Tempus AI, el unicornio del multimillonario detrás de Groupon, quiere revolucionar la tecnología sanitaria
Tras un cuarto de siglo como emprendedor en serie, Eric Lefkofsky quiere que su último unicornio, Tempus AI, sea el legado de su carrera. Cómo espera que cambie radicalmente la vida de millones de pacientes.

En las oficinas de la empresa de tecnología sanitaria Tempus AI en Manhattan, Estados Unidos, Eric Lefkofsky pasa junto a una hilera de plantas ordenadas y empleados que charlan durante el almuerzo en un espacio abierto que, a diferencia de la sede de la empresa en Chicago, no tiene un laboratorio real. 

Con anteojos y una camisa azul marino, el multimillonario entra en una sala de conferencias cercana, no se molesta en cerrar la puerta y se salta la charla de cortesía inicial. "Tiendo a centrarme muy singularmente en los problemas", dice el fundador y CEO de Tempus, girando en su silla. "No dedico tiempo a pensar en otra cosa".

Quienes trabajaron en forma cercana con Lefkofsky están de acuerdo: en las reuniones sólo quiere escuchar las malas noticias, sin rodeos. "Si una reunión individual duraba más de cinco minutos, tenías problemas", afirmó Gary Palmer, antiguo director médico de Tempus. El ex director científico de la empresa, Joel Dudley, coincidió en que siempre quiere saber "Lo que va mal, algo raro, pero que creó una cultura de franqueza muy saludable".

 

Lefkofsky nunca imaginó este presente, nueve años después de dirigir una empresa de tecnología sanitaria que él mismo fundó. Incluso después de poner en marcha empresas en los diversos sectores de la confección, la impresión, la logística, los medios de comunicación y, la más famosa, el comercio electrónico, con Groupon, se convenció de que nunca crearía una empresa sanitaria. El sector estaba demasiado regulado, creía. 

Sin embargo, en el 2014, a su mujer le diagnosticaron un cáncer de mama. Le desconcertó lo poco que los datos impregnaban sus cuidados. Pasó un año hablando con oncólogos y después, a pesar de no tener formación sanitaria, fundó Tempus en 2015. La empresa comenzó como una compañía de datos centrada en la oncología, que secuenciaba las muestras tumorales de pacientes con cáncer y las analizaba con modelos de IA para ayudar a determinar un diagnóstico más preciso y tratamientos personalizados. 

Ahora se está expandiendo a algunos trastornos psiquiátricos (depresión, ansiedad, TDAH) y a la cardiología, con el amplio objetivo de aplicar la inteligencia artificial a "todas las áreas de enfermedad a nivel mundial". Y está concediendo licencias de partes de su conjunto de datos a empresas farmacéuticas como AstraZeneca y a investigadores de lugares como la Clínica Mayo.

 

 

Las iniciativas de Lefkofsky 


Lefkofsky sacó a bolsa este verano la empresa, que ahora cuenta con 2.300 personas, con una valoración de 6.000 millones de dólares, y la rebautizó como Tempus AI. Generó unos ingresos de 600 millones de dólares en el año hasta junio, pero aún no es rentable. La pérdida neta del periodo fue de 720 millones de dólares, más de la mitad de los cuales fueron pérdidas contables vinculadas a la conversión de acciones preferentes en acciones ordinarias en la OPI.

Desde entonces, el precio de sus acciones creció un 22%, lo que le da una capitalización bursátil de 7.600 millones de dólares. La participación de Lefkofsky asciende a unos 2.500 millones de dólares, lo que representa más de la mitad de su patrimonio neto de 4.400 millones de dólares y lo sitúa este año por duodécima vez en la lista Forbes 400 de los estadounidenses más ricos.

