Hace poco fui nombrado Director de la Escuela de Relaciones Internacionales de una prestigiosa, pero además, linda universidad del país. Entre las felicitaciones y los buenos augurios me sorprendió una pregunta recurrente: ¿Por qué, si soy abogado y politólogo, iba a dirigir una carrera “con la que no tenía nada que ver”? Eso me hizo comprender que, al ser una carrera relativamente nueva, de manera general se desconoce su alcance e incidencia, por lo que opté ensayar aquí una breve explicación.
Para empezar, hay que señalar que la Ciencia Política y las Relaciones Internacionales están íntimamente entrelazadas y sus campos de acción se entrecruzan constantemente. Esa relación parte, esencialmente, del análisis que hacen estas dos ciencias de los fenómenos políticos, utilizando incluso metodologías similares. Por eso la Ciencia Política es una materia esencial para quien estudia Relaciones Internacionales y viceversa.
Así, al menos en la carrera que hoy dirijo, hay importantes componentes dentro de la malla curricular que provienen de la Ciencia Política, como el análisis político, el estudio de las ideologías o la situación actual de la democracia en el mundo, solo por poner algunos ejemplos.
Por otra parte, para las Relaciones Internacionales el Derecho es fundamental. Justamente, el marco legal internacional es el que permite y regula, no solo la interacción entre países y el funcionamiento de las diversas organizaciones internacionales, sino también el intercambio de bienes y servicios, la movilidad de las personas y las relaciones entre privados en diferentes Estados, entre otros temas. A esto hay que añadirle un componente esencial: el de los Derechos Humanos que, en teoría nos amparan a todos los seres humanos, pero que en la práctica, en muchas ocasiones, son muy difíciles de hacer cumplir. Un internacionalista también puede ser un instrumento de su eficacia.
Otro elemento clave presente dentro de las Relaciones Internacionales es la Economía, permite comprender el funcionamiento de los mercados, tanto nacionales como internacionales, así como las relaciones comerciales entre países y también las relaciones económicas entre los ciudadanos. Por supuesto, entran dentro de los temas que abarca esta rama de la ciencia el funcionamiento y el papel de los organismos de crédito internacional, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, solo por nombrar un par.
Componentes importantes que también que están incluidos en las mallas curriculares son la sociología, el medio ambiente, los problemas de género, el multiculturalismo, la xenofobia, los problemas surgidos en los últimos tiempos con el identitarismo y por supuesto, los aspectos positivos y negativos de una globalización cada vez más marcada.
Así, lo que pretende esta carrera es dotarle a quien la estudia de una serie de herramientas multidisciplinarias para que se pueda desenvolver en un mundo cada vez más cambiante y complejo, en el que la combinación de todos estos elementos le permitirá enfrentarse de la mejor manera a la enorme variedad de campos en los que puede desempeñarse laboralmente.
De esta forma, quien tiene un título en Relaciones Internacionales, puede trabajar eficientemente áreas que van desde el servicio diplomático hasta la Academia, pasando por organismos internacionales de todo tipo, así como ONG's, instituciones estatales y entidades privadas con proyección internacional.
Sé que en esta breve explicación quedan por fuera muchos otros aspectos motivadores, pero aspiro que se entienda, no solo en que consiste la carrera de Relaciones Internacionales, sino la importancia que tiene para el país contar con gente bien preparada en ella, motivo por el cual acepté este apasionante reto. (O)