Zonas Francas: Una Política para el Futuro
Aunque las zonas francas en Ecuador tienen un potencial significativo para el desarrollo económico y la generación de empleo, es esencial que la nueva legislación armonice con las recomendaciones de la OMC y la OCDE. Adoptar un enfoque probado, ajustado a nuestra realidad, con una visión clara y compromiso hacia la transparencia y equidad, no solo fortalecerá la economía ecuatoriana, sino que también facilitará su integración en la economía global.

En 2023, Ecuador registró una Inversión Extranjera Directa (IED) de 372 millones de dólares, una caída del 57.7% en comparación con los 879 millones de dólares alcanzados en 2022. Los sectores que atrajeron inversiones fueron la explotación de minas y canteras, el comercio, y el transporte, almacenamiento y comunicaciones, acumulando un flujo positivo de 300 millones de dólares. Los principales inversores fueron Italia, Chile y China, con una inversión combinada de 232.4 millones de dólares. Este desplome de inversión subraya la necesidad urgente de revitalizar la IED en el país.

Ante este panorama, Ecuador busca estimular su economía mediante la creación de zonas francas, áreas delimitadas y exentas de tributos dedicadas a la producción y exportación de bienes y servicios. La reciente promulgación de la Ley Orgánica de Urgencia Económica y Generación de Empleo establece un nuevo régimen legal inspirado en modelos exitosos de Uruguay, Panamá, Costa Rica y Colombia, prometiendo catalizar el crecimiento económico. En América Latina, las zonas francas generan aproximadamente 1,030,000 empleos directos y hasta tres veces esa cantidad de forma indirecta, con 10,738 empresas activas y exportaciones valoradas en 38,000 millones de dólares en 2019.

Históricamente, Ecuador ha dependido de la exportación de bienes primarios. La creación de zonas francas podría impulsar una transformación hacia la industrialización y mayor eficiencia en las exportaciones, atrayendo nuevas inversiones en proyectos con valor agregado y desarrollo tecnológico. Un ejemplo notable es México, donde las maquiladoras y zonas económicas especiales han sido fundamentales para el desarrollo económico, especialmente en regiones fronterizas con Estados Unidos.

Ejemplos de éxito en América Latina

En Costa Rica, las zonas francas son un motor económico. Por cada dólar no recaudado en impuestos, se generan 2.5 dólares en beneficios sociales. En 2018, estas zonas generaron el 55% del empleo formal en empresas privadas, representando el 11% del PIB y creando más de 187,000 empleos directos. La Coyol Free Zone destaca por su especialización en dispositivos médicos, siendo premiada por su innovación y contribución al sector de ciencias de la vida.

En la República Dominicana, las zonas francas generan un retorno significativo: por cada 100 pesos otorgados en incentivos, se producen 620 pesos para la economía. En 2023, alcanzaron un récord de 200,000 empleos directos, contribuyendo con el 3.6% del PIB y el 60% de las exportaciones. La colaboración público-privada y la estabilidad legal son claves para su éxito.

En Colombia, 124 zonas francas emplean a aproximadamente 152,000 personas directamente. En 2022, las exportaciones desde estas zonas alcanzaron los 2.7 mil millones de dólares, siendo Estados Unidos el principal socio comercial. Las zonas francas colombianas destacan por su infraestructura avanzada y beneficios fiscales, atrayendo inversión extranjera.

El camino a seguir para Ecuador

La implementación de  Zonas Francas y Zonas Especiales de Desarrollo Económico (ZEDES) no ha sido efectiva debido a varios factores críticos: falta de estudios adecuados, ausencia de modelos de negocio claros, identificación insuficiente del flujo logístico necesario para la exportación, y análisis deficiente de la infraestructura disponible. La ZEDE de Yachay es un claro ejemplo de estos problemas.

Ecuador debe innovar en su enfoque, adoptando directrices de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La OMC promueve la transparencia y equidad, exigiendo evitar subsidios encubiertos que distorsionan el comercio, mediante normativas claras y mecanismos de notificación y revisión. Como país piloto en 2023 para el Acuerdo de Facilitación de Inversiones de la OMC, Ecuador debe alinear sus políticas con estándares internacionales, garantizando transparencia y razonabilidad en las medidas relacionadas con inversiones.

La OCDE destaca riesgos de evasión fiscal, prácticas anticompetitivas y posibles delitos de lavado de activos en zonas francas. Es vital implementar controles rigurosos por entidades como el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca (MPCEIP), el Comité Especial de Promoción de la Inversión Privada (CEPAI), el Servicio de Rentas Internas (SRI) y el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (SENAE). Estos controles deben incluir auditorías exhaustivas, monitoreo constante de transacciones financieras y normativas estrictas de cumplimiento, asegurando transparencia y cooperación fiscal internacional.

Aunque las zonas francas en Ecuador tienen un potencial significativo para el desarrollo económico y la generación de empleo, es esencial que la nueva legislación armonice con las recomendaciones de la OMC y la OCDE. Adoptar un enfoque probado, ajustado a nuestra realidad, con una visión clara y compromiso hacia la transparencia y equidad, no solo fortalecerá la economía ecuatoriana, sino que también facilitará su integración en la economía global, asegurando un crecimiento equitativo y sostenido. (O)