"Tienen que convencerme de por qué no debería respaldar a este hombre", dijo el inversor de capital riesgo Peter Barris. Invirtió por primera vez en la empresa de impresión de Lefkofsky, InnerWorkings, en 2005, cuando era socio director general de New Enterprise Associates. "En mis más de 30 años en capital riesgo, es el mejor empresario con el que trabajé". Barris, uno de los mayores partidarios de Lefkofsky, participó en todas sus empresas desde entonces, destacando su capacidad para experimentar con diferentes ideas en "rápida sucesión" y desprenderse rápidamente de las que no funcionan hasta encontrar la que sí lo hace.

 

Además de la obsesión de Lefkofsky por resolver problemas, sus empleados, socios comerciales e inversores afirman que creó tantas empresas de éxito porque es decidido, detallista y casi demasiado confiado, lo que también lo convierte en uno de los mejores vendedores que conocieron. 

Pero Tempus es diferente y podría marcar el final de la racha de Lefkofsky como empresario en serie. Espera que supere a Groupon como el "legado perdurable" de su carrera. No sólo es la primera empresa que Lefkofsky fundó en solitario, sino que también es, con diferencia, donde más tiempo pasó como CEO. Antes de Tempus, sólo fue realmente CEO de una empresa pública una vez: en Groupon, en un papel interino de co-CEO después de que su junta (que Lefkofsky presidía) despidiera a Andrew Mason.

"Cuando decidí poner en marcha Tempus, sabía que no quería volver a dejar de ser el CEO. Me gusta hacer presentaciones. Me gusta ser responsable si sale bien. Me gusta ser responsable si sale mal", sostuvo el empresario.

 

 

El legado de Lefkofsky

 

Nacido en West Bloomfield, Michigan, hijo de un ingeniero y una profesora, Lefkofsky es el menor de tres hermanos, todos los que fueron a la Universidad de Michigan. Lefkofsky se dio cuenta en su primer año de que tenía un don para los negocios cuando empezó a vender alfombras a estudiantes universitarios y ganó 100.000 dólares al año, según un artículo de blog que escribió en 2012. Sus primeros pasos siguieron un patrón más parecido al del capital riesgo que al de los "fundadores típicos": tener una idea, crear una empresa, sacar dinero, seguir adelante... todo a velocidad de vértigo.

En los últimos 25 años, fundó ocho empresas, todas ellas estimadas en 200 millones de dólares en su valoración máxima.

"Estuve siempre dispuesto a actuar. Es uno de mis mayores puntos fuertes en los negocios. Cuando tengo una idea o alcanzo una conclusión, actúo en consecuencia, inmediatamente y sin reservas", escribió Lefkofsky.

 

En 1999, Lefkofsky y su compañero de la facultad de Derecho Brad Keywell se trasladaron a Chicago y fundaron la primera empresa de Internet Starbelly, la escalaron a un ritmo astronómico y la vendieron nueve meses después por 240 millones de dólares a una empresa que pronto quebró. Durante los años siguientes, parecía que cada nuevo problema al que se enfrentaba Lefkofsky desembocaba rápidamente en una nueva empresa centrada en solucionarlo. 

En 2001, cofundó InnerWorkings para que lo ayude a imprimir y enviar libros y revistas. Después de tener problemas para "encontrar los camiones para entregar las cosas", Lefkofsky y Keywell crearon Echo Global Logistics en 2005. Al darse cuenta de que muchos de los materiales de marketing de Echo eran utilizados por compradores de medios de comunicación, crearon MediaBank en 2006.

Luego llegó Groupon, después de que uno de los empleados de InnerWorkings de Lefkofsky, Andrew Mason (que llegaba a la oficina incluso antes de que Lefkofsky, a las 5:30 de la mañana) comente una idea basada en el comercio electrónico colectivo. Lefkofsky y Keywell sembraron la empresa, y Lefkofsky aportó un millón de dólares. El meteórico ascenso de Groupon culminó con una  OPI de 13.000 millones de dólares en 2011 y situó al empresario por primera vez en The Forbes 400. 

