Ecuador es percibido por los inversionistas globales como un país de alto riesgo. Este riesgo soberano se mide en los índices de riesgo país y las calificaciones crediticias soberanas de agencias líderes como Fitch, Standard & Poor's y Moody's. El riesgo soberano de Ecuador se deriva de varias cuestiones profundamente arraigadas en nuestra economía y sociedad, como la falta de estabilidad institucional, la justicia selectiva, la dolarización, la poca sostenibilidad fiscal y un historial de impagos de deuda, algunos maquillados y otros agresivos, entre muchos otros factores. «A mayor riesgo, mayor rentabilidad», dice la máxima financiera acuñada por Fisher en 1961. Esta frase nos recuerda que Ecuador, como país de alto riesgo, debe ofrecer altas rentabilidades para atraer inversiones.
¿Son las inversiones en Ecuador demasiado riesgosas para los mediocres rendimientos que generan? ¿Cómo puede Ecuador fomentar proyectos más rentables dentro de una economía tan pequeña en el corto y mediano plazo?
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Los proyectos rentables son estructuras empresariales con un diferencial significativo entre el precio de compra y venta, empresas con grandes perspectivas de crecimiento y empresas que ayudan a diversificar riesgos globales. En el universo de inversionistas hay muchas preferencias respecto a los perfiles de riesgo y rentabilidad. En el mercado financiero, podemos distinguir a los inversionistas de corto, mediano y largo plazo, cada uno con diferentes visiones sobre rentabilidad y riesgo. Normalmente, los inversionistas de corto plazo asumen mayores riesgos con expectativas de alta rentabilidad, mientras que los de largo plazo prefieren menores riesgos con ingresos esperados más constantes y predecibles.
Si la rentabilidad esperada en proyectos ecuatorianos es competitiva globalmente frente al riesgo percibido, atraeremos inversionistas globales a Ecuador.
En el caso de Ecuador, la distinción entre inversionistas y plazos de inversión es fundamental porque el país posee estructuras empresariales valiosas, sobre todo en el sector público, como el sector eléctrico y petrolero, que pueden generar ingresos en el corto plazo. Estas estructuras empresariales son atractivas para quienes están dispuestos a asumir los altos riesgos asociados a la inversión en un mercado volátil como el ecuatoriano, frente a perspectivas de alta rentabilidad. ¿Cómo invierten estos inversionistas de corto y mediano plazo para obtener estas altas rentabilidades?
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Los fondos de inversión
En Ecuador, los fondos de inversión son poco comunes; son estructuras demasiado sofisticadas que no han captado la atención de los inversionistas como sí lo han hecho en otros países. La industria tiene un tamaño aproximado de US$ 13.1 trillones de dólares bajo administración a nivel global.
¿Qué son los fondos? Son una especie de fideicomisos constituidos para realizar inversiones en diversas empresas. Existen distintos fondos para diferentes tipos de inversión, pero los más comunes son los fondos de capital de riesgo, capital de crecimiento y capital privado. Los fondos de capital privado, o private equity en inglés, por ejemplo, suelen tener como objetivo obtener rendimientos en un plazo de cinco a diez años. El fondo fija un objetivo de capitalización e inicia el proceso de captación y levantamiento de fondos de inversores privados, conocidos como socios comanditarios o limited partners en inglés. Una vez reunido el capital, el equipo de gestión del fondo, o general partners en inglés, empieza a invertir bajo distintas estructuras. Este método ofrece ventajas significativas con respecto a los modelos de financiación proyecto por proyecto, tales como la alineación de incentivos con el equipo de gestión, plazos de inversión más rápidos, atracción de los mejores talentos en gestión de inversiones y una gobernanza menos burocrática.
