Forbes Ecuador
sinfonia romantica
Columnistas
Share

La obra de Fernando Larenas nace de la pasión, el conocimiento y la destreza narrativa de un gran melómano y agudo lector de buena literatura, dos géneros culturales que se fusionan en sus páginas.

5 Marzo de 2025 15.02

Desde hace varios años sigo los pasos de este melómano incurable, diletante y esteta al que se lo suele encontrar envuelto entre las notas vaporosas de una sinfonía o ensimismado con las letras de una novela o de un artículo de prensa. Fernando Larenas, al que en el mundillo editorial y literario se conoce como "Mesié", es un periodista que soñó toda la vida con estar del lado de una orquesta sinfónica, pero que se ha conformado (para beneficio de sus lectores), con escuchar, leer y escribir sobre música, sobre la vida de los más exquisitos y refinados autores y compositores, y alguna vez también sobre obras literarias. 

Amante del gin tonic y explorador de poemas sinfónicos, óperas, tiempos y silencios, ha dedicado una buena parte de su vida -la que no se dejó en el diario El Comercio o en otras salas de redacciones-, a escuchar música clásica y convertirse, sin quererlo, en un especialista, obseso y didáctico conversador de estos y otros temas menores. 

Tal vez te puede interesar: Relatos para impedir el olvido

Así nació su libro, un día ya distante cuando, en la tertulia de un grupo de amigos que se ha convertido en una logia, nos contó que había empezado a escribir una suerte de crónica o ensayo sobre el maestro Álvaro Manzano y sus referencias musicales. 

Recuerdo que mesié Larenas, enfebrecido, nos relató una escena garciamarquiana de las últimas horas de vida del maestro Álvaro Manzano que, al parecer, en un estado de inconsciencia y postración, habría dirigido su última sinfonía, tal como lo relata el autor en las deliciosas páginas de este libro, pero además nos contó sobre la espectral presencia del eterno director de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador en la Casa de la Música, durante el estreno en el país de la sinfonía Manfred de Tchaikovsky, el 18 de febrero de 2022, mientras Manzano agonizaba en una casa del barrio la Floresta en Quito. 

Esos preludios del autor de este libro me llevaron entonces a pensar que aquel manuscrito no se trataba tan solo de una crónica o un ensayo sobre música clásica alrededor del mejor director de orquesta que ha tenido el Ecuador y su marcada influencia por los rusos: Tchaikovsky, Shostakóvich, Stravinski o sobre el austro-bohemio Gustav Mahler, sino que Fernando Larenas estaba escribiendo, quizá intencionalmente o quizá no, una biografía novelada sobre su amigo Álvaro Manzano. 

Y es que esta 'Sinfonía Romántica' reúne en sus páginas todos esos géneros literarios que la hacen todavía más variada y amena. Así, el lector que se apresta a devorar esta obra, entrará silencioso y devoto en una habitación de hospital y asistirá, sobrecogido, a una escena fascinante y sublime que resume la inconmensurable pasión de un hombre por su oficio. Y, de pronto, pasará sin sentirlo a la sobria y hermosa sala de conciertos de la Casa de la Música, y luego volverá en el tiempo y caminará detrás de las huellas de un niño humilde que se fascinará con la visión mágica, excepcional, de un acordeón reposando detrás de una vitrina en la ciudad de Quito; y flotará sobre Ambato, ciudad natal de Manzano, o se encontrará en Moscú, Berlín o Praga en teatros majestuosos, y sentirá la música en cada frase, en cada cambio de página. 

Pero para añadir más ingredientes a este plato literario y musical al que se lo podría clasificar en un género tan solo por fragmentos o capítulos, tenemos en esta 'Sinfonía Romántica' los testimonios de las personas cercanas a Álvaro Manzano, que nos cuentan su vida desde los aspectos más íntimos y desconocidos, o la entrevista que hiciera el autor al propio biografiado que descubre sus profundos conocimientos de autores, obras y épocas; o la aparición repentina de un personaje que nadie anticipaba en esta historia, Eugenio, que refuerza la idea de que una novela breve se entrometió en un libro destinado desde su concepción al culto y a la cultura musical. 

Lee también: Los libros de 2024

De algún modo, Eugenio es el cable a tierra del enorme personaje que fue el maestro Manzano. Si uno estaba habitando la dimensión onírica de las notas y los ritmos, el otro lo regresaba a la vida corriente de un ser de carne y hueso. Si uno se extraviaba en la trama de una ópera, el otro lo encontraba y lo traía de regreso para dar un paseo por el casco colonial de Quito o para enfrentarse cara a cara con los dioses en "Shuglaya", que en lengua ancestral significa "al otro lado", y que era ese paraje mágico en el que habitó Manzano al final de su vida, a la vera del río Pastaza y a los pies del volcán Tungurahua, cerca de Baños, la bella ciudad de la exuberancia y las aguas termales. Allí reposan las cenizas del maestro, entre la vegetación verde, enmarañada y tropical de aquel umbral del paraíso. 

Disfruten pues los lectores de esta 'Sinfonía Romántica', "Episodios de la vida de Manzano y Bruckner", publicado recientemente por Dinediciones y que será presentado en varias ciudades del país en las próximas semanas. 

La obra de Fernando Larenas nace de la pasión, el conocimiento y la destreza narrativa de un gran melómano y agudo lector de buena literatura, dos géneros culturales que se fusionan en sus páginas.  (O)

10