 

Sin embargo, Groupon tuvo dificultades para hacer dinero y el precio de sus acciones se desplomó rápidamente. Ahora cotiza a menos del 5% de esa capitalización bursátil, y la mayoría de los miembros de su consejo de administración, incluido Lefkofsky, renunciaron el año pasado. En el camino, Lefkofsky y su viejo socio Keywell se inclinaron por ser inversores, creando la firma de capital riesgo Lightbank, que ahora tiene más de 700 millones de dólares invertidos en casi 100 empresas.

 

 

La nueva empresa Tempus AI

 

Desde el principio, Tempus se alejó de todo lo que el empresario en serie realizó a lo largo de sus dos primeras décadas en el mundo de los negocios. Hace doce años, escribió que era "diferente de los fundadores típicos, para quienes el éxito monetario es una idea de último momento y el apego que desarrollan hacia la empresa no es diferente del apego de un padre hacia un hijo". Esta vez, Lefkofsky dice que una pasión personal alimentó Tempus: "Crear una empresa es como criar a un hijo", declaró a Forbes el mes pasado.

Al principio, dice que ni siquiera estaba seguro de si Tempus sería una empresa o una organización sin ánimo de lucro, por lo que financió en gran medida el negocio él mismo al principio con unos 100 millones de dólares, una combinación de efectivo personal y una inversión de su empresa de capital riesgo Lightbank. "Tenía miedo de que no haga ganar dinero a nadie", dijo el fundador.

Lefkofsky siempre tuvo ánimo de lucro. Olufunmilayo Olopade -un reputado oncólogo de la Universidad de Chicago y asesor científico fundador de Tempus que trabajó en un artículo que utilizaba los datos de Tempus para analizar las diferencias entre la población afroamericana y la europea, recuerda que le pidió que done dinero para ayudar en la investigación. "Me preguntó por qué debía darme 50 millones de dólares cuando podía crear su propia empresa". Lefkofsky no recuerda esto, pero está de acuerdo en que en aquel momento creía que era necesaria una entidad con ánimo de lucro para llevar los beneficios de la tecnología y la IA a la sanidad.

 

Olopade afirmó que Lefkofsky estaba "consumido" por averiguar cómo funcionaba el cáncer y por qué había tan pocos datos para informar y personalizar un plan de tratamiento. En palabras de Lefkofsky: "Estaba completamente obsesionado con entenderlo todo, y no entendía nada". Eso cambió pronto. A medida que Tempus crecía, el empresario se esforzó por hacer lo contrario a lo que había fracasado antes. 

La empresa escaló en forma más lenta y permaneció en un solo país (Estados Unidos) durante mucho más tiempo. Entró en su segundo país, Japón, a principios de este año a través de una empresa conjunta de 200 millones de dólares con SoftBank; Groupon, por el contrario, estaba en unos 50 países en su tercer año. 

Lefkofsky ya no "multiprocesa" tanto, en palabras de Barris; según una declaración a la SEC, dedica "prácticamente todo su tiempo profesional" a Tempus. Después de 25 años de crear empresas juntos, Lefkofsky y Keywell dejaron de trabajar unidos en 2019, cuando Keywell renunció al consejo de Tempus. 

 

Tempus también esperó mucho más tiempo para salir a bolsa, nueve años en comparación con los cuatro o cinco de las otras tres OPI de Lefkofsky. Y aparte de Pathos, que cofundó en 2020 en un campo similar a Tempus pero sobre el desarrollo de fármacos en lugar de diagnósticos, Lefkofsky no inició ninguna nueva empresa en una década. 

Tempus posee el 20% de Pathos, y comparten datos y un ejecutivo de la C-suite.

