Por obvias razones no voy al peluquero, pero sí al barbero cada cierto tiempo. Mi barbero es un migrante venezolano que llegó a Ecuador huyendo del desastre económico en que se convirtió su país gracias a Chávez y Maduro. En Ecuador, con mucho esfuerzo y en sociedad con un amigo ecuatoriano, levantó su negocio en el que no deja de trabajar ni un solo día.
Hoy lo llamé para ver si me podía atender. – Claro, Arturo, yo te atiendo, hermano, pero dame un poco de tiempo que estoy buscando huevos. - ¿Cómo? – le pregunté. – Sí, Arturo, huevos, figúrate que me quieren cobrar por una cubeta de huevos 10 dólares. - ¡10 dólares!- exclamé sorprendido – Pero si una cubeta normalmente está entre 2 y 3 dólares. – Sí, hermano – me respondió – Pero es con este del paro me dicen que hay escases y que eso es lo que cuesta. Le deseé suerte y quedamos en una hora para vernos.
Cuando llegué a la barbería lo encontré indignado. – Coño, Arturo, no conseguí los huevos. Yo no puedo darme el lujo de pagar 10 dólares por 12 huevos. Habrá quien pueda hacerlo, pero yo no puedo, hermano. Este paro nos está matando, Arturo, nos está matando- me dijo desolado.
Y es que ese es justamente el problema, Leonidas Iza y la dirigencia indígena más radical parece que no pueden o no quieren entender que la paralización, el bloqueo de carreteras y la violencia a quienes más están afectando es a ese pueblo que dicen representar y defender. De acuerdo al gobierno, hasta el 26 de junio pasado, por motivo del paro se habían perdido 500 millones de dólares, mientras que en Quito, cada día, se pierden 25 millones.
Los sectores más afectados han sido el agrícola y el ganadero, así como las industrias láctea y florícola, que son justamente las que más empleo brindan a los indígenas y campesinos que éste dirigente dice defender. ¿Cómo van a seguir pagando a sus trabajadores o manteniéndolos en sus nóminas si es que no pueden generar ingresos con sus ventas suspendidas, con sus productos retenidos y pudriéndose?
Es cierto que Ecuador es un país inequitativo con grandes desigualdades y que las reivindicaciones del sector indígena han sido permanentemente postergadas. Es imperativo atender sus demandas, así como las de los sectores de la sociedad menos favorecidos. Que la presencia del Estado se sienta en los sectores más alejados, a los cuales la salud o la educación no llegan, pero ¿es paralizar el país la solución a esos problemas? ¿Dividir aún más a una sociedad de por sí polarizada va a aliviar la pobreza? ¿Quitarle recursos al estado con el incremento de los subsidios a los combustibles, la restricción de la minería y al mismo tiempo que se destine recursos a los sectores sociales, es la fórmula? ¿De dónde creen que el Estado, ya golpeado por 14 años del latrocinio correísta y la pandemia del COVID, va a obtener los fondos que se necesitan para eso?
¿O es pretender que se implemente un modelo económico extorsionando al gobierno, poniéndolo contra la espada y la pared y amenazando con más paralización y violencia si sus demandas no son atendidas, demandas, además, que Iza ha declarado innegociables? ¡Imposible llegar a acuerdos con personas que no buscan acuerdos!
Salvo, claro, que la intención sea otra, la de desestabilizar al gobierno a fin de ponerle fin y hacerse con el poder por vías no democráticas, para lo cual, ya vimos cómo se creó el escenario ideal para invocar un muerte cruzada que, para su pesar y el del correísmo, no prosperó. Sin embargo, las manifestaciones continúan y el enorme daño a la economía del país se sigue acentuando. ¿Cuándo será suficiente? ¿Qué es lo que pretenden ¿Llevar al país a una hecatombe económica? ¿Conducirnos a una crisis similar a la que Chávez y Maduro ocasionaron en su país y que obligó a migrar a mi barbero junto con cientos de miles de sus compatriotas? ¿Eso es lo que quiere Leonidas Iza? Bueno, ya dijo en su libro Estallido: “comunismo iberoamericano o barbarie”. (O)