'El país necesita un programa hacia el 2040'
El 2024 termina y los retos económicos del Ecuador siguen. Augusto De la Torre, ex jefe del Banco Mundial para América Latina, señala los puntos altos y bajos del país. "Ecuador necesita una visión coordinada de Estado, que dure de un gobierno a otro".

Augusto De la Torre, economista, docente universitario y ex jefe del Banco Mundial para América Latina, conversó con Forbes Ecuador para hacer un breve diagnóstico de la economía ecuatoriana en el 2024 y ver hacia dónde se proyecta el próximo año. Asegura que el gobierno ha hecho las tareas en el tema fiscal, pero también considera necesario un gran plan de recuperación, pensado en el largo plazo. "Para realmente salir del hueco habría que hacer reformas más profundas y de mediano plazo", en temas de electricidad, combustibles y laborales.

¿Cómo viene la economía ecuatoriana en 2025?

Es muy importante entender el punto de partida, porque lo que suceda en 2025 no es independiente de cómo cierra el 2024 y qué problemas se han configurado. Hay que separar la pregunta en dos dimensiones o temas: el tema fiscal, que sigue atormentando al país, y por otro lado está la generación de empleo y crecimiento. Entonces yo diría que si no seguimos trabajando duro en buena política pública, esas dos dimensiones se ven bastante precarias.
En el ámbito fiscal el gobierno de Daniel Noboa se lleva las mejores calificaciones. No ha sido un trabajo perfecto, pero si lo suficientemente claro y valiente para halar el apoyo decidido de las entidades multilaterales. En ausencia del apoyo financiero del FMI, del Banco Mundial y del BID posiblemente hubiéramos caído en el precipicio de la desdolarización, recordemos que en febrero de 2024 no había ni para terminar de pagar los sueldos. En ese escenario dramático el riesgo que surge es que el Gobierno le quite los dólares al sector privado o que empiece a emitir pagarés o bonos de corto plazo y empiece a hacer sus pagos con ese instrumento, generando una nueva moneda y así se acaba la dolarización. El Gobierno superó esa situación tan difícil y la decisión clave fue elevar el IVA del 12 % al 15 %. Esa medida le dio prestigio a Ecuador y mostró que el país estaba dispuesto a ayudarse a sí mismo, haciendo sacrificios importantes, lo que levantó el entusiasmo del FMI y el Banco Mundial. En la parte fiscal, el 2024 recibe un 9/10, salimos del hueco fiscal, pero cierra con enormes desafíos para el 2025. 

¿Por ejemplo?
El primero es difícil y será mantener la trayectoria de fortalecimiento de la situación fiscal porque todos aquellos impuestos que consistieron en simples adelantos de impuestos del futuro. Entonces, en el 2025 no habrá ingresos por unos US$ 1.000 o US$ 2.000 millones, porque se obligó a las empresas a pagar por adelantado. El beneficio del 2024 será un costo en 2025.

El segundo desafío está en el ámbito fiscal que cada vez está más afectado duramente por los problemas de la seguridad social. No solo pasa que el gasto fiscal está bajo mucha presión, por gastos en educación o salud, sino también por gastos en seguridad para luchar contra el cáncer del narco-crimen. Tenemos que hacer gastos en el sector eléctrico por la crisis y no nos va a tocar otro remedio que hacer un salvataje fiscal de la seguridad social, si no se reforma este sistema. Pero un salvataje con recursos fiscales es imposible porque la crisis de caja y actuarial del sistema de pensiones es tan grande que el Estado no tiene los recursos para cubrir ese hueco que crece rápidamente. 

Y lo más desafiante es la creación de empleo. Estamos cerrando el año con una dinámica contractiva y si se toma el pulso de la actividad económica en el presente lo que se vería es que la economía se está contrayendo, ya no solo está estancada y hay muchas fuerzas que entrampan a la economía en esta situación recesiva. Entonces la pregunta es cómo salir de esto en 2025 y yo no he escuchado ni un diagnóstico, ni una buena propuesta.

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¿Cuál sería su propuesta?

Primero poner algunos parches a la economía para evitar que se contraiga más. Hay cosas urgentes en el sector eléctrico, hay que encontrar un amortiguador como el que tuvimos en el Covid. Recordemos que con la pandemia las empresas empezaron a cerrar y a despedir empleados y el país hizo algo sano para ese momento: crear un periodo durante el cual se permitió a las empresas, de mutuo acuerdo con sus empleados, ajustar y reducir jornadas para evitar que la empresa cierre y la gente se quede sin empleo. Para mi, los apagones son parecidos al Covid y no me cabe duda de que hay muchas empresas pequeñas y medianas con problemas para pagar sus sueldos y lo peor que puede pasar es que esas empresas cierren. Pero creo que por razones políticas el Ejecutivo no está considerando una idea de este tipo y los riegos son ver quiebres de empresas en cadena, las empresas no podrán pagar sus deudas.

Pero estas ideas cortarían la trayectoria de recuperación...