Aunque el ritmo fue mucho más lento de lo que Lefkofsky estaba acostumbrado, algunos veteranos de la atención sanitaria no opinan lo mismo. A pesar del crecimiento "más lento", Tempus se expandió rápidamente para ser una empresa de atención sanitaria, según el antiguo director científico Dudley, que ahora es inversor a tiempo completo en atención sanitaria en Innovation Endeavors del multimillonario de Google Eric Schmidt. "En parte, eso se debió a que Lefkofsky presionó a sus empleados a través de expectativas "irrazonables", un efecto secundario de tener a un tipo de software tratando de hacer atención sanitaria", dijo Dudley, y añadio: "Lefkofsky pedía que se hiciera en tres meses, un proyecto que normalmente llevaría un año. Todos pensarían que estaba loco, hasta que lo consiguieron en seis meses, mucho más rápido de lo que esperaban".

 

 

La IA aplicada al diagnóstico para un tratamiento personalizado


Tempus obtiene algo más de la mitad de sus ingresos (el 55% en el primer semestre de 2024) del análisis genético de muestras de pacientes enviadas por médicos y hospitales. Un médico que utilice Tempus puede encontrar un tumor en un paciente y, a continuación, enviar una pequeña porción del mismo a uno de los laboratorios de Tempus en Chicago, Atlanta o Raleigh para realizar una secuenciación genómica que ayude a explicar las mutaciones genéticas específicas que impulsan el crecimiento del tumor. 

A continuación, Tempus analiza los resultados con su conjunto de datos de 200 petabytes entrenado con aprendizaje automático de pruebas de laboratorio de pacientes similares (los nombres de los pacientes y otra información identificativa no se vinculan en los datos) y datos clínicos. Y envía un informe al médico con los resultados de las pruebas, una lista de tratamientos sugeridos y enlaces a investigaciones relacionadas, con el objetivo de ayudar a llegar a un diagnóstico más preciso y a un plan de tratamiento personalizado para el paciente. 

Tras el proceso, Tempus elimina la información identificativa del paciente de los datos que generó y los suma a su conjunto de datos. En 2023, Tempus secuenció 288.000 muestras de pacientes, una cifra superior a las 63.000 de 2019.

 

El resto de los ingresos de Tempus (alrededor del 45%) procede de la concesión de licencias de su enorme caudal de datos para su uso en investigación, sobre todo para ayudar en el diseño de ensayos clínicos, el descubrimiento de fármacos y el desarrollo de medicamentos. 

Diecinueve de las veinte mayores empresas farmacéuticas del mundo conceden licencias sobre fragmentos del conjunto de datos de 200 petabytes de Tempus pagando entre 150.000 y 500.000 dólares (según un informe de un analista de JPMorgan) y cientos de millones de dólares. En el extremo superior, Tempus tiene contratos de cinco años con AstraZeneca (hasta al menos 2028) y GlaxoSmithKline (hasta al menos 2027) por valor de hasta 300 millones de dólares cada uno. Algunas empresas de biotecnología y centros universitarios de investigación también tienen licencias de los datos de Tempus.

La compañía fue pionera en combinar estas dos fuentes de ingresos bajo la misma empresa. Entre las dos, trabaja con aproximadamente el 50% de los oncólogos estadounidenses, frente al 30% de hace cinco años. Eso, combinado con el agresivo trabajo en red de Lefkofsky para asociarse con grandes centros oncológicos, como Olopade en la Universidad de Chicago, y con empresas biofarmacéuticas de todo el país para intercambiar datos, permitió a Tempus crecer rápidamente. 

 

Aunque todavía no es rentable, el doble enfoque ayuda, ya que su segmento de datos y servicios tiene márgenes más elevados que el de la secuenciación genómica, que puede ser difícil de ampliar a gran escala a áreas de enfermedades no oncológicas, según el analista Bruce Quinn

Otra área en gran medida sin explotar radica en cómo monetizar de forma más agresiva sus algoritmos reales de IA, que actualmente sólo generan alrededor de un millón de dólares en ingresos por trimestre, aunque Olopade advierte que la IA no puede simplemente resolver enfermedades. "Hay mucho debate sobre los resultados de la IA, pero hasta que no tengamos buenos médicos haciendo buenos juicios, una prueba no es más que una prueba", dijo el experto.

