Desde que iniciamos nuestra actividad periodística en Forbes Ecuador hace casi un año, nos planteamos como equipo trazar una línea editorial muy clara respecto al momento que requería el país entonces: enfocarnos en las buenas noticias, en las historias que motivan, en los ecuatorianos que nos inspiran a creer que cualquier cosa es posible.
Veníamos enfrentando y atravesando una pandemia que sacudió fuertemente las economías y afectó el estado de ánimo de las personas en todo el mundo. Unos perdimos más que otros, y todos fuimos afectados por los confinamientos, las cuarentenas y, en general, el temor al contagio que nos privó, de alguna forma, del mayor de nuestros tesoros llamado libertad. Libertad a salir al parque con nuestras familias, libertad a abrir nuestros negocios, libertad a compartir reuniones con nuestros amigos, libertad a viajar, libertad a decidir. Y aceptamos, por supuesto que aceptamos, porque era necesario defender la vida en conjunto.
Empezamos como Forbes Ecuador en un tiempo en que las cosas poco a poco volvían a una nueva normalidad. Decidimos enfocarnos en lo positivo. Y en este lapso hemos contado a través de nuestros canales de comunicación decenas de historias de ecuatorianos, aquí y en otros países, que nos animan a todos a levantar la cabeza, a seguir, a mantenernos orgullosos de ser lo que somos, resilientes, trabajadores, innovadores, creativos, arriesgados y soñadores.
Por supuesto, no hemos desconocido que en este proceso de recuperación económica y de sanación emocional, hay desafíos enormes para el país. La inseguridad, el desempleo, la crisis sanitaria, el debilitamiento institucional son solo algunos ejemplos de las condiciones difíciles que debemos enfrentar cada día como sociedad y que las autoridades están llamadas a buscarles solución. Esa es la parte del trabajo que les corresponde, porque en un sistema democrático, los ecuatorianos confiaron en sus soluciones antes de ocupar sus cargos.
Y en ese mismo entorno de democracia, reconocemos y defendemos el derecho a expresar inconformidad que tenemos los ciudadanos. Pero lo que nunca compartiremos ni justificaremos es el uso de la violencia, en cualquiera de sus formas, porque eso atenta contra nuestras libertades: Libertad de escoger lo que creemos que está bien y respetar al que piensa diferente, libertad de producir, libertad de ir a nuestros trabajos, libertad a trasladarnos sin miedo a ser agredidos, nuestra libertad a pensar, nuestra libertad a decidir.
Por eso, desde Forbes Ecuador decidimos parar por un momento este compartir buenas noticias para exhortar a todos los ecuatorianos a respetar la libertad del otro, ese derecho que tenemos como individuos en una democracia. Si quieres protestar, hazlo, pero respeta el derecho de quien no quiere hacerlo. Respeta su derecho a querer abrir su pequeño negocio, respeta su derecho a trasportar sus alimentos para venderlos en los mercados, respeta su derecho a movilizarse para ir a distraerse, respeta su derecho de ser diferente.
Todavía llevamos marcadas las heridas de lo ocurrido en octubre de 2019. No repitamos la historia, enseñémonos a nosotros mismos, de lado y lado, que sí se puede aprender de los errores del pasado, dejar los egos, mezquindades y egoísmos personales y tomar decisiones equilibradas. Aún estamos a tiempo de cortar la espiral. Confiamos que así sea. (O)