La tecnología actual permite hacer muchas cosas, y una de ellas es la que está aplicando el Ecuador para conmemorar el bicentenario de la Batalla del Pichincha o, como lo ha llamado el Gobierno, los “200 años en libertad”: la misma exposición se presenta en decenas de ciudades del todo el mundo de manera simultánea.
Para realizarla, la Cancillería concibió una exposición que explicara al público, con textos muy resumidos y gráfica alusiva, el proceso independentista del Ecuador. Así se empezó por las causas de la independencia y se dedicaron sendos paneles al relato sucinto de los grandes hitos, desde las juntas quiteñas, la independencia de Guayaquil, la llegada de Sucre, hasta la batalla del Pichincha y su realización, para luego señalar sus consecuencias: el encuentro de Bolívar y San Martín y la liberación definitiva de Sudamérica. El resultado fue 14 carteles a los que se sumó uno de título general. Una vez diseñados, y con dos versiones (una en español y otra en inglés), a inicios de abril se puso el enlace en la nube para que cada embajada y consulado del Ecuador pudiera bajar los archivos e imprimirlos en su propia ciudad. Así, no fue necesario mandar físicamente los 15 carteles a decenas y decenas de ciudades, lo que habría sido engorroso y caro.
No se trata de impresión en papel ni es trabajo de imprenta. Se recomendó a las misiones del Ecuador que lo reprodujeran en vinil, en un taller de señalética, de preferencia usando placas autosustentables de PVC, que son durables, livianas, fáciles de transportar y colocar… y baratas.
Una de las ventajas de la reproducción digital sobre la analógica es que las imágenes y los textos no pierden calidad al transmitirse por internet. A su vez, la impresión en los llamados plotters ––que se usan en los talleres de lo que en el Ecuador se conoce como “gigantografías”, y se emplea en vallas, lonas y otro material publicitario y de señalética––, es, por lo general, de buena calidad. Así, la exposición de la Cancillería está siendo reproducida y exhibida en lugares muy distintos, con la misma alta calidad gráfica.
Por cierto, no en todo el mundo funciona presentar una exposición en español o inglés. Al contrario, en muchos países aquello sería un callejón sin salida pues no se cumpliría con el objetivo de comunicar la historia de hace 200 años. Por ello, muchas misiones se han dedicado a traducir los textos. Como desde la Cancillería se distribuyó también el enlace respectivo a archivos editables, usando un programa de diseño de uso común, se puede reemplazar los textos en español o inglés, con su traducción al idioma respectivo (lo han hecho en Corea, China, Japón, Brasil, y en varios otros lugares e idiomas).
Por supuesto, cuánto se haga y qué se haga depende del entusiasmo y dedicación del personal de cada misión, pero, en general, la Cancillería ha notado una gran acogida, porque las misiones tienen la oportunidad de realizar un acto adicional a los tradicionales para celebrar esta notable efeméride. Por supuesto que habrá conferencias, mesas redondas, debates, visitas a colegios y universidades, pero la muestra permite centrar el foco en los acontecimientos de la formación del Ecuador como nación.
Por otro lado, el material y carácter de la exposición permiten su fácil traslado y colocación en un nuevo sitio. Por eso, muchas de las embajadas y consulados han previsto ir exhibiendo la muestra en diferentes recintos: algunas han empezado por la propia sede de la misión u oficina consular pero luego la pasarán a un centro cultural, una asociación de ecuatorianos, un local comunitario o, incluso, un centro comercial. Otras han empezado por su exhibición fuera (por ejemplo, el consulado en Miami inauguró la muestra en el Dade Community College).
A la vez, en el Ecuador, las delegaciones zonales de la Cancillería están presentando la misma exposición en las ciudades en las que están localizadas.
Como dijo el embajador Fabián Valdivieso al intervenir en la sede de la Cancillería, en Quito, momentos antes de que el canciller Juan Carlos Holguín inaugurara la muestra, “en mi larga vida de embajador jamás había participado en un acontecimiento igual: inaugurar la misma exposición en Quito, en diferentes ciudades del Ecuador y en decenas de ciudades alrededor del mundo”.
Así, la globalización y la tecnología permiten conmemorar de una manera inédita el bicentenario de la batalla que selló la independencia del que primero se convirtió en el Departamento del Sur de la Gran Colombia y luego en el Ecuador, marcando desde ese día el fin del régimen monárquico y la condición de colonia y el inicio de la vida en libertad y la forma republicana de gobierno. (O)