Un diagnóstico personalizado, con modelos matemáticos e inteligencia artificial (IA) que predigan a qué tipo de tratamiento responderá mejor nuestro tumor en particular (por sus características genéticas y las nuestras). Cirugía percutánea (se introducen agujas y por calor o por frío, destruyen el tumor sin tener que sacar el órgano afectado) y un quirófano con 5G, con sofisticadas pantallas y agujas guiadas por un sistema de navegación parecido al de la NASA. Todo cuidadosamente supervisado por médicos entrenados con simuladores, a través de un software que se puede descargar desde cualquier lugar del mundo y no requiere costosos viajes de aprendizaje.
La medicina del futuro ya está entre nosotros. Y diariamente el médico argentino Mariano Giménez la aplica en Francia y otros lugares del mundo, mientras pelea por introducirla más rápido en América Latina. "La tecnología es democratizante y humanizante, y además te acerca al paciente", asegura Giménez -que atiende a sus pacientes instalado medio año en Francia y medio en Argentina- durante una entrevista con Forbes.
Primer profesional no europeo que tiene a su cargo una Cátedra de Excelencia para el desarrollo de la Cirugía Percutánea en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Estrasburgo, Francia, Giménez además preside la Fundación Argentina para la Docencia, Asistencia e Investigación en Cirugía Invasiva Mínima (Fundación DAICIM) y dirige la Cátedra de Cirugía General e Invasiva Mínima de la UBA.
Después de casi mil años de lo que define como cirugía mutilante", que evolucionó a formas menos cruentas como la laparoscopia o la endoscopia, hoy es una referencia mundial en la "revolucionaria" cirugía percutánea (él la bautizó así hace cerca de 30 años, aunque confiesa que su esposa le dio la idea).
Consiste en introducir agujas en el tumor (por un sistema de imágenes que hoy puede ser guiado por computadora) que irradian frío o calor y destruyen las células tumorales sin resección quirúrgica, con similares resultados oncológicos que la cirugía tradicional; en un método conocido como Ablación 2.0 o ablación de precisión. "Al otro día el paciente se va a la casa y puede iniciar más rápido una quimioterapia, se entusiasma el médico sobre el procedimiento muy útil por ejemplo en cáncer de hígado, riñón y pulmón.
"Te apoyás mucho en inteligencia artificial, entonces no solo tratás lo que ves sino lo que no ves", explica Giménez, que en Francia le saca chispas al 5G del quirófano. Resalta además que "en una cirugía de precisión, el foco está puesto en ese paciente, con ese tipo de tumor en ese lugar y ese tipo de genética". Para eso se usa Data Driven: la gestión de decisiones basada en datos.
En este camino el médico resalta el avance de las imágenes en cirugía (calidad de imagen, fusión de imágenes y guías de localización) que hacen posible la cirugía guiada por computadora.
"No solo mejora tus habilidades, sino que crea habilidades que no tenés en el nivel de los sentidos. En la vista, por ejemplo, podés ver escalas de colores que tus ojos no podrían ver, te permite hacer transparentes los órganos y meterte adentro, con casi visión microscópica durante la cirugía", remarca.
"También en lo cognitivo, mejora tu inteligencia agregando IA, y te aumenta la movilidad" mediante aparatos de precisión micromilimétrica. Se trata de "guías de navegación como las de la NASA" y por las dudas ratifica: "No es el futuro, lo estamos trabajando hoy".
En contra de las películas apocalípticas de un mundo manejado por robots, aclara que "no es automatización, no dejo el robot operando y vuelvo en media hora", sino la IA "como apoyo, mejorando a los profesionales, haciéndolos una especie de Superman y Supergirl, mediante sentidos ampliados".
¿Y el futuro? "Posiblemente sea la automatización, pero no creo que lo vayamos a ver nosotros, porque va a tardar bastante, por motivos tecnológicos, legales y éticos", considera.
A pesar de los prejuicios, más tecnología también puede abaratar los costos. Hacemos entrenamiento a distancia. Te mando el software y el cirujano entrena en su casa. Esto es terriblemente democrático, porque no tenés que pagar un avión y dejar de trabajar para hacerlo, lo hacés cuando llegás del hospital. Los más beneficiados en Latinoamérica "vamos a ser los que vivimos en lugares más distantes, acota.
El médico, que ha operado o dictado conferencias en más de 30 países y capacita en la Argentina y en Uruguay sostiene que la limitante en la Argentina no es económica, es más mental. Hay mentes brillantes sin liderazgo para trabajar en equipo. Una potencialidad enorme, pero subdesarrollada, es su conclusión, pero trabaja todos los días para revertirlo, y cada vez hay más médicos argentinos y latinoamericanos que se capacitan con él, mientras algunas clínicas y hospitales dan sus primeros pasos en esta cirugía.
Como bonus track, también ve beneficios para la relación médico-paciente. La tecnología te acerca, a mí el WhatsApp o el zoom me permite acercarme a mis pacientes cuando viajo, le cuenta a Forbes.
Sin embargo su conclusión final, que repite en sus clases, sus notas en medios especializados y en sus papers, no tiene nada que ver con las máquinas, sino con la humanidad.
Siempre trato de enseñar a mis becarios la empatía: Le diste un diagnóstico seguramente irreversible. En este momento tenés que mirar al paciente a los ojos y conectar. Los pacientes están sufriendo y su familia también. Él sabe que su dolor no se va a ir, lo que quiere es que su cirujano no se vaya.