El papel de los fondos de inversión en la reforma económica de Ecuador
Ecuador ha tenido una experiencia limitada con los fondos de inversión como política de modernización del Estado. A partir de 1998, el país introdujo constitucionalmente el ente denominado Fondo de Solidaridad, un fondo dueño de las empresas eléctricas cuyo objetivo era administrar y privatizar las empresas eléctricas a nivel nacional. Sin embargo, en 2008, los cambios políticos deshicieron gran parte de este progreso y el Fondo de Solidaridad fue disuelto.
Hoy en día, con el marco normativo actual, un fondo de capital privado podría tomar una participación minoritaria en las empresas públicas de Ecuador bajo el modelo de empresas de economía mixta. Con acuerdos de accionistas adecuados, los inversores privados podrían obtener el control de la gestión y reducir los riesgos operativos aplicando políticas de aumento de ingresos y reducción de costes. Al cabo de siete u ocho años, el fondo vendería su participación a inversores a largo plazo, tras haber reducido el riesgo operativo de las empresas y estabilizado sus finanzas.
Un fondo para las empresas eléctricas
Las implicaciones para Ecuador frente al proceso de venta de participaciones de las empresas públicas son claras: la reducción del tamaño del Estado mejoraría la sostenibilidad fiscal y disminuiría el perfil de riesgo del país, haciéndolo más atractivo para los inversores. El descuento sería mayor al momento de la compra que al de la venta. Tanto el sector público como el privado saldrían beneficiados. Los inversores privados podrían vender sus participaciones a un valor superior al que las compraron, mientras que el Estado vería aumentar el valor de su inversión.
La creación de este fondo es un ejercicio técnico que debe incorporar actores apolíticos, conocimiento nacional e internacional y una gobernanza sólida. Esta estructura permitiría a Ecuador atraer inversión bajo estructuras adecuadas en su relación riesgo-beneficio.
Una vez que los inversionistas en etapas tempranas desinviertan, el siguiente paso es que la economía disminuya el riesgo percibido mediante la implementación de políticas estables y fomentando un entorno de mercado más transparente y con un marco normativo que fomente la inversión privada. Esto permite que el país atraiga a inversionistas de largo plazo enfocados en la estabilidad.
La lección clave aquí es que los inversionistas iniciales, tolerantes al riesgo, no se dejan disuadir por las altas barreras. Al contrario, ven estos retos como oportunidades para obtener una ventaja inicial. Para países como Ecuador, atraer este tipo de capital significa aceptar que las primeras entradas pueden no ajustarse a las normas tradicionales de inversión. Sin embargo, es una contrapartida necesaria para situar al país en el radar de los futuros inversionistas.
El papel del gobierno para garantizar la inversión
La política gubernamental desempeña un papel fundamental en este proceso. Al ofrecer garantías iniciales o mecanismos de riesgo compartido —como préstamos respaldados por el Estado o garantías soberanas—, los gobiernos pueden hacer que las primeras inversiones resulten más atractivas para los inversores de alto riesgo. A medida que estos proyectos tienen éxito, crean estudios de casos que demuestran el potencial del mercado, atrayendo capital a largo plazo que, de otro modo, no habría considerado Ecuador.
Llamada a la acción
Los sectores de la electricidad y el petróleo de Ecuador han sido históricamente el botín de las élites políticas. Para evitar el mayor deterioro institucional y empresarial de estas empresas, es crucial construir una propuesta de inversión seria y no partidista. Esto debe implicar la colaboración entre el sector privado, el mundo académico y la sociedad civil para crear un plan estructurado que aborde la crisis energética de Ecuador. Esto contrasta con los anuncios vacíos y superficiales que promueven la inversión extranjera como solución sin entender los mecanismos que el sector privado usa y requiere como habilitantes.
Aunque Ecuador es un país de alto riesgo, también tiene un inmenso potencial de crecimiento. Mediante el desarrollo de estructuras de inversión sofisticadas y probadas en todo el mundo, Ecuador puede transformar la inversión privada de retórica vacía en una solución práctica. Este enfoque atraerá al tipo adecuado de inversores, aquellos que pueden reducir la dependencia del país de la deuda y liberar su potencial económico. (O)