"Desde niño quise ser abogado y ahora, al ejercer esa profesión, me enfoco en demostrar que hay un nuevo Derecho". La frase la dice Martín Burbano de Lara, un emprendedor ecuatoriano que estudió Leyes y que ejerció la abogacía tanto en el sector privado como en instituciones públicas. Con el término "nuevo Derecho", Burbano de Lara se refiere a la naciente oleada de juristas que están atentos a las modernas corrientes marcadas de manera especial por la tecnología.
Casado hace 11 años y padre de una niña de 7 años, este ecuatoriano cuenta que nunca le gustó que se viera al abogado como un mal necesario. "No me agradaban los chistes en contra de ellos, en los que quedan casi como seres despreciables. Por eso quise mostrar que hay un nuevo Derecho, con abogados confiables. Al final, están presentes en la vida de las personas desde que nacen hasta que mueren". Lo curioso es que él es el único abogado en varias generaciones, tanto de su familia materna como paterna, marcadas ambas por médicos e ingenieros.
Cursó sus estudios universitarios en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y se graduó en 2004. Cuenta que siempre estuvo interesado en la parte corporativa del Derecho y por eso en su hoja de vida se leen los cargos que ocupó en empresas privadas, bufetes de abogados, pero también en instituciones públicas. Siemens, Pérez Bustamante & Ponce, el Servicio de Rentas Internas y el Servicio Nacional de Aduanas, entre otras, fueron las instituciones que confiaron, en su momento, en un abogado joven y con visión.
Su enfoque profesional cambió cuando nació su hija. "Buscaba más tiempo libre y ser dueño de mis días para no perderme su crecimiento, por eso emprendí y fundé mi propia oficina de abogados, en la que decidí atender a otros emprendedores". La intención de Burbano de Lara era ayudarlos a operar y que evitaran ciertos enredos legales que pueden desmotivar a cualquiera que quiera emprender. Era 2014 y este aficionado a la tecnología, las motos y los drones empezaba una etapa de aprendizaje, con aciertos, errores y crecimiento.
Los inicios fueron difíciles. "Mi esposa es cuencana y fuimos a vivir en su ciudad natal. Abrir puertas resultó complicado; me encontré con una sociedad cerrada y por eso me esforcé para ser ágil y digital. Tenía clientes en Quito a quienes atendía por Skype, por WhatsApp, por mail. Viajaba mucho entre Cuenca y Quito, hasta que volví a vivir en Quito". Esa experiencia, cuenta, le permitió conocer bien algunas herramientas tecnológicas y, sin darse cuenta, supo cómo operaba un nómada digital, ese ciudadano moderno que trabaja de manera remota en cualquier parte del planeta apoyado en las TIC.
Burbano de Lara cuenta cómo se fue convirtiendo en un abogado de emprendedores y startups. "Me empecé a mover en un mundo no muy sonado y las recomendaciones me fueron abriendo camino. Me ayudó mucho mi gusto por el mundo digital y al mismo tiempo trabajar para startups y fintechs que empezaban a dar sus primeros pasos", como PayPhone o Kriptos, por mencionar dos ejemplos. Este abogado ingresaba al mundo de la disrupción digital y estaba listo para tener su propio emprendimiento anclado a la tecnología, aunque no sabía bien por dónde empezar.
La experiencia acumulada al tratar con cracks del mundo startup fue fundamental. "Por mi forma de ser me aburro de las acciones repetitivas y ser abogado es muy repetitivo. Para evitar eso, utilicé mucha tecnología y fui 'entrenando' a los clientes para que aprovechen esas nuevas tecnologías. Usábamos LinkedIn y otras redes sociales, hicimos campañas de marketing digital, utilizábamos videoconferencias y así desarrollamos una nueva forma de trabajar. Había creado herramientas para apoyar a mis clientes, pero estaban de alguna manera desperdiciadas, dispersas".
Esto cambió con la ayuda de una persona que le hizo caer en cuenta de que tenía tecnología y no la estaba aprovechando. Esta persona es René Lazo, un cubano a quien conoció en Ecuador y que tenía una empresa de
desarrollo de software en Cancún, México. Lazo, de alguna manera, le abrió los ojos a Burbano de Lara. "Con
su ayuda creamos la tecnología que me permitió convertirme en un abogado nómada digital". Así nació primero Inside y luego LegalInside, en julio de 2018, "una mezcla de red social, marketplace, Uber y plataforma de trabajo. Es una legaltech que trabaja con el concepto de la economía colaborativa. Hoy tengo registrados cerca de 3.500 abogados de 16 países. Son mis aliados, no les cobro por registrarse, pero gano una comisión por los servicios que ellos brindan a sus respectivos clientes".
Burbano de Lara es el CEO y cofundador de LegalInside. Lazo es socio minoritario y pieza clave con su empresa Soltein y los 26 programadores que apuntalan la operación de la legaltech. Constituida formalmente como una sociedad C-Corp, en Delaware, Estados Unidos, estos cuatro años han sido de aceleramiento. "Hemos desarrollado inteligencia artificial, programas automatizados para seguimiento y manejo de información de los clientes". LegalInside fue valuada en su primer año en US$ 755.000 y hoy la cifra está por encima de los US$ 33 millones. "Esta valoración se realizó empleando el método conocido como VC Chicago Approach y teniendo como enfoque de mercado a México y Estados Unidos. Es un método que analiza posibles flujos de caja durante los siguientes cuatro años mediante varios indicadores de mercado", explica Burbano de Lara, quien desde el 2019 está radicado en Cancún con su familia.
Ahora, este abogado ecuatoriano piensa en el futuro de su legaltech. "La mira está en México, donde existen 350.000 abogados activos. Es un mercado con mucho potencial", dice este emprendedor que dejó en Ecuador su pasión por las motos de enduro y que hoy tiene como pasatiempo la fotografía y los videos con dron. Burbano de Lara, que ya incursiona en el metaverso, asegura que estamos ante el inicio de la era legaltech. "Las finetch saben que ahora requieren de legaltech y lo estamos aprovechando". (I)