Tras unos años de subir la velocidad, nuestro planeta parece ahora estar retrasándose. Por primera vez en siete años, la duración media del día se convirtió en más larga en 2023. Mientras tanto, las nuevas predicciones sugieren que marzo de 2025 incluirá el día más largo desde marzo de 2019.
Según informa timeanddate, las últimas cifras proporcionadas por el Servicio Internacional de Sistemas de Referencia y Rotación de la Tierra muestran que la Tierra se está desacelerando, con un día en 2024 que durará una fracción más que cualquier día desde 2019.
El IERS predice incluso que la duración de un día podría alcanzar hasta +1,63 milisegundos en 24 horas en marzo de 2025, lo que supondría el día más largo registrado en cinco años.
'Segundos bisiestos' y 'segundos muertos'
Puede que uno o dos milisegundos no parezcan gran cosa, pero dado que la sociedad tecnológica actual depende del tiempo digital, esos milisegundos no tardan en acumularse, requiriendo un "segundo bisiesto" o, en teoría, un "segundo de caída" para que todo vuelva a estar sincronizado.
La aceleración de la rotación de la Tierra tiene consecuencias porque si la Tierra gira más rápido, entonces llegará a la misma posición un poco antes. Si los satélites GPS no tienen en cuenta la velocidad de rotación cambiante de la Tierra, sus datos de posicionamiento pueden convertirse rápidamente en inutilizables.
La ralentización de la Tierra será una buena noticia para los cronometradores internacionales porque un "segundo de caída" tiene consecuencias desconocidas para el mundo interconectado. Tras parecer inevitable, un "segundo de caída" parece ahora redundante. Sin embargo, la causa principal podría ser el cambio climático, ya que el deshielo de los casquetes polares podría ralentizar el ritmo de rotación de la Tierra.
Ralentización a largo plazo
Los científicos saben que la tasa de rotación de la Tierra se está retrasando a largo plazo. Esto se debe a la mecánica celeste. Un día en la Tierra dura 24 horas, en gran parte debido a las fuerzas de marea de nuestra luna. En esencia, la luna toma de la energía de rotación de la Tierra para llevarla a una trayectoria orbital más alejada de la Tierra.
Eso significa que la Tierra solía girar más deprisa y que los días duraban una fracción de lo que duran ahora. En unos 200 millones de años, la duración de un día en la Tierra debería alcanzar las 25 horas.
Pero no es una deriva constante. Un estudio reciente de las marismas conservadas en rocas sedimentarias sugiere que hace unos mil o dos mil millones de años, la duración de un día se estancó en 19 horas durante unos mil millones de años. Los autores sostienen que esto se debió en gran medida a las fuertes mareas atmosféricas solares, más que al efecto gravitatorio de la Luna. Curiosamente, fue en esta época de relativa calma cuando parecen haberse producido los mayores disparos de los niveles de oxígeno en la Tierra.
La reciente aceleración de la Tierra
La hora en la Tierra se basa en el Tiempo Universal Coordinado (UTC), que sigue de cerca esta rotación. A medida que cambia la tasa de rotación de la Tierra, se suman o restan "segundos bisiestos" cada cierto tiempo. Hasta ahora, sólo se sumaron segundos bisiestos, con una ligera ralentización de la rotación de la Tierra observada por los relojes atómicos. La última vez que el IERS sumó un "segundo bisiesto" fue el 31 de diciembre de 2016, para contrarrestar el giro más lento del planeta.
Pero en los últimos años, la Tierra se fue acelerando. Tras una larga racha de años en los que el día medio se alargaba ligeramente, en 2020 se registraron los 28 días más cortos desde que los relojes atómicos comenzaron a realizar mediciones en 1960. Esa aceleración continuó hasta 2010 y el 29 de julio de 2022, los relojes atómicos registraron un día que duró 1,59 milisegundos menos que 24 horas.
Sin embargo, el día medio se alargó hasta -0,08 ms en 2023 y ahora se prevé que se alargue aún más en 2024.
*Con información de Forbes US