial económico a largo plazo.
A continuación, te presentamos algunas de las energías alternativas más raras o extrañas del mundo que podrían revolucionar el futuro de la energía, apoyadas por inversiones multimillonarias y la promesa de mercados en expansión.
En primer lugar tenemos la energía de las olas del océano. Con más del 70 % de la superficie terrestre cubierta por océanos, las olas y las mareas se presentan como una fuente de energía inagotable y sin explotar. A diferencia de la energía solar o eólica, las olas están en movimiento constante, lo que las convierte en una fuente de energía predecible y confiable. A pesar de los desafíos tecnológicos, la energía undimotriz (que aprovecha el movimiento de las olas) está avanzando rápidamente en varias regiones del mundo.
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Uno de los proyectos más ambiciosos es el MeyGen, ubicado en el Pentland Firth, en el norte de Escocia. Este proyecto ha sido desarrollado por SIMEC Atlantis Energy, una compañía británica que invirtió más de US$ 350 millones en la investigación y desarrollo de esta tecnología. Con una capacidad instalada de 6 MW, el proyecto MeyGen tiene la capacidad de generar electricidad suficiente para alimentar a más de 4.000 hogares. Los informes sugieren que esta tecnología podría convertirse en una de las principales fuentes de energía para el Reino Unido en las próximas décadas.
La Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) estima que el mercado global de la energía undimotriz y mareomotriz podría alcanzar un valor de US$ 10.000 millones para 2030, con una tasa de crecimiento anual del 15 %. Países como Japón, Australia y Canadá también están invirtiendo fuertemente en la investigación de esta tecnología, que podría ser clave para abastecer a las ciudades costeras del futuro.
También contamos con la alternativa de la energía de cáscaras de plátano. En muchos países en vías de desarrollo, la gestión de residuos agrícolas representa un reto importante para la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, lo que para algunos es basura, para otros es una oportunidad para generar energía. En Uganda, un país africano donde el plátano es uno de los principales alimentos básicos, los investigadores encontraron una forma ingeniosa de transformar las cáscaras de plátano en biogás.
La implementación de esta tecnología es relativamente económica en comparación con otras formas de energía. Una pequeña planta de biogás puede construirse con una inversión inicial de aproximadamente US$ 2 millones (y su operación es sencilla) lo que la convierte en una opción viable para las zonas rurales. Además, los residuos generados en el proceso pueden utilizarse como fertilizante, creando un ciclo sostenible que beneficia tanto a los agricultores como a las comunidades locales.
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La energía piezoeléctrica es otra opción extraña pero viable. Este tipo es una de las formas más fascinantes de generación de energía, ya que aprovecha la presión mecánica para crear electricidad. Esta tecnología capturó la imaginación de los urbanistas y diseñadores de ciudades inteligentes, quienes buscan formas innovadoras de integrar la producción de energía en el entorno urbano.
La empresa británica Pavegen lidera el desarrollo de esta tecnología. Desde 2011, instalaron baldosas piezoeléctricas en más de 40 proyectos en todo el mundo, incluyendo estaciones de tren, centros comerciales e incluso en la maratón de París, donde los pasos de los corredores generaron suficiente electricidad para iluminar letreros y cargar dispositivos móviles.
Se espera que el mercado global de la energía piezoeléctrica crezca a una tasa anual del 12,6 % entre 2023 y 2028, con un valor estimado de US$ 60 millones para finales de la década. Aunque aún no está lista para reemplazar fuentes de energía más tradicionales, la piezoelectricidad tiene un gran potencial en las ciudades del futuro, donde cada paso podría contribuir a la generación de energía limpia.
La energía del calor corporal también presenta sus posibilidades. Esta fuente de energía rara vez se considera, pero en países como Suecia, ya se están aprovechando para generar electricidad. En la ciudad de Estocolmo, la estación central de trenes utiliza el calor generado por los pasajeros para calentar el edificio y los espacios cercanos. Cada día, más de 250.000 personas pasan por la estación, lo que genera suficiente calor para alimentar un sistema de calefacción que abastece a un edificio de oficinas cercano.
Este concepto se está explorando en otras ciudades europeas con estaciones de trenes y aeropuertos concurridos. Aunque el costo inicial de implementación puede ser alto (alrededor de US$ 5 millones para una instalación de gran tamaño) los beneficios a largo plazo, en términos de ahorro energético y reducción de emisiones de carbono, son significativos. Esta tecnología podría ser especialmente útil en áreas urbanas densamente pobladas donde la demanda de calefacción es alta.
Además, la energía de los tornados ahora se puede canalizar de forma productiva. Una de las fuentes de energía más inusuales y ambiciosas es la energía de tornados controlados. El inventor canadiense Louis Michaud está desarrollando un sistema conocido como Vortex Engine, que utiliza el calor residual de plantas industriales para crear tornados artificiales que pueden generar electricidad.
Aunque esta tecnología aún está en fase experimental, se estima que una planta de Vortex Engine a gran escala podría generar hasta 200 MW de electricidad, suficiente para abastecer a una ciudad pequeña. El costo de implementación se calcula en US$ 60 millones por planta, y aunque el concepto puede parecer inusual, los inversores están comenzando a interesarse en su potencial como una fuente inagotable de energía limpia.
Mientras que las energías renovables tradicionales, como la solar y la eólica, siguen dominando el mercado, estas alternativas más raras están comenzando a ganar terreno. Con una inversión global en energías renovables que superó los US$ 500.000 millones en 2022, según datos de BloombergNEF, las tecnologías no convencionales tienen el potencial de diversificar el suministro de energía a nivel mundial y contribuir a la lucha contra el cambio climático.
A medida que el mundo avanza hacia un futuro más sostenible, estas innovaciones energéticas podrían desempeñar un papel crucial en la reducción de las emisiones de carbono y en la creación de nuevas oportunidades económicas. Las empresas que apuesten por ellas no solo estarán ayudando al planeta, sino que también podrían obtener enormes beneficios en mercados emergentes en rápida expansión. La pregunta ya no es si estas tecnologías se integrarán en nuestras vidas, sino cuándo y a qué escala lo harán. La energía del futuro podría provenir de las fuentes más inesperadas. (I)