Forbes Ecuador
Rodrigo Andrés Estupiñan
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Mueble Fácil nació en Ecuador en 2008 con la ilusión de introducir los muebles kit en el mercado nacional. Comenzó con una producción de 7.000 muebles al año y hoy supera los 80.000. Su facturación anual ronda los US$ 4 millones y su estrategia de crecimiento se centra en la exportación a Centroamérica y el Caribe.

11 Noviembre de 2024 11.22

Algunas personas prefieren comprar sus muebles listos para usar. Otras, en cambio, disfrutan el proceso de leer las instrucciones, tomar las herramientas y armar su propia decoración. Los muebles kit, aquellos que vienen totalmente desmontados, son la propuesta del ecuatoriano Andrés Estupiñán, quien pensó que la acogida iba a ser similar a otras geografías, pero se equivocó. Su historia es un ejemplo de cómo se pueden replicar ideas exitosas en nuestras fronteras. ¿La clave? Entender el mercado y pivotar lo que sea necesario.

Viajamos hasta Machachi, al sur de Quito, para visitar la planta de Mueble Fácil de 4.500 metros de construcción. Es un espacio amplio, que cuenta con maquinaria automatizada que ayuda a que los procesos sean más eficientes. La inversión en este rubro fácilmente supera los US$ 1,8 millones. Según Estupiñán, lo han conseguido con trabajo duro y con la reinversión del 50 % de sus utilidades anuales. Cuenta con tres socios (su hermana, su suegro y su primo político), que no solo son sus familiares, sino que se convirtieron en su principal apoyo en esta aventura. Mueble Fácil nació en 2008 como un emprendimiento y este año fue reconocida como una de las 23 mejores empresas exportadoras de Ecuador por Fedexpor, el gremio del sector exportador.

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Estupiñán con 51 años es el gerente General de Mueble Fácil. Estudió Ingeniería en Sistemas en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y un MBA en el INCAE. Su experiencia laboral no está relacionada estrechamente con su formación. Fue gerente Comercial de Novopan por cerca de cinco años y ahí fue donde nació esta idea. "Teníamos que abrir nuevos mercados y cuando fuimos a Colombia conocí la industria del mueble kit o listos para ensamblar. Eso no había en el país. Al inicio no entendía por qué y luego, cuando nos lanzamos, lo comprendí".

La respuesta es sencilla: a la gente no le gusta armar. En América Latina no tenemos esta cultura de ensamblar nuestros propios muebles, sino que los compramos listos o contratamos a alguien para que lo haga. De acuerdo con Estupiñán, esa era la razón por la que nadie había apostado por esta industria, la misma que tiene más de 60 años en Colombia y más de 100 en Brasil. "Primero buscamos gente que lo pueda hacer de manera local porque no teníamos maquinaria, pero los proveedores nos quedaban mal. Después, decidimos ir a Colombia para que fabriquen los muebles y traerlos a Ecuador".

La llegada de las salvaguardas en 2009, con un arancel del 40 %, complicó la importación de los muebles y aparecieron ciertas dudas sobre continuar o no con el emprendimiento. Estupiñán recuerda que maquilaban en el país vecino y llegaban las partes y las piezas. Lo que hacían aquí era terminar el ensamblado y eso les ayudó a ingresar a cadenas como Corporación Favorita y Grupo Rosado. Así las salvaguardas se convirtieron en una oportunidad para la empresa.

Los socios emprendieron con US$ 40.000 y poco tiempo después hicieron un aumento de capital a US$ 250.000 para comprar maquinaria y arrancar con la producción local. Este quiteño asegura que es un negocio con un margen muy ajustado y se necesita de mucha eficiencia. "En Ecuador son pocos jugadores y las barreras de entrada son muy altas. Cuando quería fabricar con tablero nacional los costos no me daban. Además, la mano de obra es costosa y tenemos un montón de retos, como los cortes de luz".

La perseverancia es un factor clave. En ese inicio vendía escritorios, centros de entretenimiento, bibliotecas... Ahora, según Estupiñán, mantiene las mismas líneas, pero con otros modelos. "Por ejemplo, ya no se usan centros de entretenimiento porque las televisiones son tan grandes que solo se necesitan mesas que se colocan por debajo". Su portafolio abarca muebles de cocina, de sala, para el dormitorio, para los estudios, para el baño y para las zonas de entretenimiento.  

Dentro de algunos beneficios que tienen estos muebles son el fácil almacenamiento y el transporte más económico. "En un contenedor puedes meter 1.800 cajas, lo que significa unos 120 muebles armados". Estupiñán comenta que los primeros siete años tuvieron pérdidas y lo que hoy es Mueble Fácil se ha construido, poco a poco, con el tiempo. Un año compraban una máquina y al siguiente otra. De igual manera, su fábrica la fueron expandiendo de acuerdo con el incremento de la demanda.

Su estrategia se ha centrado en diversificar riesgos. "Antes comprábamos el tablero laminado de manera local o importado. Hoy lo adquirimos crudo para tener una ventaja porque los diseños y los colores son nuestros, no lo vas a encontrar en ningún tablerista local y nos da un diferenciador. Además, hace dos años, reutilizamos los desperdicios de la planta de muebles para hacer pallets de aglomerado, que son los únicos que entran a Europa sin certificados". Con esto conforma sus tres líneas de negocio: los muebles kit, la línea de tableros y los pallets.

Una parte de su materia prima es nacional y otra es importada de Brasil y Europa. En 2008, la empresa produjo cerca de 7.000 muebles al año y ahora la cifra llega a los 80.000. Al momento, ha exportado los pallets solo a Colombia y otro de sus pilares son las exportaciones de muebles. "Esta es la punta de lanza del negocio y abrimos nuestra visión porque Ecuador cada vez se complica más con el tema comercial. Ingresaron nuevos jugadores al mercado y los nacionales se lanzaron mucho a importar para no solo tener proveedores locales. Lo veíamos venir y empezamos a mandar algunos muebles de baño a Chile. Luego, encontramos potencial en Centroamérica y el Caribe".

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Mueble Fácil llega a República Dominicana, El Salvador, Nicaragua y Panamá con el 25 % de su producción, el resto se queda en Ecuador. Las ventas se realizan a través de grandes cadenas y tiendas locales. Al día producen cerca de 300 muebles y tienen 54 colaboradores. Su facturación llegó a los US$ 4 millones en 2023 y Estupiñán está a la espera de ver el resultado de este 2024 con la influencia de los cortes de luz.

"Si lo pienso, no lo volvería hacer. Crear una empresa es muy duro, debes trabajar 24/7 y hacer muchos sacrificios familiares" asegura este empresario, quien explica que durante dos años no cobró sueldo y uno de sus mayores retos al inicio fue no contar con el capital necesario para contratar gente preparada y construir un buen equipo. (I)

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