Reír para no llorar
Y si algo se consigue con los libros de Rafael Lugo, con esta 'Tripa Mistic 2', además de sonrojarnos y sentir vergüenza ajena, de vernos retratados, desfigurados y saber que por desgracia todo es completamente cierto, será reírnos a carcajadas de nosotros mismos, con hipo y convulsiones tal como recomendaban nuestros abuelos.

Si el apocalípsis mundial se tuviera que decidir en Ecuador por medio de una elección presidencial para definir el destino del planeta, estaríamos absolutamente perdidos. Ni siquiera candidatizando al propio Jesús en su segunda y última venida se lograría derrotar al candidato del mal encarnado por ejemplo en un cura pedófilo, ultracuruchupa, terraplanista, antifeminista y, por supuesto, corrupto hasta la médula. 

Incluso en esas circunstancias extremas, con el tablero electoral inclinado hacia el personaje luminoso, humilde, sencillo y honesto, la elección la ganaría el otro, el émulo de Barrabás, el ladrón, el mafioso, el de la campaña sucia y tramposa que sería elegido en el túnel del tiempo hasta con los votos de los fantasmas que forjaron la naciente república de 1830.

Estas ideas disparatadas, sin duda blasfemas e irreverentes, hilarantes y a la vez tan cercanas a nuestra realidad que resultan dolorosas, solo podían salir de la pluma del escritor Rafael Lugo Naranjo, que acaba de publicar su nueva obra 'Tripa Mistic 2' bajo el sello editorial ElBroli. 

Igual que en su primera historia, los personajes de Tripa Mistic 2 se ven involucrados en una trama de tintes épicos, condimentados con un sentido del humor tan inteligente como profano. Lugo no deja títere con cabeza en su nuevo libro, y lo hace como en sus mejores tiempos, con el desparpajo, el chiste fino y la sinceridad de un observador profundo que jamás ha tenido reparo alguno en decir las cosas como son, en decirnos a todos los ecuatorianos lo badulaques, lo cuentistas, lo ingenuos, embusteros, dicharacheros y corruptos que podemos ser  en este territorio que navega a la deriva desde hace casi doscientos años, y que cada día se parece más a la distópica y tragicómica saga que nos regala este escritor orgullosamente ecuatoriano.

Como si tuviera un estilete en la mano, Rafael Lugo retrata en esta historia, de forma descarnada, entre otros males autóctonos, a la insufrible tramitología nuestra de cada día, al papel o a la copia que siempre nos piden a último momento; a los funcionarios corruptos que eluden y desaparecen mágicamente las glosas de la Contraloría; a los políticos ignorantes que traspasan la línea sinuosa de la ilegalidad y la inmoralidad, y que solo ven en su carrera la forma más fácil y rápida de hacer dinero sin ser enjuiciados o señalados por sus actos, y que, por nuestra culpa, terminan siendo victimizados, idealizados y reelegidos para seguir con sus fechorías. 

Y también carga el autor contra nuestra propia historia y contra los dogmas de la fe, y lo hace con puntillosos señalamientos respecto de las mentiras que nos contaron, como la de los Shyris que nunca existieron, o la coladera de fisuras que muestra la historia sagrada, todo con un magnífico lenguaje callejero, plagado de modismos, entonaciones y dichos cotidianos.

Reír para no llorar, resulta ser una decisión de vida fundamental en estos tiempos. Sigmund Freud decía que “el humor es el mayor mecanismo de defensa del ser humano, un instrumento que permite equilibrar las emociones y elaborar las frustraciones”.

Y si algo se consigue con los libros de Rafael Lugo, con esta 'Tripa Mistic 2', además de sonrojarnos y sentir vergüenza ajena, de vernos retratados, desfigurados y saber que por desgracia todo es completamente cierto, será reírnos a carcajadas de nosotros mismos, con hipo y convulsiones tal como recomendaban nuestros abuelos. (O)