A los cuatro años, Martín Samaniego ya se disfrazaba de doctor. Él siempre quiso estudiar medicina y nunca pensó en otra opción. Su padre Diego Samaniego, otorrinolaringólogo, fue su motivación y -en 2015- se graduó de la Universidad San Francisco de Quito. No solo alcanzó una de las metas que se planteó desde pequeño, sino que inició una carrera que fusiona la salud con los negocios. ¿Cómo lo hizo? "Mi papá necesitaba 'algo' para ordenar las 25.000 historias clínicas que tenía abarrotadas en un cuarto. Me puse a buscar un sistema, encontré uno mexicano y comencé a escanear cada historia para digitalizarla. Cinco meses más tarde me di cuenta de que no funcionaba porque no estaba pensado para este mercado. Junto a mi prima, Paola Almeida y Víctor Coronado asumimos el reto de construir un sistema propio. Yo comencé a diseñarlo en Paint y Víctor se encargó del tema de desarrollo. Teníamos claro que debíamos crear algo que nos ayudara a pagar nuestros estudios, ya que ser médico es de toda una vida".
Simec vio la luz en 2016 y nació como una solución para que los médicos dejaran de utilizar lápiz y papel. En dos meses sumaron 80 usuarios y la empresa estaba integrada solo por dos personas (ahora son 35). Su camino por el emprendimiento había iniciado, pero aún no sabían el alcance que tendrían. Samaniego se centró mucho en el tema tecnológico y Almeida dejó de ejercer la profesión para unirse al equipo de trabajo. "Decidimos digitalizar la gestión médica porque no funcionaba ni en Ecuador ni en la región. Queríamos organizar las historias clínicas y que esa información se comparta entre médicos, aseguradoras, hospitales y sobre todo con el cliente final". Por temas estratégicos, decidieron transformar la empresa y contrataron a una consultora especializada para que les construyera la nueva marca, que salió al mercado en 2021. "Había otra compañía con el mismo nombre, la gente se confundía y queríamos algo que integrara a todo el ecosistema, que generara 'alivio' a todos. Montamos una marca más fuerte, más escalable y con servicios más grandes".
Reliv es una aplicación, desarrollada por talento 100% ecuatoriano, que es gratuita para el paciente o el usuario final. La misma centraliza la atención médica para que todos puedan estar conectados: desde médicos, instituciones de salud, hasta farmacias, laboratorios y aseguradoras. Su propuesta de valor es ofrecer un journey donde la experiencia sea más fácil para las personas. "Una semana antes de que comience la pandemia, supimos que debíamos implementar telemedicina. En ese entonces, teníamos 900 médicos activos y se efectuaban 30.000 citas al mes, fuimos la primera empresa que implementó este servicio. Sabíamos que el médico ya estaba digitalizado, pero el paciente no tenía nada. Nos escribían a preguntar cómo sacar la cita, dónde ver o comprar la receta… Así, descubrimos que el paciente debía estar dentro de un modelo que fuese menos doloroso. Cuando vas al médico (siempre) sales con más problemas, nos acostumbramos a ser maltratados por el sistema y Reliv busca mitigar eso".
Actualmente, son el ecosistema de salud digital más grande de Ecuador, integrando a 1.800 médicos, 16 hospitales, 37 clínicas y dos aseguradoras. Al mes se agendan más de 70.000 citas y hay más de 6.000 usuarios activos. Según Samaniego, conformaron una red donde todos "están subidos" y unos atraen a otros. Como resultado, están experimentando un crecimiento exponencial al pasar de 20 médicos nuevos al mes, a 400. Entre el 60 % y el 70 % de su cartera está en Quito, pero operan en 16 provincias del país. Sin duda, es una startup atractiva que -también- cuenta con un modelo de monetización híbrido. Por un lado, cobran una suscripción mensual a las instituciones de salud (incluidos médicos) y -por otro- cuentan con un marketplace, donde el paciente se puede conectar directamente con una farmacia y ellos obtienen una comisión por llevar a ese cliente. Es decir, atraen un ingreso fijo de suscripciones mensuales y una variable por transacciones.
Con 32 años, una esposa y dos perrhijos, Samaniego ha sacado a flote su idea, con el apoyo de sus dos socios y de seis inversionistas, quienes son esenciales en su progreso. En 2021, ingresaron a la aceleradora BuenTrip y al modelo venture capital para levantar fondos. Nunca pensaron en esa posibilidad, fueron aceptados entre 500 solicitudes y esto significó el cambio de su visión a futuro. "Nos enseñaron que Ecuador es un país para probar y debíamos pensar globalmente. BuenTrip decidió invertir en nosotros y liderar nuestra primera ronda de inversión. A cambio, debimos aprender el modelo de crecimiento exponencial y abrir operaciones en México. Nos dijeron 'el que no está en México no crece' y comenzamos una nueva aventura".
A finales del año pasado crearon formalmente la empresa Reliv México y en 2022 ya cuentan con 100 clientes médicos. En esta transición recibieron el apoyo del fondo de inversión 500 Startups, quienes les han apoyado con las legislaciones mexicanas y sobre todo a conseguir clientes reales. "Somos la segunda empresa ecuatoriana en ingresar a este programa, tras ser seleccionados entre más de 5.000 aplicaciones". Además, están cerrando su segunda ronda de inversión, que se publicará oficialmente en las próximas semanas, por US$ 1,5 millones. Samaniego asegura que los programas de aceleración son como maestrías. "Haces en tres meses lo que deberías hacer en dos años (entre risas)". También, forman parte del ScaleUp de Endeavor en Ecuador.
Su facturación asciende a los US$ 500.000 en el país (aún no facturan en México) y cuentan con un crecimiento anual en ingresos del 40 %. Este emprendedor está marcando un antes y un después en el sector de la salud, ya que no solo van a exportar tecnología a México, sino que aspiran ser la primera healthtech, liderada por médicos, que se convierta en un unicornio en la región. ¿Sus próximos pasos? Comenzar su MBA en 2023 y prepararse para una nueva ronda de inversión. (I)