“El otro día mostré una foto de la Quinta Avenida, en Nueva York, de 1900 y dije a los presentes 'a ver si encuentran el auto con motor'. En la foto se ven carrozas con caballos y por ahí en el fondo un auto con motor. Imagínate lo que pensaba ese del auto y si todos hubieran dicho 'no, yo sigo con mi caballo'. Bueno, la misma foto diez años después lo que hay que buscar es el caballo porque son todos autos”, relata Jaime Cohen, CEO de Mercedes Benz en México y Latinoamérica. Y agrega: “Este ejemplo sirve para explicar la revolución que están generando hoy los autos eléctricos”. 

La analogía es simple y visual y, por eso mismo, es efectiva. Cohen la utiliza durante la charla con Forbes para argumentar una afirmación directa y concisa sobre la transición a vehículos eléctricos. “Mucha gente no se da cuenta pero este cambio de motor de combustión interna a eléctrico es como el cambio de los caballos a motor de combustión”, afirma con seguridad. “No es nada más que te subís y conducís. Es una conducción distinta, otra mentalidad sobre cómo recargas, cómo conducís, cómo vas teniendo recuperación con el vehículo. Son todas sensaciones totalmente distintas y esto es un cambio que va a modificar el mundo hacia dónde lo queremos cambiar: el cuidado del medio ambiente”. 

- Esta transformación no solo requiere de la producción que llevan a cabo las empresas sino también de la infraestructura de los países. ¿Crees que acompañan lo que estás contando o que lo pueden retrasar? 

- Estas transformaciones cuestan trabajo pero te aseguro que en 1900 no había estaciones de servicio en todos lados. Pero la gente comenzó a ver que era un modelo más eficiente de transporte y seguramente los 'early adopters' tuvieron que buscar dónde estaban las estaciones de servicio como hoy hay que buscar dónde hay una estación de carga eléctrica. Es cierto que es un poco más de trabajo pero esta ola viene. No somos los únicos que estamos diciendo esto en la industria automotriz. Nosotros lo hemos hecho dramáticamente y cada empresa ha declarado lo mismo con distintos tiempos y ritmos. Pero la ola viene porque hay una conciencia ecológica más fuerte en la sociedad. Incluso hay mucha gente que está empezando a buscar las estaciones de carga eléctrica como negocio porque saben que esto viene. 

- ¿Qué objetivos se plantearon en Mercedes Benz?

- Hemos pintado la raya y dicho que en 2030 todos nuestros modelos serán eléctricos. Necesitamos tener, por un lado, la responsabilidad en cuanto a la ecología y cuidado del planeta y la sustentabilidad. Esa es parte de nuestra estrategia y está escrito pues hay un compromiso clarísimo de hacerlo. Pero por otro lado, nuestros clientes en toda esta experiencia de lujo comienzan a identificar estos valores ecológicos como uno de los elementos de lujo. Escuchar a los clientes también es un compromiso nuestro y lo estamos haciendo y lo vamos a llevar más allá.

- ¿Qué acciones llevan a cabo para lograrlo?

- No es nada más te vendo un auto eléctrico y ya me siento bien con mi conciencia. Estamos tomando en cuenta toda la cadena. Desde los proveedores de materias primas, cómo están llevando ellos sus emisiones, pero también nuestras propias fábricas, nuestra red de concesionarios, nuestras oficinas, etc. Todo hasta el final del ciclo, incluso ese auto usado cómo se va a vender, quién lo va a vender y luego, cuando no funcione más, cómo se va a reciclar. Es un trabajo enorme pero pensábamos y estábamos claramente convencidos de que por ahí es el camino. Nuestro primer paso es el de los autos para 2030 pero ya algunas de nuestras fábricas son ecológicas, especialmente en Alemania donde tenemos un par que ya lo son completamente. Y después, para el 2035, estamos trabajando para que toda nuestra red también tenga emisiones neutras de carbono. 

