La Comisión Europea acaba de sancionar a Apple con una histórica y de las más altas multas por 1.9000 millones de dólares por oprimir la innovación, establecer reglas y tarifas anticompetitivas para los desarrolladores de apps de transmisión de música en su Apps Store.
Este caso inició en 2019 por denuncia de Spotify, ya que las dos compañías han estado en guerra durante años, con el servicio de streaming peleando por los usuarios entre ella y iTunes de Apple. En el ínterin, cada uno invadió el territorio del otro.
En 2015 lanzó su propio servicio de streaming Apple Music, Spotify afirmó que Apple podía bajar los precios en la plataforma porque ella no tenía que pagar las mismas tarifas de la App Store que sus competidores. En 2018, el CEO de Apple, Tim Cook afirmaba que, “Nos preocupa que la humanidad se esté quedando sin música”, un comentario críptico interpretado como una burla del uso intensivo de recomendaciones algorítmicas por parte de Spotify. En 2019, Spotify comenzó una ambiciosa ola de gasto en podcasts, invirtiendo en programas populares o de alto perfil, en otro desafío directo a Apple.
En el centro del problema están las políticas de la App Store de Apple, que según Spotify le dan a la compañía una ventaja injusta sobre sus competidores al imponer una comisión del 30% sobre todas las compras dentro de la aplicación realizadas a través de la App Store, incluidas las suscripciones a servicios de streaming y en última instancia perjudica a los consumidores al limitar sus opciones y hacer subir los precios.
Spotify más astuta se volvió franco cuando los políticos europeos comenzaron a pedir legislación para regular a los gigantes tecnológicos. La multa de 1.800 millones de euros impuesta por la Comisión Europea a Apple demuestra que sus tácticas están funcionando al resolver que las prácticas de la empresa de Cupertino violó la legislación de antitrust al impedir que los desarrolladores de aplicaciones informaran a los usuarios sobre formas alternativas de suscribirse a servicios de transmisión de música y pagar un menor precio por el mismo producto, así como de explotar su posición de dominio para sofocar la innovación donde los usuarios de iOS paguen precios más altos por streaming. Además, la Comisión ordenó a Apple cambiar sus prácticas, mientras tanto la empresa apelará la resolución.
La decisión de la Comisión Europea de multar a Apple envía un fuerte mensaje de que las prácticas anticompetitivas no serán toleradas en la Unión Económica Europea. También sirve como advertencia para otros gigantes tecnológicos que puedan estar participando en prácticas similares para obtener una ventaja injusta en el mercado, donde es esencial que los reguladores intervengan para garantizar la igualdad de condiciones y proteger la libre concurrencia.
En cambio, en Latinoamérica las autoridades de libre competencia no han resuelto sobre este caso que impacta en la regulación en la economía digital y la necesidad de que los reguladores se adapten a la dinámica cambiante del sector.
Este fallo marca el comienzo de una batalla más amplia entre los bloques, los reguladores y el gigante tecnológico, constituye un catalizador del cambio, impulsando a los reguladores y a las empresas a reevaluar sus prácticas para que exista un entorno más competitivo e innovador. (O)