Hace pocos días asistí con un grupo de estudiantes de Educación Superior a una charla, en este espacio la ponente pidió que levanten la mano las personas que sabían montar en bicicleta, yo esperaba que la mayor parte de la audiencia lo hicieran, eran jóvenes entre los 18 y 20 años, pero contrario a lo que yo esperaba, fue la minoría quienes levantamos la mano, 5 o 6 en una población de 30, algo que para mí fue sorpresivo porque demostraba que este aprendizaje procedimental no había estado al alcance de todos, cuando me refiero a procedimental quiero decir que, es un aprendizaje que se queda guardado en la memoria durante toda la vida y que, luego cuando se lo pone en práctica es fácil hacerlo, y no hay necesidad de recordar el paso a paso. Otros aprendizajes de este estilo son el atarse los cordones, la lectura, entro otros.
Volviendo al tema, en definitiva, gran parte de los participantes no sabía montar en bici ¿Qué podía significar esto? Realmente no lo sé, tendría que consultar a los participantes de la charla y esto es imposible, lo que sí sucedió es que este hecho trajo a mi mente dos cosas: la primera la forma cómo aprendí y, además, la importancia del juego y el deporte en los niños, niñas y adolescentes.
Yo aprendí con la ayuda de mi mamá, quien con pocas instrucciones mientras me sostenía de una parte del asiento, decía: “yo te sostengo” “no te vas a caer” “pedalea” y así, varias repeticiones y práctica hasta que lo hice sola. Mi bicicleta era una Chopper color verde, herencia de mi hermano Xavier. Para mí y seguro para muchos una ¡gran bici! Cuando iba en bici me sentía muy bien, me gustaba percibir y sentir el viento en mi cara y moverme con rapidez y seguridad por las calles de mi barrio, más si estaba en época de vacaciones (hace 30 años esto era posible).
La experiencia de mirar que éramos una minoría quienes sabíamos montar en bicicleta me llevó a pensar también que, quizá las pantallas y el uso de la tecnología está impidiendo que tengamos otro tipo de aprendizajes. También pudo ser una coincidencia, pero de cualquier manera inspiró esta columna.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que, “para crecer sanos, los niños menores de cinco años deben pasar menos tiempo sentados mirando pantallas o sujetos en carritos y asientos, dormir mejor y tener más tiempo para jugar activamente” Por otra parte los jóvenes dedican a las pantallas más del doble del tiempo recomendado (OMS). Por ejemplo: en los últimos tres años, los menores españoles han aumentado 20 minutos su uso de televisión, dispositivos móviles y videojuegos. Los adolescentes y los niños españoles pasan cada vez más tiempo delante de una pantalla y menos haciendo ejercicio, según datos de la Fundación Gasol, en un estudio realizado en el año 2022, denominado PASOS.
Esta investigación señala que, los menores invierten alrededor de tres horas de ocio sedentario entre semana y cinco horas los fines de semana, lo cual supone más del doble de la recomendación de la OMS, que indica no superar las dos horas diarias. Además, esto va en ascenso porque en 2019 se publicó el primer informe PASOS y, tres años después, se constató que los menores dedicaban 21 minutos más a los dispositivos electrónicos entre semana, y 12 minutos más los fines de semana. Claro esto sin duda hace que se reduzca la actividad física. Ahora se dedican casi siete minutos menos a ejercitarse y solo el 29% cumple con lo propuesto por la OMS de practicar al menos 60 minutos diarios de ejercicio (Inés Sánchez – Manjavacas).
¿Esto podría explicar una relación entre lo que observé en la conferencia, sobre saber montar en bici o no, con lo que sucede actualmente con el uso de pantallas? La respuesta es NO, hace falta mucha más información, pero si puede recordarnos que, debemos promover entre nuestros niños, niñas y adolescentes el ocio en movimiento, el juego y la diversión lejos de aparatos electrónicos y así, procurar menos ocio sedentario.
En época de vacaciones podría ser un buen momento para empezar y procurar, medir los tiempos de pantalla que permitimos a nuestros hijos e hijas.
Además, es la oportunidad de compartir, ejercitarse y así evitar aislarse en medio de tanta información y digitalización. (O)