La innovación en Mercedes Benz 

Para lograr los objetivos que describe Jaime Cohen en diálogo con Forbes, la innovación tecnológica resulta un factor clave. “Alguien me preguntó una vez 'cuándo dejaremos de cambiar' y la realidad es que no vamos a dejar de cambiar. Es lo que ha hecho que la empresa viva durante 137 años”, reflexiona el CEO que cuenta con más de 35 años de experiencia dentro de la empresa. Y agrega: “A veces los cambios son menos dramáticos y otras veces, como ahora, son muy dramáticos. Pero desde sus inicios esta compañía se dedicó a la innovación y eso no cambiará porque es parte de nuestra esencia”. 

- ¿Cómo se logra innovar sin perder las características que distinguen a Mercedes Benz? 

- En una marca de lujo es parte del proceso tener componentes de lujo. Las marcas de lujo tenemos una mitología si queres, una historia de creación que se va heredando, sobre todo lo que vamos haciendo de novedoso con nuestros vehículos. Eso lo respetamos mucho, lo apoyamos y lo seguimos viviendo porque seguimos viviendo innovación. Lo vimos estos días con el primer auto eléctrico en Argentina y no es un tema de 'bueno antes había de nafta y ahora hay eléctricos'. Este es un cambio brutal y Mercedes Benz siempre ha vivido estos cambios con mucho entusiasmo y a veces con hasta preguntas internas entre los colegas y el personal. El cambio primero tenemos que hacerlo en un marco que respete lo que somos como marca, nuestra esencia. Entonces, lo que hemos definido hoy es que nos vamos a enfocar en el lujo y deseo. Muchos de nuestros clientes nos dicen 'pero si ustedes ya son lujo y deseo' y eso es verdad pero de alguna otra forma nos habíamos enfocado durante un tiempo a ser un poquito más una empresa también de volumen. Nos hemos dado cuenta que tenemos que enfocarnos de nuevo en el lujo y deseo como los atributos principales porque además el cliente nos lo agradece porque ellos dicen 'sí Mercedes, eso eres'. Luego viene el tema eléctrico y cómo lo hacemos respetando los atributos de Mercedes. Cualquier persona que se sube a un Mercedes eléctrico tiene que saber que es un Mercedes. Hay otras marcas que su línea eléctrica es totalmente distinta pero nosotros tenemos una particular división en la carrocería porque hay que respetar ciertos temas de aerodinámica, pero te subes y sabes que estás en un Mercedes. Con pantallas increíbles, diseños nuevos pero siempre respetando nuestra esencia. 

- ¿Cómo logran sumar el conocimiento que requiere esto a la empresa? 

- Todo lo que mencioné tiene que estar acompañado por un proceso de adelantarse a lo que pasa en el mundo. Todo el tema digital se está insertando en nuestras vidas de una manera increíble. Esto también ocurre en los autos y la gente espera que sea así. Entonces tenemos que proporcionar no nada más un tablet en el auto, sino que el auto haga más cosas con esa digitalización. Mercedes está invirtiendo en temas digitales y tenemos asociaciones o trabajos conjuntos con empresas líderes. Por ejemplo. con Nvidia estábamos desarrollando todo el tema de conducción automatizada y Google para proporcionar otro tipo de experiencia digital en nuestros vehículos.

- ¿También lo hacen a partir del perfil y las habilidades de los empleados que contratan?

- Eso es increíble porque antes querías trabajar en Mercedes y tenías que ser ingeniero o, a lo mejor,  contador, administrador y no mucho más. Ahora estamos convirtiéndonos en una empresa de desarrollo de software. Estamos contratando tantos agentes de desarrollo de software que podrías decir que somos comparables con algunas empresas de Silicon Valley. Tenemos gente trabajando en desarrollar estas nuevas ideas de interacción y de inteligencia artificial que hace 20 años a lo mejor era gente de sistemas. Mercedes Benz ahora es una empresa que está contratando de todo y es impresionante la variedad, la diversidad de gente, que estamos contratando en especialidades y estudios. De alguna forma nuestros autos van a ser como una plataforma de apps. Te va a llevar de un lado al otro pero también vas a poder hacer muchas otras cosas y requerimos de estos profesionales para cumplir esos objetivos. 

