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Así son los robots humanoides que se construyeron en silencio por 8 años y enamoraron a Mercedes Benz

Amy Feldman

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Una empresa derivada de la Universidad de Texas en Austin, llamada Apptronik, estuvo trabajando silenciosamente durante los últimos ocho años para construir robots humanoides, antes de que el auge de la inteligencia artificial explotara.

11 Agosto de 2024 12.30

Los robots humanoides están de moda. Amazon está probando en sus depósitos robots bípedos llamados Digit, de la startup Agility Robotics. Figure AI recientemente recaudó la impresionante suma de 675 millones de dólares, alcanzando una valuación de 2.600 millones, para desarrollar humanoides destinados a BMW y otras empresas. 

Y Elon Musk está promocionando el futurista Optimus de Tesla, afirmando que algún día podrá ayudar en el ensamblaje de autos, aunque el único prototipo que mostró hasta ahora parece ser operado por un humano (un paso adelante respecto a un humano disfrazado). 

Estas son solo algunas de las más de una docena de empresas, entre ellas la noruega 1X y Sanctuary AI, que están desarrollando humanoides con la promesa de que, a diferencia de los robots diseñados para tareas específicas, podrán realizar muchas cosas diferentes, al igual que los humanos.

Para los fundadores de Apptronik, una pequeña empresa derivada de la Universidad de Texas en Austin que fabrica un humanoide llamado Apollo, el reciente auge resulta sorprendente. Durante los últimos ocho años, estuvieron desarrollando un robot humanoide capaz de recoger objetos y mover cajas, contando hasta hace poco con apenas 28 millones de dólares en financiamiento total, una cifra ínfima en comparación con las inversiones que ahora se están destinando a este sector. 

Hasta esta primavera, cuando lograron recaudar más fondos, Apptronik había generado más ingresos —más de 30 millones de dólares— que el total de financiamiento recibido hasta ese momento.

“Es interesante ver a todos entusiasmados con algo que hace dos años decían que era una tontería”, dijo Jeff Cardenas, cofundador y CEO.

Los cofundadores de Apptronik, Nick Paine (izquierda) y Jeff Cardenas, con algunos componentes del robot Apollo y un prototipo Apollo llamado QDH.
Los cofundadores de Apptronik, Nick Paine (izquierda) y Jeff Cardenas, con algunos componentes del robot Apollo y un prototipo Apollo llamado QDH.

El Apollo de Apptronik mide 1,72 metros de alto, pesa 72 kilos y tiene una pantalla electrónica en el pecho. Tiene una cabeza con forma humana con ojos que albergan cámaras encima de un cuerpo similar al humano; sus manos parecen manos humanas con guantes negros gruesos. 

El robot, que ya va por su octava versión, puede doblarse por la cintura y las rodillas y cargar hasta 25 kilos, gracias al enfoque de los investigadores en los actuadores que lo impulsan, que pasaron por unas 40 iteraciones diferentes. Cada robot tiene 32 actuadores. 

Después de haber trabajado en Apollo durante años, se espera que la empresa lance su novena versión antes de fin de año. El nuevo Apollo tendrá un aspecto más elegante, sin cables visibles, una batería más grande y una boca que es una pantalla que puede cambiar de expresión.

“Es interesante ver a todo el mundo promocionando algo que hace apenas dos años dijeron que era una tontería”. Jeff Cardenas, cofundador y director ejecutivo de Apptronik

Por ahora, se centra en las tareas más básicas: mover cajas, contenedores industriales, contenedores y otros materiales, una tarea interminable para los fabricantes y operadores de almacenes que no pueden encontrar suficientes trabajadores. 

Cárdenas estaba emocionado de haber contratado a Mercedes para probar un robot en una planta en Hungría; lleva un contenedor con la estrella inmediatamente reconocible de la marca automotriz a la línea de producción.

