El año pasado, la industria de la belleza generó ingresos globales por US$ 570 mil millones, registró un crecimiento del 9,3% y proyecta un crecimiento anual del 8,4% hasta 2028, según Euromonitor International. Cifras como estas no se ven en la mayoría de los sectores, y mucho menos cuando ya son tan grandes como lo es actualmente la industria de la belleza. Por lo tanto, no es sorpresa que este negocio siga atrayendo inversores en busca de crecimiento, quienes pagan altos valores, incluso por compañías más pequeñas.
Los altos precios siguen incentivando a emprendedores a ingresar en este sector, generando un flujo constante de startups que atraen el interés de más inversores. Es un ciclo que crece continuamente: los consumidores demandan novedades, los emprendedores crean startups, y los inversores invierten. Mientras los consumidores quieran lo que se ofrece, este ciclo podría durar mucho tiempo.
¿Qué quieren los consumidores?
Durante un tiempo, los consumidores de todo el mundo gastaron más en productos de cuidado de la piel que en cualquier otra categoría dentro del negocio de la belleza, lo que claramente reflejaba sus preferencias hasta ahora. Este enfoque también favoreció las compras online, ya que, a diferencia de muchos productos cosméticos, no es necesario probarlos en una tienda para decidir comprarlos.
Sin embargo, según la presentación de Euromonitor en el evento Beauty Matter Future Fifty de la semana pasada, se proyecta que el crecimiento en otras subcategorías, como cosméticos de color, fragancias, desodorantes, productos de protección solar y cuidado masculino, superará el crecimiento del cuidado de la piel hasta 2028. Más allá de las categorías de productos con mayor crecimiento, al profundizar en lo que los consumidores expresan sobre sus intereses, se observa un alejamiento de la manera tradicional en la que se crean y venden los artículos de belleza.
Nuevas perspectivas en salud y bienestar
Euromonitor consultó a los consumidores sobre sus percepciones de salud y bienestar. Una mayoría afirmó que "estar saludable" significaba bienestar mental, sentirse bien, tener un sistema inmunológico saludable, bienestar emocional y ausencia de enfermedades.
La Dra. Laura Cala, host del podcast Belleza sin filtro, entiende que la industria de la belleza evolucionó enormemente, y hoy no solo busca resaltar la estética externa, sino también promover el bienestar integral. "Desde mi perspectiva profesional, la conexión entre salud mental y belleza es innegable; cuando las personas se sienten bien consigo mismas, eso impacta positivamente su bienestar emocional y mental", asegura.
Además, muchas marcas de belleza están incorporando ingredientes que no solo mejoran la piel, sino que también promueven un sistema inmunológico saludable y un enfoque de bienestar holístico. En resumen, la belleza hoy es una herramienta poderosa para fomentar la salud mental, el bienestar emocional y, en definitiva, un equilibrio integral.
Un asombroso 80% o más dijo que estaría dispuesto a pagar más por productos personalizados basados en pruebas de ADN o diagnósticos detallados de cabello o piel, una recomendación médica o una formulación medicada. Sin embargo, la mayoría de los productos de belleza y bienestar no se venden de esa manera. Los consumidores lo desean, están dispuestos a pagar por ello, pero no lo obtienen.
Cala sostiene que la personalización en la industria de la belleza es un reflejo del enfoque integral y holístico hacia el bienestar. "Los avances científicos como las pruebas de ADN nos permiten crear soluciones altamente personalizadas, lo que va mucho más allá de una simple recomendación de productos", sostiene la especialista.
"Mi visión es que la personalización permite que cada individuo se vea y se sienta mejor, respetando la biología única de cada persona o así mismo su identidad. Esto tiene un gran impacto en la confianza y el bienestar emocional", explica Cala.
Entre los consumidores mayores, las principales preocupaciones médicas son la menopausia y el dolor en articulaciones/músculos, mientras que para los más jóvenes se destacan el estrés, la ansiedad y el dolor menstrual. A pesar de esto, cuando se preguntó a los encuestados de la industria cuáles fueron los lanzamientos de productos o servicios más importantes del último año, más del 40% mencionó nuevas formulaciones y envases sostenibles.
Cala explica que la sustentabilidad ya no es una opción, es una necesidad en la industria de la belleza. "Los consumidores actuales son más conscientes que nunca del impacto ambiental de los productos que utilizan, y esta conciencia impulsa a las marcas a buscar soluciones responsables y respetuosas con el medio ambiente", enfatiza, y remarca que "Incorporar envases sustentables y formulaciones ecológicas reduce la huella ecológica y también demuestra un compromiso con el bienestar global".
En la actualidad, belleza no solo es sinónimo de estética, sino de responsabilidad. Cada pequeño cambio que hagamos hacia la sustentabilidad contribuye a un futuro más saludable para todos. Esta evolución es fundamental para seguir construyendo una industria que no solo embellezca el exterior, sino que también cuide el planeta.
La desconexión y la oportunidad
La industria de la belleza comercializa productos para ayudar a los consumidores a verse mejor, pero en los últimos años, especialmente con el auge del cuidado de la piel, el enfoque del marketing se centró en la salud, el bienestar y una piel de aspecto saludable. Sin embargo, el interés de los consumidores en este rubro está enfocado en aspectos que la industria de la belleza no aborda. Es una oportunidad desaprovechada.
Cada ser humano es único, y la personalización de productos de belleza es una celebración de esa individualidad.
Dra. Laura Cala, host del podcast Belleza sin filtro.
Los consumidores buscan soluciones reales y comprobadas para problemas médicos y emocionales, pero la industria sigue enfocada en nuevas formulaciones para productos existentes. Este enfoque seguirá generando éxito por un tiempo, pero está dejando pasar una enorme oportunidad.
Existen numerosas startups que utilizan análisis de ADN y de cabello/piel para ofrecer soluciones más profundas y personalizadas. Las grandes empresas empiezan a incursionar en este ámbito, pero las compañías más jóvenes y pequeñas están mucho más enfocadas en ello. Lo que estas hacen resonará con los consumidores, ya que abordan los problemas de bienestar que realmente les importan. Las grandes compañías de belleza también podrían hacerlo, pero tendrían que cambiar su enfoque hacia el bienestar dentro del cuerpo humano, y no solo en la superficie.
*Con información de Forbes US.