El rol de América Latina en la industria automotriz 

Cohen asegura que “hay que acomodar algunas cosas” pero América Latina está lista para la transformación eléctrica en el sector. “Por ejemplo, algunos temas regulatorios, algunos temas de capacidad de carga, que varían también de país en país y también en zonas del país. No es lo mismo en las grandes capitales que en la Patagonia la capacidad de carga. Pero esto está viniendo”, comenta al respecto. 

- ¿Crees que la región puede sostener el mismo ritmo? 

- El resto del mundo está demandando autos eléctricos y, por ejemplo, en México muchas de las armadoras están haciendo el cambio a eléctrico. Va a ser difícil sostener una pequeña línea de producción solo para autos a combustible fósil. Esto va, de alguna forma, a forzar incluso a otras a que ofrezcan opciones eléctricas y si bien el cambio viene a distintas velocidades por distintas razones y vamos a tener limitaciones o retos según los países creo que vamos a tener la misma foto que yo decía de la Quinta Avenida pero con el auto eléctrico.

- ¿En América Latina el objetivo también es 2030? 

- La velocidad hacia el 2030 sí varía un poco de país en país. Eso tiene mucho que ver con los incentivos también y de hecho hay países de Centroamérica que curiosamente son más agresivos que los países grandes y dan incentivos fuertes para invertir en autos eléctricos. Quizás el mercado es muy pequeño pero los incentivos son muy interesantes y ahí podemos ir con más velocidad que otros países. Depende también de la infraestructura y de cómo tenemos las iniciativas de entrada al mercado. Entonces, las velocidades varían, el tipo de vehículo también puede variar pero eventualmente el destino es el mismo.

- ¿América Latina puede tener un rol clave en toda esta transformación? 

- En la industria en general, seguro. De nuevo, con distintas velocidades, distintos tipos de lo que se va a producir o exportar. Todo está cambiando y esto es opinión personal pero ese cambio eléctrico también creo que va a cambiar qué estás suministrando y a dónde. Porque Bolivia quizás no tenía una gran operación de exportación en temas automotrices pero ahora con las fuentes de litio eso cambia y se engancha a la cadena a través de esa materia prima. Otros países quizás ya no produzcan tanto vehículos completos pero sí más componentes. Entonces todo esto va a cambiar por el tema eléctrico, que está trayendo una revolución y un cambio importante en cómo se van a ver esas cadenas. Latinoamérica tiene muchos beneficios, como materias primas, mano de obra muy calificada y cercanía a ciertos mercados Entonces sí, claramente Latinoamérica continúa siendo una fuente importante y continuará siéndolo. 

- ¿Qué opinión hay en el resto del mundo de América Latina? 

- En cierto momento Latinoamérica estuvo un poco perdida en la visión global porque hubo otros mercados que se desarrollan de repente muy rápido, por ejemplo, China o Corea del Sur. Pero se acuerdan de Latinoamérica, voltean a vernos y reconocen las plataformas de exportaciones de autos, de autopartes, etc. Entonces, aunque por un momento se desvía la atención, se regresa a lo que se conoce de Latinoamérica. La pregunta es cómo lo vamos a hacer crecer pero todo el mundo sabe que está aquí.

- ¿Cómo se inserta la Argentina en este proceso? 

- Es un país con muchos recursos pero especialmente con mucho talento. Es impresionante la educación que existe, las ganas de trabajar, el talento de la gente, etc. La gente en Argentina es increíble y es cierto que ahora hay problemas pero creo existe en este país lo que se necesita para enderezarlo y seguir creciendo. Argentina tiene una imagen muy fuerte a nivel mundial, todo el mundo conoce Argentina, tuvieron una historia muy fuerte y ha habido algunos vaivenes pero la gente sigue trabajando duro y lo que yo veo es mucha gente, con muchas ganas de hacer las cosas y es ahí donde comienzan las cosas. Luego hay que enfocarlo y hay que hacerlo pero en la base está todo esto.