En dos tiempos. La entrevista con Hernán Aguirre tuvo dos momentos: el primero fue en octubre de 2022, cuando por Zoom pudimos conversar cerca de una hora. Él estaba en Japón, su hogar hace casi tres décadas, y con buen ánimo hizo un repaso a su trayectoria como científico. Por esas cosas del azar, la entrevista quedó inconclusa y la retomamos en noviembre de 2023, aprovechando una visita de Aguirre a Ecuador —la primera en más de tres años— por asuntos personales y académicos.
Este profesor e investigador de la Universidad Shinshu se describe como una persona que ha ido detrás de sus sueños. “Ha ido a donde debía ir para realizar mis sueños, sin perder la perspectiva, sin perder contacto con los orígenes. Soy un árbol que ha crecido, con raíces muy profundas”, reflexiona durante su paso por las oficinas de Ecuador. Añade que en 27 años viviendo en la potencia asiática ha aprendido que el mundo es muy amplio. “Crecemos en una burbuja particular, pero es importante abrirse para conocer el mundo. Japón es una burbuja con una cultura totalmente diferente y eso enriquece en todos los aspectos”.
Este padre y abuelo dice que llegó al país del sol naciente por la inquietud por investigar y entender los cambios que traería la tecnología. “Quería investigar, hacer ciencia. El Gobierno japonés me dio una beca, pude hacer mi doctorado y una cosa llevó a otra”. ¿Piensa quedarse para siempre en Japón? Se toma unos segundos y responde: “Tengo la ilusión de reintegrarme más hacia Ecuador, pero me veo más bien movilizándome entre Ecuador y Japón. Por mi trabajo en particular viajo mucho para presentar ideas. Y con los medios digitales, la comunicación ayuda a entender el mundo”, dice este ecuatoriano casado con una educadora nacida en Mongolia.
¿Las redes sociales juegan en contra de la ciencia? Aguirre sabe que es un tema de debate y asegura que la información útil y verdadera cae por su propio peso. “La gente se da cuenta de lo que es relevante y lo que no es”. Es optimista y cree que la gente se va a educar más. “Las sociedades más estructuradas se dan cuenta cada vez más de las consecuencias de sus actos. Vendrán nuevas regulaciones y la gente irá tomando conciencia”. A continuación, una conversación sobre ciencia, tecnología y la vida en un país como Japón.
¿Qué es usted?
Soy un científico que me he dedicado al campo de la inteligencia artificial, un campo bastante amplio, y he profundizado en ciertas áreas. Soy ingeniero en Computación de la EPN, me gradué y vine a Japón hace 27 años, cuando yo tenía 31. Había trabajado un par de años como profesor asistente y luego como ingeniero en Estados Unidos, Centroamérica y Ecuador. Mi carrera universitaria duró seis años e hice mi investigación en redes neuronales, que ahora está muy de moda. Mi tesis fue entre 1991 y 1992. Me atraía mucho investigar. Luego el Gobierno de Japón ofreció unas becas y pude hacer mi doctorado y mi carrera científica acá en Japón. Ahora soy profesor a tiempo completo y dirijo un laboratorio con 25 personas bajo mi mando. Es un laboratorio que trabaja con la Universidad de Lille en Francia, allí investigamos las fronteras en la computación evolutiva.
¿Qué es la computación evolutiva?
Es una de las ramas de la inteligencia artificial y lo que hace es modelar la evolución natural, y expresa esos modelos en programas de computación. Simula evolución y se aplica para resolver problemas de la vida real. Los procesos de evolución tienen aspectos claves: cada individuo almacena una información en su ADN, se reproduce y se pasa esa información. Luego esas poblaciones de individuos se adaptan al ambiente y, mientras más adaptadas están, tienen más probabilidades de ser exitosas y sobrevivir. Eso lo modelamos y aplicamos para resolver un problema. Cada individuo tiene información necesaria para resolver un problema. Tomamos principios claves en la evolución y los modelamos en la computadora. Se representa el ADN y se busca una solución al problema. Se muta, se evalúa el ADN para encontrar cada vez mejores combinaciones de ADN apropiado para un problema concreto.
¿Un dios dentro de la computación?
Hay libros de ficción al respecto. Puede ser mal interpretado como un dios, pero no es exacta[1]mente lo que hacemos. Un ejemplo: piense en el tránsito de una ciudad, en la congestión, es un tema de movilidad y tiene varios elementos como los usuarios, los autos, pero también están los semáforos o los autobuses. El problema es la congestión y ¿cómo se resuelve? Una perspectiva es jugar con los tiempos de los semáforos y cómo encontrar los tiempos mejores para que el tránsito mejore…
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