La empresa también tiene acuerdos con Terex, un fabricante de equipos de manipulación de materiales de 3.700 millones de dólares (capitalización de mercado), que también es un inversor, y con el gigante de la logística GXO de 5.800 millones de dólares (capitalización de mercado), además de una docena de otras empresas que Cárdenas se niega a nombrar citando acuerdos de confidencialidad. 

Dijo que Apptronik está hablando con unos 60 clientes potenciales y que espera estar listo para pasar de los proyectos piloto a un lanzamiento comercial a fines de 2025.

En comparación, Figure lanzó recientemente la segunda versión de su segundo humanoide y dijo esta semana que los robots habían pasado una prueba piloto con BMW insertando piezas de chapa metálica en accesorios específicos en su planta de Spartanburg.

El valor comercial de los humanoides radica en su potencial para realizar múltiples tareas, cambiando fácilmente entre ellas, en un entorno no estructurado. Por ejemplo, pueden mover contenedores por la mañana y desembalar cajas por la tarde.

 “La gente con la que hablo me dice: 'Pensá más allá del cuerpo humano.' Yo les respondo: 'Decime otro formato que sea más versátil,'” comentó Luis Sentis, cofundador y asesor científico de Apptronik, profesor en la Universidad de Texas en Austin y director del Laboratorio de Robótica Centrada en el Humano.

Apptronik's Apollo robot can bend at the waist and knees and carry up to 55 pounds, thanks to researchers' focus on the actuators that power it.
El robot Apollo de Apptronik puede doblarse por la cintura y las rodillas y soportar hasta 55 libras, gracias al enfoque de los investigadores en los actuadores que lo impulsan.

Al menos 16 empresas consolidadas están fabricando robots que caminan sobre dos piernas o se desplazan sobre una base, pero que cuentan con brazos funcionales, según datos de Interact Analysis, una firma de investigación con sede en el Reino Unido

Y ese número sigue creciendo, impulsado por avances en inteligencia artificial, la caída de precios en los brazos robóticos y la escasez de trabajadores de oficios manuales. Apptronik fabrica tanto una versión con piernas de su humanoide como otra que se monta sobre una base.

Goldman Sachs pronosticó que el mercado de humanoides podría alcanzar los 38 mil millones de dólares para 2035, a medida que la tecnología sigue mejorando y los costos disminuyen. Una de las claves: los avances en inteligencia artificial que permiten que los humanoides, como los de Apptronik y otros, aprendan nuevos movimientos simplemente emulando a los humanos.

“Son tiempos locos en la robótica”, comentó Sentis. “No esperábamos que los humanoides alcanzaran la fama tan rápidamente como lo han hecho”, agregó.

“Lo que está sucediendo ahora con los humanoides se parece mucho a la explosión de los robots móviles autónomos en sus primeros días”. Melonee Wise, directora de tecnología de Agility Robotics.

Para competir, en abril Apptronik recaudó 37 millones de dólares, una cifra que hasta ese momento no se dió a conocer, elevando el financiamiento total a 65 millones de dólares, con una valuación de aproximadamente 250 millones de dólares. Ahora está recaudando más de 100 millones de dólares, y Forbes anticipa que la valuación será de al menos 1.000 millones de dólares.

Pero no está claro cuánto tiempo tomará para que alguno de los proyectos piloto de humanoides sea aprobado para uso comercial. Por razones de seguridad, los humanoides generalmente operan dentro de jaulas para mantenerlos alejados de los trabajadores. 

Un experto en robótica calificó estos esfuerzos como “tontearías en este momento”, señalando que hay un largo camino entre los proyectos de demostración actuales y la viabilidad comercial en el mundo real. Esto los hace similares a los vehículos autónomos, que pasaron por años de entusiasmo y falsos comienzos, a pesar de que la tecnología que los sustentaba mejoró.

Durante una visita reciente a las oficinas de Figure, poner en marcha al robot Figure 01 requirió un calentamiento de cinco minutos y una rápida corrección de software; claramente, no está listo para el momento cumbre. 

