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Sucesiones: la preocupación más grande. ¿Cómo prepararla?

Martín Litwak Autor del Iibro Planificación Patrimonial para Celebrities, fundador y CEO de Untitled SLC

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26 Febrero de 2024 10.01

No importa la edad, el tamaño del patrimonio ni la situación económica. Una de las preocupaciones que más se repite y que más escucho en mi día a día tiene que ver con cómo dejar nuestros ahorros -muchos o pocos- a las siguientes generaciones.

Ordenar o resolver la sucesión es uno de los siete objetivos principales de la planificación patrimonial. Pero ¿qué es, en concreto, lo que más preocupa a la hora de planificar una sucesión? Una vez más, las limitaciones impuestas por las leyes locales que, en algunas ocasiones, pueden afectar el cumplimiento de nuestras metas.

La lentitud, la falta de privacidad y los costos que acarrean los procesos sucesorios suelen ser las tres principales trabas en gran parte del mundo.

Naturalmente, la creciente voracidad fiscal de los gobiernos y la tendencia global hacia un intercambio automático de información financiera entre las autoridades fiscales de los distintos países, generan que algo simple y lógico, como pasarles nuestros ahorros a los hijos, se convierta en una odisea.

Por eso, hoy quiero recordar cinco claves para lograr una sucesión exitosa, ante cualquier escenario:

1. Entender dónde estamos parados. ¿Qué significa esto? Saber cuánto dinero tenemos, dónde lo tenemos, saber exactamente si contamos con inversiones, bienes o sociedades. En definitiva, determinar qué activos poseemos y dónde los poseemos. Es decir, si están en uno o más países, porque cada país cuenta con sus propias normas y legislaciones. Los terceros países en los que tengamos nuestros activos pueden, por ejemplo, tener impuestos que no existen en el país de origen (como el impuesto a la herencia en Estados Unidos) o pueden imponer formalidades o requisitos diferentes o adicionales a la transferencia de bienes. Así se genera la necesidad de un adecuado asesoramiento legal y contable en cada país en el que uno tenga inversiones.

2. Planificar. En muchos países no estamos acostumbrados a planificar más allá del año siguiente o del próximo, y esto es algo que debemos cambiar. Para hacerlo, es importante conocer los objetivos y necesidades familiares. Por eso, tenemos que saber si la planificación tiene como objetivo resolver de antemano situaciones de familias ensambladas, hijos en diferentes países, familiares con discapacidad o si se trata, simplemente, de cuestiones de costos, impuestos e incertidumbres financieras.

3. Entender el sistema impositivo. ¿Vivimos o tenemos nuestros bienes en uno de los denominados “infiernos tributarios”? ¿Qué tipo de impuestos se cobran en el país donde tenemos nuestros activos? Estas son preguntas clave que tenemos que responder para analizar lo que podemos hacer. Luego de determinar nuestros objetivos y necesidades y de entender cuáles son las posibilidades que tenemos y las limitaciones legales a enfrentar, nos toca conocer las herramientas que tenemos disponibles, la siguiente clave.

4. Conocer las herramientas disponibles. Después de cumplir con los pasos previamente descritos, es momento de investigar las herramientas que existen a nivel global y cómo podrían utilizarse en el país en el que llevaremos adelante la sucesión. Sociedades con base en jurisdicciones offshore, trusts y fundaciones de interés privado son algunas de las opciones posibles, pero no las únicas. ¿De qué depende la elección de la herramienta a utilizar? De los bienes, de los beneficiarios y de los objetivos. Todo esto se debe analizar con especialistas para evitar equivocaciones, que pueden costar caro.

5. El testamento, la herramienta esencial. En América del Sur, la última clave radica en la realización de un testamento, que es un documento de sencilla y económica elaboración, que permite establecer quiénes son los herederos, qué bienes corresponden a cada uno e incluso qué condiciones deben cumplirse para acceder a ellos, siempre dentro de los límites de la ley. En algunos casos, se puede reemplazar este testamento mediante la donación en vida de los activos de que se trate, con o sin reserva de usufructo.

Otras alternativas o decisiones, que pueden reemplazar o complementar la elaboración de un testamento según los casos, son las siguientes: analizar la venta de la vivienda familiar, contratar un seguro de vida que identifique el destinatario de los bienes, dejar dinero en efectivo y/o tener una cuenta conjunta con nuestros hijos son otras ideas prácticas que pueden aliviar una sucesión y lograr que sea exitosa. Por supuesto, hay otros aspectos para tener en cuenta y pormenores a atender y, en muchas ocasiones, dejar un testamento no será suficiente para cumplir con los objetivos deseados, pero por algo se empieza y, como digo siempre, ¡cuanto antes, mejor! ¿Se quedaron pensando cuales son los otros seis objetivos de la planificación patrimonial? No los vamos a dejar con la intriga, acá van:

▪ obtener un mayor grado de seguridad jurídica, 

▪ optimizar la carga tributaria a la que uno está sujeto; 

▪ proteger los activos de ataques por parte de terceros (i.e. acreedores, etc.); 

▪ alcanzar una mayor privacidad; 

▪ adelantarse a la propia vulnerabilidad o incapacidad; y 

▪ resolver problemas vinculados a vivir en un país con alta inseguridad y/o delincuencia (por ejemplo: estafas, secuestros extorsivos).

 

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