Valor de las empresas: la ventaja de estar en "el mercado correcto"
Gustavo Schutt Consultor especializado en Exit Planning y autor de “La reinvención del dueño”
Gustavo Schutt Consultor especializado en Exit Planning y autor de “La reinvención del dueño”
Saber cuánto valen nuestras empresas siempre es conveniente. Tengamos o no la intención de venderla en el corto plazo, conocer este dato nos ayudará a saber dónde estamos parados y a tomar mejores decisiones. Para tener esta información que es clave, recomiendo utilizar la “rueda de valor”.
¿Qué es la rueda de valor? Una herramienta especialmente diseñada para analizar una serie de aspectos en los cuales un potencial comprador fijará su atención si se propone hacernos una oferta para adquirir nuestra compañía.
Entre los distintos componentes que integran esta rueda de valor, el que llamamos “mercado correcto” tiene una incidencia significativa. Para analizarlo mejor, lo podemos dividir a su vez en tres partes.
No hay dudas de que un comprador va a mirar si la empresa está en una industria atractiva o no. Esa es la primera premisa porque, dependiendo de lo que esté pasando en el mundo y en la región, habrá industrias más atractivas que otras. Pero además, nosotros podemos hacer cosas para ubicarnos en un lugar más atractivo. Para eso debemos pensar en el futuro, identificar oportunidades, nuevos negocios y amenazas, planificar, anticiparnos a los cambios, adaptarnos a la realidad de cada mercado y lograr de esa manera posicionarnos de manera más ventajosa.
Es importante que la empresa tenga un modelo de crecimiento, saber explicar de qué manera crece y se desarrolla, mostrar de manera consistente cómo lo ha hecho hasta el momento y cómo proyecta hacerlo en el futuro. Una empresa que en base a los números pueda generar esa credibilidad valdrá más en comparación con otra que carezca de esa capacidad.
Y el crecimiento nos lleva al tema del tamaño, que también gravita de manera importante. ¿Por qué? Porque el mercado tiende a valorar y pagar más por las empresas grandes que por las pequeñas. Tomando datos internacionales, podemos comprobar que el denominado multiplicador de Ebitda (cuántas veces su Ebitda vale una empresa) es más elevado cuanto mayor es el tamaño.
Este es un componente muy potente para determinar el valor: que la nuestra sea una empresa que otro (alguien más grande que nosotros, líder en la industria, líder en la región o líder en el mundo) tenga que tener. Esto puede ocurrir porque tengamos un producto, un servicio o una fortaleza tecnológica imprescindibles para él, o porque estemos en zonas geográficas donde el otro no está, o bien porque contemos con una red de clientes o de canales que no tiene y necesita. Cuando logramos que se den estas condiciones, el valor de nuestra empresa podría incrementarse de manera notable.
Entonces, cuando pregunten: ¿Cuál es el valor de tu empresa? Mi consejo es brindar los elementos para que la parte interesada haga su evaluación y ofrecimiento, por supuesto, con la confidencialidad del caso. Es muy probable que no sepamos qué puede representar para esta otra parte la potencial adquisición y cuáles son las sinergias que conseguirá.
Muchas veces ser una empresa que el otro tiene que tener puede redundar en un valor impensado para nosotros.
*La columna fue escrita por Gustavo Schutt, consultor especializado en Exit Planning y autor de “La reinvención del dueño”