Sanjay Aggarwal, socio de riesgo en F Prime Capital, quien analizó unas 1.500 empresas para un informe reciente sobre robótica, dijo que los videos de humanoides que vemos en online podrían requerir 100 tomas para filmarse. “Tienden a caerse”, comentó Ash Sharma, investigador de robótica en Interact Analysis. “Por eso digo que esto está en una etapa muy temprana de su ciclo de vida”, completó.

Robots humanoides
El valor comercial de los humanoides radica en su potencial para realizar múltiples tareas, cambiando fácilmente entre ellas, en un entorno no estructurado.

La idea de robots que se asemejan y actúan como humanos se remonta a cientos de años atrás. En 1495, Leonardo da Vinci diseñó una armadura, operada por una serie de poleas y cables, que se movía como si hubiera una persona real dentro. Y el primer robot a escala humana se construyó hace medio siglo, en 1973, cuando investigadores de la Universidad de Waseda en Tokio crearon el WABOT-1

Sin embargo, el concepto durante muchos años permaneció en su mayoría como una curiosidad y un ejercicio de investigación, incluso cuando los robots móviles autónomos —aspiradoras y robots de entrega/almacén— se implementaron ampliamente en la última década.

A medida que la automatización industrial ganaba terreno, Amazon, que adquirió a la pionera Kiva en 2012, desarrolló una serie de sus propios robots para acelerar las operaciones en sus depósitos, mientras que Symbotic, la empresa del multimillonario Rick Cohen, que está automatizando los depósitos de Walmart, salió a la bolsa hace dos años y ahora tiene un valor de 13 mil millones de dólares.

 “Del 2010 a hoy fue la era del robot móvil autónomo”, dijo Melonee Wise, directora de tecnología de Agility, quien previamente fundó Fetch Robotics, una empresa de robots móviles autónomos (adquirida por Zebra Technologies).

 Lo que está ocurriendo ahora con los humanoides se parece mucho a la explosión de los robots móviles autónomos en sus primeros días, comentó. “Vimos que en un período de 12 meses aparecieron otras 20 empresas en la escena”, dijo. “Eso es lo que está sucediendo ahora en el mercado de los humanoides. Es un fuerte indicador de que se identificó una necesidad en el mercado y que la tecnología está lista para abordarla”, agregó.

En 2010, cuando Sentis se unió a la Universidad de Texas en Austin como un joven profesor formado en Stanford, los robots humanoides eran más una fantasía que una realidad. Pero Sentis tenía una teoría: los humanoides podrían superar sus problemas técnicos con un nuevo marco de control de cuerpo completo basado en la priorización de diferentes tareas, como la coordinación de la movilidad y la manipulación. “Luis tenía todas estas hipótesis sobre teoría de control e inteligencia artificial, pero no había robots”, comentó Cardenas.

Apptronik CEO Jeff Cardenas (far right) talking with the startup's executive team
Jeff Cardenas (extremo derecho), director ejecutivo de Apptronik, habla con el equipo ejecutivo de la startup.

Sentis y sus estudiantes se propusieron construirlos. "Tener robots humanoides es algo que la ciencia ficción prometió durante décadas", dijo Nick Paine, quien en ese momento era estudiante de doctorado en el laboratorio de Sentis y ahora es el director de tecnología de Apptronik. “A menudo no son los pragmáticos o los realistas quienes logran lo imposible. Son las personas que no saben que es imposible”, completó.

"El futuro será un robot que pueda hacer miles de cosas diferentes". Jeff Cardenas, cofundador y CEO de Apptronik

Se presentó una oportunidad cuando la agencia de investigación del Departamento de Defensa, Darpa, impulsó la investigación en humanoides en 2011 con una serie de desafíos de robótica. Para uno de esos desafíos en 2013, Sentis y Paine se unieron a científicos de la NASA para construir "un robot superhéroe que pudiera hacer todo lo necesario en un futuro desastre natural", comentó Cardenas, llamado Valkyrie.

