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Para tener un mejor entorno no necesitamos profesionales exitosos, necesitamos personas que se consideren a sí mismas exitosas. Ellas se mantendrán fieles a sus convicciones y vivirán su éxito sin importar lo que haga o lo que piense la persona de alado.

10 Octubre de 2024 11.48

El éxito es una palabra muy ambigua. Según la Real Academia de la Lengua es el "resultado feliz de un negocio, actuación, etcétera". Ese resultado feliz nos ha puesto presión por más que sea una definición tan equívoca.  Por ello, es que la sociedad ha encaminado ciertas etapas o circunstancias como ejemplos de aquella definición de éxito. Estos hitos son por los que juzgamos o nos juzgan como personas dentro de una sociedad que no puede tolerar lo ambiguo, lo subjetivo, lo personalizado. 

Esta dualidad en donde las marcas apostaban por la personalización de sus productos y servicios; la sociedad nos forzaba a cumplir con las etapas exitosas de la vida. Muchas de ellas eran tener una carrera universitaria, tener un auto , comprar una casa, formar una familia, tener estabilidad financiera y muchas otras. Esa presión por llegar a esta forma estandarizada de ver la vida nos hizo olvidarnos de lo que realmente queremos y buscamos en este camino. Fuimos callando nuestra individualidad por cumplir con lo expuesto por la sociedad. 

¿Pero aquellas que han puesto un check a esa lista de éxitos se consideran realmente exitosas?

A lo largo de los años me cuestioné si esos hitos que nos vendían como parte de una vida exitosa me definían a mi realmente y a quienes me rodean. Entre lecturas, viajes, aciertos y errores llegue a la siguiente conclusión. Ese resultado feliz es tan único como nosotros. ¿Puede alguien considerarse exitosa por haber recorrido el mundo y no tener una casa propia ? Sí, claro que sí. Esas experiencias de viajar le pueden haber llevado a muchos resultados extremadamente felices mientras que estar estática en una casa propia no se lo hubiera permitido. 

Bajo nuestra perspectiva no podemos calificar los resultados felices de nadie porque tendremos un vacío, no tenemos la autenticidad de esa persona, ese ingrediente tan propio de cada uno. Sin embargo, eso no nos debe limitar la generosidad de alegrarnos por sus triunfos y celebrarlos como un acto en conjunto. 

Nadie puede juzgar qué tan exitoso eres. Solo tú lo puedes definir en función a tus propias metas, a lo que te motiva y lo que te alegra tus días. Dejémonos de comparar ni siquiera con la propia familia; porque aunque compartamos valores y principios, nuestros objetivos de vida pueden ser muy distintos, incluso opuestos. 

Para tener un mejor entorno no necesitamos profesionales exitosos, necesitamos personas que se consideren a sí mismas exitosas. Ellas se mantendrán fieles a sus convicciones y vivirán su éxito sin importar lo que haga o lo que piense la persona de alado. 

Esa pequeña diferencia hará un gran cambio. Quizás así logremos valorar más los productos hechos en Ecuador, tendremos mejores relaciones con quienes nos rodean y nos concentraremos más en nuestras propias metas. 

No esperes alcanzar el reconocimiento de tu entorno para sentirte exitoso y disfrutar tus logros. Quizás no tengas ni que compartirlo; simplemente hacerlo en tu día a día porque nadie más lo entenderá y lo valorará como tu. (O)

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