“Somos una comunidad antes que una empresa”. Así explica Nicolás Aramburú, CEO de Mambo, cómo está construido el ADN de la compañía peruana, con once años de trayectoria y operaciones en varios países de América Latina. En los últimos días, concretó la representación en Ecuador, con lo que abrió oficialmente sus actividades dentro del país, aunque desde 2018 venía realizando trabajos puntuales para clientes como Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), Zurich Seguros, Ecuador 2030, Confiteca, entre otros.
“Entramos a Ecuador gracias a Executive Forums. Hoy estamos abriendo una representación local. Con Mario Benavente, que es la cabeza de McCann, abrimos la franquicia en Quito y Guayaquil, con miras a tener un pie más seguro, apalancarnos y complementarnos. Estos años, nos ha ido muy bien con los clientes y el talento en el país vecino. Teníamos un equipo de cinco personas, ahora probablemente crecerá mucho. McCann y Mambo no tienen ningún tipo de relación, solo que el dueño de la representación de ambas firmas son la misma persona. Al ser sus mismos negocios, obviamente, hay muchas sinergias, trabajamos en las mismas oficinas, nos derivamos trabajo con clientes. No hay alianza. Es una coincidencia y un complemento muy afortunado. Hemos firmado contrato por cinco años, con esperanza de que sean cientos de años. Una vez que hagamos bien Ecuador veremos a qué países mirar”, añade.
Actualmente, el número de mamberos -como llaman a los colaboradores- suma 51, el 80% mujeres y, en esferas de liderazgo, mitad y mitad en género. El mambero más viejo tiene 34 años. El promedio de edad está en 26 años. Es una base bastante joven, un reflejo de ese espíritu irreverente y cuestionador. “No somos una empresa de miles de clientes. Tendremos en Perú 25, pero son grandes y de relaciones largas y profundas. En este primer año, en Ecuador nos enfocaremos, principalmente, en la representación comercial, pero poco a poco el objetivo es trasferir todas las capacidades que, por ahora, se la gestionará desde Perú”.
COUNTRY MANAGER DEFINIDO
Tras plasmar la representación, el siguiente paso fue encontrar un Country Manager para Ecuador. Uno de los canales de búsqueda que utilizó Aramburú fue las redes sociales. Y allí, Esteban Bustamante conectó con la propuesta.
“La cultura de Mambo es quizás lo más llamativo que tenemos. Cuando alguien nos conoce se da cuenta, de entrada, que es una comunidad diferente. Siempre decimos que mambero es todo aquel que vive nuestros valores y Esteban Bustamante era mambero desde antes de conocernos. Hace unos meses publiqué en redes que buscaba a un líder y me escribió. Sin exagerar, salí de nuestra primera reunión sabiendo que él era el elegido, por su experiencia liderando equipos, sacando adelante emprendimientos, por su personalidad y forma de ser. Hoy es el mambero más viejo de toda la organización”, ríe Aramburú.
Y también Bustamante, para quien a sus 34 años de edad nunca pensó que sería el más veterano de una organización, “Vengo de una corporación mega tradicional, Confiteca. Ahí era el más joven, el millennial, el disruptivo. Dos reuniones después, de repente te das cuenta que eres el más viejo de la organización. Son las vueltas de la vida, pero está buenísimo”.
En el último año, el ecuatoriano había trabajado en una startup española comercializando productos de educación y tecnología. Antes de eso, por diez años estuvo vinculado al grupo Confiteca, llegando a la Gerencia General de República del Cacao. Fue Country Manager en Perú, luego en Ecuador y finalmente fue responsable de la operación en cuatro países, con las tres unidades de negocio. También ha trabajado en emprendimientos propios, porque considera que eso es un motor importante dentro del desarrollo de un apersona. “Vi el anuncio de Nicolás y me movió montón, así que le escribí. Me vinculé con el propósito de generar empresas buenas, que apuesten por el bienestar y construyan un mundo mejor. Mi meta es consolidar la marca en Ecuador en este 2022”.
MAMBO NUMBER FIVE
One. Two. Three. For. Five… La canción nada tiene que ver con la empresa, pero contagia al igual que la alegría, la creatividad, la disrupción, la innovación, pero, sobre todo, la empatía, que mueven el flujo sanguíneo de Mambo. “Los mamberos tenemos algo en común que compartimos y va más allá de solo ser parte de una plantilla: creemos en el poder de la empatía, porque esta tiene la capacidad de transformar. Y en las empresas aún más. En el mundo falta empatía por todos lados. Las empresas, mientras más grande son, quienes toman decisiones más lejos están de sus clientes, de las personas. Mambo construye empatía con esos líderes y grandes empresas hacia sus clientes, colaboradores. Partiendo de esa empatía, diseñamos proyectos de trasformación, cultural, de negocios, de marca”, dice Aramburú.
Para este ejecutivo, la empatía es el ejercicio de ponerse en los zapatos de la otra persona. “La trasformación, por definición, duele, nadie quiere que le cambien la forma de hacer las cosas, es muy difícil. Pero la empatía despierta en uno ese sentido de urgencia que se necesita para trasformar. Cualquier proceso de cambio parte con la chispa del sentido de urgencia, sintiendo lo que mi cliente está sintiendo en la tienda, lo que mi colaborador siente en su puesto de trabajo. Y lo hacemos en el mundo empresarial, no para investigar qué pasa en el mercado sino para empatizar con el cliente que está viviendo la experiencia. Si no me despierto a las cuatro de la mañana a acompañar a mi cliente, a ver cómo trabaja, no puedo trasformar esa realidad. El emprendedor está acostumbrado a ir a la cancha, a ver, a conversar, a abrazar a sus clientes. En la empresa grande, el que toma decisiones, normalmente no lo hace. Por eso, somos un partner para empatizar con el cliente”.
En Mambo hay tres especialidades:
- Cultura, talento y liderazgo. Donde se hace transformación interna, cultural, desarrollo de comportamientos, de liderazgo, entre otros. Para ello se utiliza la metodología Mambo Way, basada en la construcción de empatía.
- Negocios y estrategia. Son consultorías más tradicionales, planeamiento estratégico, desarrollo de servicios, diseño de productos, innovación, Design Thinking.
- Marca de experiencia.
“Partimos de un reto. Según el problema diseñamos un producto ad hoc para cada compañía. Trabajamos solo con empresas grandes, con proyectos hechos a la medida, de largo plazo. La trasformación puede implicar una alta inversión y eso no está al alcance de todas. Las empresas son el agente de cambio más importante de la sociedad y nosotros tratamos de impactar a través de estas. Cambio para bien, cómo hacemos para que construyan más bienestar, mensajes con más conciencia, productos más sostenibles, que generen un mayor impacto a través de sus acciones”. (I)