Las cejas y las pestañas, más allá de su función protectora, son elementos estratégicos dentro del cuidado personal y la estética facial. Consideradas el 'marco del rostro', definen la simetría, resaltan la mirada y proyectan emociones con precisión. En la actualidad, su influencia va más allá de lo visual y representan un segmento creciente en la industria de la belleza, donde tratamientos especializados y productos premium impulsan el mercado.
Por eso, Carolina Urquizo, una guayaquileña de 34 años, vio potencial en esta industria. Ella inició su trayectoria profesional en el sector turístico, luego de graduarse como ingeniera en administración de empresas hoteleras y turísticas por la Universidad Católica de Guayaquil. Su primer empleo fue en un hotel de su ciudad natal, donde trabajó en el área de recepción. Poco después, descubrió su inclinación por el mundo de la belleza, una pasión que tuvo cuando hizo cursos de maquillaje profesional.
Las ventas en línea de maquillaje fueron el punto de partida de su emprendimiento. Con solo US$ 50, Urquizo importó sus primeros productos y, al ver la aceptación, tomó una decisión: renunciar a su empleo y apostar por sus sueños. Su primera feria de maquillaje, organizada con US$ 500 de ahorros y el apoyo logístico de un amigo, marcó el inicio de un negocio que despegó impulsado por redes sociales y una creciente demanda local.
Recomendado: La doctora rumana que encabeza las operaciones de Roche Ecuador
El boom de la industria cosmética en Guayaquil fue el contexto ideal para que esta mujer iniciara en este dinámico mundo del emprendedor. Tras estabilizarse en la venta de maquillaje y recorrer 24 ciudades en el país e impartir cursos, Urquizo encontró una nueva vocación: especializarse en el nicho de cejas y pestañas. En 2016, luego de formarse en Argentina y darse cuenta de que aquello podía funcionar en Ecuador, creó un concepto: un centro especializado en estos servicios, que hasta entonces eran ofrecidos como tratamientos secundarios en salones de belleza.
Con US$ 3.000 ahorrados y un préstamo de US$ 6.000 de su padre, esta emprendedora adecuó un departamento en el sector de Miraflores para abrir su primer local. Sin experiencia en negocios ni empresas, utilizó el marketing de influencers para posicionarse. Así que invitó a figuras del medio a probar sus servicios y generó una ola de recomendaciones. "La respuesta fue inmediata. En solo seis meses, saldé la inversión inicial, amplié el espacio y tuve mucho más alcance en redes sociales".
El modelo de Urquizo partió de una ejecución intuitiva, pero estratégica. Ella tenía claro que cada dólar debía regresar al negocio y en lugar de expandirse de inmediato, optó por reinvertir y mejorar cada punto de atención: desde la decoración hasta el equipamiento, cada detalle era importante. Inspirada por su formación en hotelería, diseñó un protocolo propio, denominado Me Time, que transformó el servicio en una experiencia cinco estrellas.
Urquizo quiso construir una marca autónoma y escalable. "Yo nunca ofrecí los servicios directamente, desde el inicio lo vi como una empresa", afirma. Así nació By Me, un nombre fácil de recordar, que sintetiza su visión de exclusividad. La estandarización de procesos y la capacitación fueron prioritarios para asegurar calidad, por lo que llevó a su pequeño equipo a entrenamientos en Chile, Brasil, Colombia y México.
Al año de iniciar operaciones, Urquizo abrió su segunda sucursal en Samborondón, con una inversión de US$ 16.000. La rápida demanda la llevó, ocho meses después, a trasladarse a un espacio aún más grande en una plaza comercial, con mayor visibilidad y comodidad. Su facturación en el primer año alcanzó los US$ 200.000, cifra que en 2024 llegó a más de $750.000. Actualmente, By Me opera dos sucursales, incluido un local de 300 metros cuadrados en Urdesa, con oficinas y bodega.
Con la práctica ganada en servicios, Urquizo decidió dar el salto al mundo de los productos. Invirtió aproximadamente US$ 6.000 en investigación, desarrollo y producción del OMG Lashes, un estimulador del crecimiento de cejas y pestañas. "El primer lote de 10.000 frascos se agotó en año y medio, respaldado por una fórmula gentil, efectiva y sin efectos secundarios, diseñada junto a un laboratorio nacional", cuenta esta ejecutiva. Hoy, se distribuye a escala nacional en farmacias, centros de belleza y tiendas especializadas.
El crecimiento del negocio, la llevó a fundar Beautycom, una empresa enfocada en importar insumos de alta calidad desde Corea del Sur, China, Colombia y Estados Unidos. Esta empresaria explica que al no encontrar en Ecuador materiales que cumplieran con sus exigencias, viajó a ferias internacionales, estableció relaciones con proveedores y validó cada producto. Esta segunda firma del Grupo abastece a sus locales y es un proveedor para otros emprendedores del sector.
En 2019, su visión la llevó a una alianza estratégica con la actriz Erika Vélez. Juntas decidieron lanzar una nueva compañía: Mevel, enfocada en servicios express de belleza como lifting de pestañas y depilación de cejas. La inversión conjunta fue de US$ 15.000 a US$ 20.000 para abrir dos espacios: un local en La Joya y una isla en el Mall del Sol.
Hoy, Urquizo lidera un ecosistema empresarial compuesto por tres marcas: By Me, Beautycom y Mevel, todas se complementan dentro del mundo de la belleza. En 2024, Mebel alcanzó los US$ 200.000 en facturación, mientras que Beauty Com llegó a los US$ 95.000. Esta emprendedora logró construir un referente, a través de una gestión bien pensada. A pesar de recibir múltiples propuestas para franquiciar su negocio, Urquizo se muestra cautelosa en este sentido. Para ella, la clave está en mantener el control sobre la calidad y los procesos que definen la esencia de By Me. "No quiero expandir la marca a toda prisa. Prefiero sentar bases sólidas y asegurarme de que cada nuevo local mantenga el mismo nivel de excelencia que ofrecemos".
Te puede interesar: Con su sangre 'awka' conquista mercados europeos
Además, esta empresaria está enfocada en la formación de nuevos profesionales a través de su academia. Con una inversión aproximada de US$ 10.000, la academia de By Me se convertirá este año en un centro de referencia para quienes deseen especializarse en belleza, desde extensiones de pestañas hasta técnicas avanzadas en cejas y servicios personalizados.
En el futuro le gustaría que sus empresas se convirtieran en un referente a escala global. Su objetivo es fortalecer su marca principal y la alianza de servicios express. Además, pretende que su academia se convierta en un espacio reconocido por su calidad. Pero, más allá de los logros empresariales, su mayor deseo es que las mujeres se sientan empoderadas al invertir en sí mismas, y que encuentren en sus servicios una manera de realzar su confianza y bienestar. (I)