El Ecuador se encuentra en una situación calamitosa. La política sin rumbo y totalmente lejana a su real razón de ser. La sociedad capturada por la inseguridad y el narcotráfico. Nos lo advirtió Pancho Huerta hace varios años, el Ecuador es un narco estado dirigido por narco políticos.
Es evidente que esta situación se produjo en el gobierno revolucionario, en el cual los nexos y relaciones con la insurgencia colombiana y los carteles latinoamericanos se consolidaron.
El retiro de la base de Manta, las pequeñas dosis de droga permitidas para el consumo, personas claves del gobierno tomando decisiones para que la droga pase a los puertos ecuatorianos desde Colombia, son acciones que convirtieron al Ecuador en un paraíso para la gestión narcodelictiva.
Llega mayo del 2021 y usted y su gobierno les dañan la fiesta y se pone a controlar seriamente esta situación. Se empeña en moralizar el país y controlar el flagelo. Tarea muy compleja, ya que los involucrados son asambleístas, militares, policías y los varios miembros y amigos de la revolución. Por otro lado, llega una Asamblea elegida popularmente, pero desprovista de valores, patriotismo e inteligencia. Y llega a defender las causas de los que deben ser capturados, encarcelados y abatidos.
El legislativo siempre fue un lugar de varias tendencias y posiciones políticas, donde cada bloque buscaba su interés dentro de un ejercicio de apoyo y oposición al gobierno de turno. Eso desapareció a inicios del siglo 21, la actual Asamblea es el brazo derecho de la corrupción, la impunidad y la incompetencia.
Nunca hemos tenido un legislativo tan malo, donde el bloque más numeroso sé asegura que el negocio delictivo continúe sin problemas para sus amigos. Socialcristianos jugando al mejor postor como de costumbre y la izquierda indígena perdiendo cada vez más su ideología y principios, acomodándose para conseguir únicamente lo que sus dirigentes necesitan, La ID perdida desde la salida de Borja y aportando poco.
La Tarea: tumbar al presidente de la República. El presidente se ha convertido en una verdadera molestia para el esquema planteado en la década podrida. Hay que buscar el apoyo de los mercenarios socialcristianos y de los siempre utilizados indígenas que caerán en la trampa una vez más.
El presidente ha sido llamado a Juicio Político y la alternativa que tiene a su disposición es la muerta cruzada. El presidente ha optado por asistir al pleno de la Asamblea y defenderse, hará su presentación, muy pocos le pondrán atención y votarán los 92 legisladores o más a favor de su destitución.
Sr presidente, los miembros de la Asamblea Nacional no tienen la mínima capacidad ni intención de hacer de este juicio un proceso legal y ético basado en las pruebas, esto no va a ocurrir.
Si su deseo es presentarse y ejercer su defensa, hágalo, pero tenga la generosidad con el pueblo del Ecuador de llamar a la muerte cruzada antes de que la sarta de bacterias que integran el legislativo, ejecuten lo que han estado planeando desde el primer día de su gestión.
Usted es presidente de la República y como lo mención en la cadena nacional es Guillermo Lasso Mendoza, un ecuatoriano con principios y valores. No use este proceso para defender su nombre, primero es presidente y se debe al Ecuador. Haga lo que se debe hacer, enviar a las ratas a sus madrigueras. La tranquilidad del país seguramente pide una sucesión democrática pero lo correcto es que los legisladores se vayan a sus casas. (O)
