Economía azul: qué tecnologías están transformando las industrias basadas en los océanos
Innovaciones tecnológicas como sistemas de propulsión cero emisiones, granjas de coral y herramientas avanzadas de monitoreo consolidan el rol de la economía azul para el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático.

Los océanos fueron durante mucho tiempo los protectores silenciosos de nuestro planeta, absorbiendo la mayor parte de los impactos del cambio climático. Retuvieron el 90% del exceso de calor generado por los gases de efecto invernadero, protegiéndonos de aumentos de temperatura aún más extremos. Sin embargo, este rol tiene un costo enorme. Al absorber el 30% de las emisiones de CO₂ provocadas por el ser humano, los océanos experimentan una acidificación que debilita los caparazones de la vida marina como los corales y moluscos. 

Además, el aumento del nivel del mar debido al deshielo amenaza a las comunidades costeras, mientras que los cambios en las corrientes oceánicas ponen en riesgo los ecosistemas y climas a nivel global. A medida que esta gran zona de amortiguamiento soporta cada vez más presiones, los efectos secundarios se vuelven imposibles de ignorar.

Estas consecuencias se sienten con mayor intensidad en las naciones insulares, que enfrentan amenazas climáticas más severas. Las Maldivas, por ejemplo, enfrentan la sombría posibilidad de perder el 80% de su territorio para 2050 si persisten las tendencias actuales.

Blue Action Accelerator: innovación frente a la crisis

Para contrarrestar estas amenazas, Rupert Hayward lanzó el Blue Action Accelerator en las Bahamas, en colaboración con Founders Factory, con el objetivo de fomentar la innovación centrada en los océanos. "El acelerador nació por necesidad, después de enfrentar varios huracanes severos, incluido el huracán Dorian", recordó Hayward, quien es director de la Grand Bahama Port Authority, defensor de la conservación oceánica y uno de los socios fundadores de Salamanca Group.

"El ritmo acelerado del cambio climático es alarmante", señaló Hayward. "Los arrecifes de coral, que sustentan al 25% de la vida marina, podrían reducirse en un 90% para 2050 debido al aumento de las temperaturas del mar, la acidificación y la actividad humana", agregó.

El programa, basado en la Zona de Libre Comercio de las Bahamas, ofreció a las startups un financiamiento inicial de 150.000 dólares, cuatro meses de apoyo práctico y acceso a una red global de socios. Al desarrollar y probar soluciones en las Bahamas y abrir rutas hacia el mercado y asociaciones estratégicas, Blue Action puede escalar rápidamente tecnologías basadas en los océanos en todo el mundo.

Un centro de innovación tecnológica oceánica

La Zona de Libre Comercio de las Bahamas presentó ventajas únicas como plataforma de lanzamiento para startups, gracias a su capital natural, infraestructura existente, asociaciones con empresas de energía, industrias marítimas, puertos, líneas de cruceros y envío, terrenos sin desarrollar y un sistema de canales de 145 kilómetros. Esto aceleró la transferencia de tecnología climática hacia Gran Bahama y la región circundante.

Blue Action aprovechó su red de socios, que incluyó puertos, agencias gubernamentales y corporaciones, para ayudar a las startups a validar sus ideas, pilotar sus tecnologías y escalar sus soluciones de manera efectiva. El programa brindó apoyo crucial, desde presentaciones a clientes y colaboradores potenciales hasta orientación para navegar complejas políticas y regulaciones, como permisos y licencias.

"Trabajamos para garantizar un interés real de los futuros clientes, especialmente en industrias como el transporte marítimo, donde probar y desplegar estas soluciones puede tener un impacto inmediato", explicó George Northcott, cofundador de Founders Factory.

Criterios para startups del acelerador

"Estamos cómodos siendo el primer inversor en una empresa que surge de una universidad o uniéndonos a rondas de startups con productos e ingresos existentes. Buscamos una mezcla de startups: aquellas que necesitan comercializar investigaciones propias y aquellas con productos que se ajustan al mercado, donde podemos acelerar su estrategia de entrada al mercado", detalló Northcott.