Para realmente salir del hueco habría que hacer reformas más profundas y de mediano plazo. Hay tres o cuatro áreas que podrían lograr esa recuperación, todas requieren cambios estructurales. Primero sería un cambio legal en el sector eléctrico que hoy es un monopolio estatal, el cambio legal pondría a la empresa estatal a competir y cooperar con el sector privado, creando un marco regulatorio más moderno como el de Colombia o Nueva Zelanda, en el que el gobierno regula. También habría que pensar algo parecido para el sector de combustibles, donde también tenemos un mercado en el cual la refinería estatal tiene el monopolio de la refinación, sino de la distribución de combustibles. Es un mercado sujeto a corrupción. La idea es tener un mercado más abierto y libre, con la decisip0n de subsidiar el transporte público urbano e interurbano. Y la más complicada, pero la más importante es la reforma laboral. En Ecuador ocurre que como la economía está apretada, el mercado laboral necesita ajustarse y no podemos devaluar, el ajuste viene a través del crecimiento de la informalidad. En la informalidad la gente percibe sueldos más bajos y precarios, de 150 o 200 dólares al mes, porque no tiene afiliación.

Un dato importante es que en 2015 el 40 % de la fuerza laboral estaba en la informalidad, al momento el 56 % está en la informalidad. Esto pasa por la rigidez laboral.

Además, la minería lícita puede ser una fuente importante de ingresos, con consideraciones ambientales y sociales. Pero no es imposible, como hemos visto en Nueva Zelanda, Canadá o Perú lograron mantener un balance generando ingresos y preservando ambientes ecológicos. Hay que armar un proyecto para aprovechar esos recursos mineros. Otros dos sectores donde hay que poner esfuerzo son la agroindustria y el turismo; Ecuador tiene activos geográficos, naturales, culturales enormes que pueden convertir al país en un destino turístico mundial, pero para eso hay que trabajar en la seguridad y en liderazgo desde el Estado. No veo al Gobierno armando el gran plan de recuperación económica nacional que vamos a necesitar en 2025.

¿Podría darse este plan en caso de que el presidente sea reelecto?

A mi me apena mucho que el Gobierno no ponga a sus ministros hoy a trabajar en mesas y discusiones para ir armando este gran plan de recuperación que toque todos estos temas dichos. Si hubiera un esfuerzo coordinado del gobierno podría ganar votos porque la gente diría 'este gobierno está trabajando para sacarnos del hueco'. Pero yo no soy político y puede ser que los políticos piensen que lo mejor es no decir nada para no hacer olas.

El país necesita un plan de largo plazo...

Ecuador necesita un gran programa, algo que se llame Ecuador 2040. Que nos vaya organizando con una visión coordinada de Estado, que dure de un gobierno a otro.

En días pasados se habló desde el gobierno de una nueva reforma tributaria 'para 20 años'- ¿Esto es posible? ¿Es muy ambiciosa la idea?

Sería bueno una propuesta que limpie, arregle y ordene nuestro marco tributario. En los países emergentes como el nuestro sigue siendo el caso de que el impuesto que más rinde y que es el menor efecto dañino sobre la producción y la inversión es el IVA. Un IVA bien armado es la receta que el médico daría, en Ecuador funciona bastante bien, recauda bien, está en 15 % y no sé qué se está discutiendo sobre este impuesto.

Una reforma tributaria a fondo tendría que hacer algo con el impuesto a la renta corporativa, el que más le interesa a un inversionista internacional. Al inversionista no le importa el IVA porque no es un costo de producción. Hay que asegurarse que el Ecuador tenga un impuesto a la renta corporativa comparable con los países con los que competimos. En el mundo este impuesto está entre 20 % y 25 %. En Ecuador está en 25 % pero es más alto porque la ley obliga a las empresas a distribuir sus utilidades 15 %. Entonces desde el punto de vista de la empresa el impuesto a la renta corporativa es el que le paga al Estado y a los trabajadores. Cuando se le explica eso a un inversionista se va a otro país.

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¿Esto implicaría una reducción o eliminación de las utilidades?

Esto implicaría o reducir el impuesto a la renta corporativa que se paga al Estado o se reduce el pago a los trabajadores. Pero la suma de los dos debe dar algo que nos permita competir. Otro impuesto mal estructurado es el ISD, es incompatible con la dolarización. Un impuesto a la entrada o salida de divisas hace que el valor del dólar al interior del país sea distinto al valor de afuera del país. Se crea una brecha entre el dólar interno y el externo. Habría que reducir el ISD pero no se ha podido por la premura fiscal que es tan grande. Por eso no me queda claro de lo que hablan con esta posible reforma tributaria. Me parecería más eficiente saber cómo cortar el gasto corriente, que tiene una rigidez enorme. Tres cosas son más importantes que la reforma tributaria: una es el problema de la seguridad social; dos, el tema de los subsidios; y tercero es hacer algo significativo con el gasto corriente.

¿Qué se escucha de Ecuador en Washington?

Hay tres o cuatro temas. Una es que en el ámbito ambiental el país ha mejorado su imagen y un ejemplo es del canje de deuda por naturaleza y el mundo sabe de la riqueza en biodiversidad. Hemos perdido imagen por el tema del narco-crimen, eso no ha hecho mucho daño y en el exterior se tiende a exagerar la situación, no somos un narco estado, pero estamos perdiendo imagen y se requiere trabajo de la Cancillería para corregir los excesos de la percepción. En lo fiscal hemos ganado algo de prestigio al subir el IVA. Y finalmente somos percibidos como un país en donde es difícil hacer negocios, costos y riesgos, eso se resume en la prima de riesgo país, con 1.300 puntos. Somos el país con la inversión extranjera más baja de la región. (I)