En ese momento, Cardenas, que tiene 38 años y había lanzado previamente una aplicación de votación llamada ThinkVoting, estaba en la Universidad de Texas en Austin trabajando en una maestría en comercialización de tecnología cuando vio por primera vez una foto de Valkyrie, que medía 1,88 metros y pesaba 136 kilos. 

Luego, se conectó con Paine y Sentis, y viajaron a Washington, D.C. para que Cardenas pudiera ver el robot en persona en la NASA. Aunque Cardenas no tenía formación técnica, la idea de los humanoides lo atrapó y vio potencial para comercializarlos. "Los robots industriales eran como las computadoras centrales", dijo. "Se estaban volviendo más versátiles, pero eran difíciles de programar e inaccesibles para la mayoría. El futuro será un robot que pueda hacer miles de cosas diferentes", concluyó.

En 2016, Sentis, Paine y Cardenas separaron a Apptronik de la Universidad de Texas en Austin, instalándose en dos pequeñas salas en el campus de la universidad. "Decidimos desde el principio que no íbamos a recaudar fondos. Íbamos a demostrar que podíamos construir estos robots", dijo Cardenas. 

"Este no es un problema de mercado, es un problema de tecnología", completó. Mantuvieron el negocio de manera independiente durante seis años, y en 2022 recaudaron una primera ronda de capital semilla de 15 millones de dólares de PerotJain, Grit Ventures y otros.

Al principio, se enfocaron en contratos con la NASA, trabajando en una segunda iteración del robot Valkyrie que nunca despegó, y en otros contratos gubernamentales, incluyendo la construcción de exoesqueletos para las Fuerzas Especiales de EE.UU. Hasta la fecha, la empresa recibió nueve premios federales de investigación por un total de 7,5 millones de dólares de la NASA, el Departamento de Defensa y la Fundación Nacional de Ciencias. Nombraron a su robot actual Apollo, en honor al programa espacial temprano.

"Si no sos ambicioso, no tiene sentido construir estos sistemas", dijo Paine. "Nuestra visión era, o son los humanoides, o nada", agregó Cardenas.

Ocho años después de iniciar la empresa, una de las mayores pruebas de Apptronik se está llevando a cabo ahora en la planta de Mercedes en Hungría. La cual no está utilizando el robot para reemplazar a sus trabajadores calificados que realmente fabrican los autos, sino que está probando solo la manipulación de materiales, un mercado grande, pero compuesto por tareas bastante simples de realizar. 

Aunque es solo una prueba, Mercedes, que apostó fuertemente por la digitalización de sus fábricas, está considerando cómo los robots podrían ir más allá de eso si su rendimiento resulta lo suficientemente bueno.

Apptronik's Apollo robot is testing out carrying Mercedes' ubiquitous stars as it looks to go commercial by the end of 2025.
El robot Apollo de Apptronik está realizando pruebas para transportar las omnipresentes estrellas de Mercedes y pretende convertirse en un vehículo comercial a finales de 2025.

Una posibilidad sería combinar el robot con inteligencia artificial para detectar problemas de calidad en las piezas que llegan de los proveedores, dijo Jörg Burzer, miembro del consejo de administración de Mercedes-Benz Group a cargo de producción, calidad y gestión de la cadena de suministro. Eso “llevaría la aplicación al siguiente nivel”, comentó Burzer. “Siempre estamos buscando la próxima gran innovación”, completó.

Para lograrlo, Apptronik tendrá que demostrar que sus robots pueden operar de manera confiable y segura, y hacerlo a un costo viable. Cardenas afirmó que el objetivo de Apptronik es "construir un robot por menos del precio de un auto", es decir, 50.000 dólares, a medida que aumentan la producción y continúan reduciendo el costo de los actuadores. Espera construir casi 100 unidades de la próxima versión del robot Apollo para lanzarlas este año, y varias cientos más el próximo año.

“Este es un juego a largo plazo”, dijo. “Tenés que tener una visión a largo plazo, y creo que eso es lo que va a determinar a los ganadores y perdedores en este espacio”, agregó.

Nota publicada por Forbes US

 

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