Proceso de Consulta espinoso, atípico. En medio de vértigos: apagones con castigo de la naturaleza y denuncia de sabotaje; escalada criminal; procesos de fiscalía contra mafias corruptas; revuelo de anteriores miembros del Consejo de la Judicatura; captura violenta de Glas, revelaciones del caso Pólit. Clima enrarecido, apuestas con alto riesgo.
En las últimas semanas ha quedado al descubierto el triángulo mortal que nos ahoga: intereses políticos + operaciones narco criminales + corrupción. Tres tragedias que se refuerzan entre sí. Que emboscan, que desangran. Un todo único, tejido con prolijidad y mucho dinero.
La consulta nunca fue considerada perfecta. Sus costuras fueron evidentes: preguntas que sobran, preguntas que faltan, preguntas farragosas para gente sencilla. Proceso con exigua información, alto peso de propaganda, debate casi ausente, problemas estructurales intocados… Pero la consulta y sus números ya están entre nosotros. No tiene sentido llover sobre mojado.
Los resultados del domingo 21 han dado una amplia victoria al SÍ en las 9 preguntas del paquete de seguridad (entre 60% y 70%). De ellas destacamos por su trascendencia: la extradición (pregunta estrella), el endurecimiento de penas (sicariato, tráfico, lavado, delincuencia organizada, terrorismo, secuestro, minería ilegal), el apoyo permanente de las FA a la Policía, el traspaso al estado de bienes ilícitos o injustificados.
En el polo opuesto, ha triunfado el NO (más del 60%) en las preguntas sobre el trabajo por horas y el arbitraje internacional. Dos temas claves poco trabajados desde el gobierno. Dos temas que han sido bandera -no siempre informada a cabalidad- de la oposición correísta y la CONAIE.
La consulta, más allá de las preguntas y respuestas, implica una valoración del gobierno y el Presidente que las promueve. Es inevitable que así suceda en todos estos procesos. En el caso presente, la confianza entregada a Noboa entraña gran significación, desafío y responsabilidad. Tiene valor adicional considerando los factores externos que rodearon al proceso en los últimos días, especialmente los apagones y el incremento de la inseguridad.
SI ASÍ LLUEVE…
La lluvia ha sido la invitada inesperada. Se la invocado, ofrendado, rezado. En la emergencia que vive el país adquiere un rol estelar, material y simbólico: frescura, abastecimiento, fluidez, energía para todos.
Que llueva, que llueva… Evidenciar con pruebas inapelables el sabotaje denunciado. Por la gravedad y barbaridad del hecho. Por la obligación de dejar precedentes.… Que se suprima la retórica y la amenaza.
Que llueva, que llueva… Presentar hoy resultados concretos, nítidos de la guerra contra los narcos. Por la escalada de violencia, los muertos y heridos… Que se evite el desconsuelo y la sensación de pérdida.
Que llueva, que llueva… Mostrar estrategias para depurar instituciones, especialmente el sistema judicial, la Policía y los ministerios con cuadros de la oposición incrustados.… Que se detenga el cáncer de la corrupción.
Que llueva, que llueva…. Procesar el golpe respecto al trabajo por horas e idear nuevos caminos ya que el problema sigue vigente. Se precisan cifras con respaldo técnico… Que se acaben las contradicciones en la información.
Que llueva, que llueva… Construir sin dilación una política de comunicación, interna y exterior. Global, proactiva, creativa, oportuna…. Que se termine con la imagen de un estado indefenso, timorato, vulnerable, sin palabra.
No es momento para festejos ni campañas adelantadas. Precisamos paz y continuidad. Freno a los brincos entre consultas y elecciones. Fin de los sarcasmos y foco en las realizaciones. Refrescamiento del equipo de gobierno y logros concretos, que son el clamor de la coyuntura. Los resultados son la mejor carta de presentación para cualquier imagen o campaña que se quiera posicionar. La publicidad no los sustituye ni opaca.
Es importante anotar, que las confianzas no han desaparecido en el país. Según el último estudio de IPSOS, empresa de investigaciones, se mantienen altas respecto a los militares (73%), la iglesia (56%) y la empresa privada (52%). Hay credibilidad importante en la sociedad civil y el gobierno para sacar adelante al país.
Las apuestas de hoy necesitan puntería, oportunidad y contundencia. El país no puede vivir en campaña electoral permanente. Ellas deberían ser lo extraordinario y no la constante. Y por el lado de la ciudadanía, urgen también cambios de fondo. Por ejemplo: renunciar a hacer política en las redes sociales y retomar la presencia en las calles. De cara al público. (O)