 

Genómica, datos y dólares


Los ingresos de Tempus crecieron de forma constante en los últimos cinco años. Se prevé que sea rentable sobre la base de un EBITDA ajustado a mediados de 2024, según Lefkofsky y un análisis de JPMorgan. Los datos de 2024 del gráfico son estimaciones basadas en un informe de un analista de Bank of America.

 

El camino de Tempus no va a ser fácil. Compite con varios gigantes, entre ellos Foundation Medicine y Flatiron Health (ambos adquiridos por Roche por un importe combinado de 4.300 millones de dólares en 2018), así como Guardant Health (que salió a bolsa en 2018 y tiene una capitalización de mercado de 2.700 millones de dólares) por el acceso a los datos de los pacientes de hospitales y empresas farmacéuticas, así como las mismas muestras de laboratorio de médicos que pueden elegir de forma independiente dónde enviarlas. 

El oncólogo David Agus y Olopade, ambos asesores científicos de Tempus, afirman que trabajaron tanto con Tempus como con Foundation y que no ven una gran diferencia entre los resultados de la secuenciación. Tempus es diferente gracias a su capacidad para superponer a los resultados de las pruebas información adicional de pacientes similares, como datos de diagnóstico por imagen e historiales médicos, según escribió en una nota Michael Ryskin, analista de Bank of America.

Tempus mantiene actualmente dos litigios con Guardant sobre propiedad intelectual. Esta firma demandó a Tempus, alegando la infracción de patentes de algunas de las pruebas genómicas líquidas (la demanda se presentó unos cinco años después de que la empresa empiece a utilizar las pruebas). En la segunda demanda, Tempus inició acciones contra dos de sus antiguos empleados, alegando que descargaron secretos comerciales para utilizarlos en sus nuevos empleos en Guardant. "Confiamos en que tenemos defensas sólidas contra las demandas frívolas y, en última instancia, nuestro objetivo siguen siendo los pacientes", escribió un portavoz de Tempus a Forbes.

 

El personal del laboratorio de Tempus en Chicago se sindicó en marzo por preocupaciones sobre una mejor atención a los pacientes, los niveles de dotación de personal y unas condiciones de trabajo más seguras (es la primera vez que una empresa de IA se sindicó con éxito) y las negociaciones comenzarán este mes. 

"La gente tenía la sensación de que estaban planteando problemas a la dirección y no se los escuchaba", afirmó Anson Poe, empleado de Tempus y miembro del comité de negociación del sindicato, demostrando el deseo de mejorar el agotamiento y disminuir la rotación de personal. Poe señaló que la dirección escuchó mejor desde que comenzó la organización sindical en 2022. Lefkofsky dijo: "No tengo una opinión firme sobre si la gente debería sindicarse, pero estamos encantados de negociar".

Desafíos y escépticos aparte, se prevé que Tempus sea rentable (sobre una base de EBITDA ajustado) en el próximo año, con mucho espacio para crecer hacia adelante, según el fundador. Según Barris, "está jugando con una caja muy grande", que es la intersección entre la inteligencia artificial y la atención sanitaria: "¿Quién será el próximo Google, el próximo Amazon? Creo que vendrá de este espacio", afirmó.

 

Lefkofsky, por supuesto, está de acuerdo. Dijo que habrá varias grandes empresas en la secuenciación genómica, Big Data e IA, y Tempus está nadando en esos tres carriles. "Espero que Tempus sea el legado perdurable de mi carrera. Tiene un potencial que no se parece a nada de lo que he construido hasta ahora. Nunca hubo un momento en ninguna de las empresas en las que estuve en el que diga: esto podría ser tan grande como Apple", afirmó.

Nota publicada en Forbes US.