El Blue Action Accelerator aplicó un enfoque de impacto, priorizando soluciones que buscan descarbonizar la economía azul. Las infraestructuras portuarias y el transporte marítimo fueron áreas claves de enfoque, ya que representaron una parte importante de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

"Nuestro objetivo es reducir las emisiones de carbono, mitigar la contaminación y desarrollar tecnologías que ayuden a las comunidades costeras a adaptarse al cambio climático", aseguró Hayward.

El programa también evaluó a las startups según tres atributos clave:

  • Ventaja tecnológica: Innovaciones basadas en investigaciones sólidas o respaldadas por talento científico.
  • Pasión del fundador: Compromiso profundo de los emprendedores para resolver los problemas que identificaron.
  • Capacidad de ejecución: Equipos con la habilidad de traducir la innovación en soluciones escalables y viables.

Nuevas tecnologías basadas en los océanos

"Coral Vita, una empresa que apoyamos, ejemplifica nuestro modelo. Fundada por graduados de Yale, desarrolló la primera granja comercial de coral en tierra. Con permisos rápidos y el apoyo del gobierno de las Bahamas, Coral Vita escaló rápidamente, ganando el prestigioso Earthshot Prize y expandiéndose al Mar Rojo. Este éxito inspiró nuestro modelo de acelerador más amplio, demostrando que las soluciones locales pueden tener un impacto global", señaló Northcott.

El primer grupo del acelerador incluyó 11 startups que abordaron diversos desafíos climáticos. Entre ellas:

Brineworks: Utilizó tecnología de electrólisis patentada para eliminar CO₂ del agua de mar mientras produce hidrógeno, que puede convertirse en e-metanol para el transporte marítimo. "Combinan la producción de biocombustibles con la eliminación de CO₂ oceánico, una solución innovadora contra el calentamiento global", explicó Northcott.

Brineworks utilizó tecnología de electrólisis patentada para eliminar CO₂ del agua de mar mientras produce hidrógeno, que puede convertirse en e-metanol para el transporte marítimo.

Armada Technologies: Creó sistemas avanzados de lubricación para cascos de barcos mediante una capa de aire y burbujas alrededor del casco, reduciendo el consumo de combustible y las emisiones entre un 5% y 8%. "Es una solución práctica a corto plazo con resultados inmediatos", agregó.

Otros participantes incluyeron Acua Ocean, Dolphin Labs, Atmo Cooling, Elateq, Drift Energy, Jeevan, Soarce, Ocean Ledger y Metal Light, que desarrollaron tecnologías como sistemas de propulsión cero emisiones, desalinizadoras y herramientas avanzadas de monitoreo oceánico.

Escalando el impacto 

Los gobiernos implementaron regulaciones para responsabilizar a los principales emisores de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, los puertos fueron incentivados a reducir sus emisiones para evitar impuestos elevados de entidades reguladoras como la OMI o la UE.

"Colaboramos con gobiernos para abordar la 'crisis del carbono', que impulsa la pérdida de biodiversidad y la absorción de calor en los océanos. Trabajamos con entidades como AltaSea en Los Ángeles y un nuevo parque en Canadá para identificar e implementar tecnologías innovadoras", detalló Northcott.

Una iniciativa destacada en las Bahamas es el canje de deuda por naturaleza, que redirige los ahorros obtenidos con la reducción de los pagos de intereses hacia la conservación de los océanos. Estos fondos refuerzan las áreas marinas protegidas, utilizando tecnologías avanzadas como sumergibles, drones y sensores para monitorear y mantener ecosistemas vitales.

Al aprovechar su Zona de Libre Comercio de 595 km² para escalar tecnologías ambientalmente responsables, las Bahamas también diversificaron su economía más allá del turismo. "Este enfoque único permitió permisos rápidos y sirvió como campo de pruebas para innovaciones en agua limpia, descarbonización y gestión oceánica", concluyó Hayward.

Este modelo ganó tracción en otras regiones, como Barbados, que se posicionó como un centro global para probar soluciones climáticas. "Queremos usar nuestras asociaciones y red para acelerar la implementación de tecnologías con impacto medible, ya sea descarbonizando el transporte marítimo, conservando la vida marina o escalando soluciones renovables", finalizó.

 

*Con información de Forbes US