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Resulta curioso que los males que aquejan al país y que son motivo de despecho y frustración para la clase empresarial local sean materia de estudio para grandes multinacionales de diferentes sectores. Se puede decir entonces que el Ecuador es una escuela para que altos ejecutivos se entrenen para superar toda clase de retos inimaginables en los negocios.

22 Abril de 2022 10.27

No es un secreto, pero vale volver a decirlo. Ecuador, en la última década al menos, se convirtió en una suerte de laboratorio para que grandes empresas de distintos países prueben las capacidades profesionales de sus altos ejecutivos.

Firmas de sectores estratégicos como el petróleo o la minería, grandes compañías de la industria de alimentos, empresas multinacionales del sector automotor o del mundo de los seguros. Estas y más saben que el Ecuador es una prueba de fuego para que sus gerentes desarrollen habilidades y talentos que a la larga servirán para que esos mismos ejecutivos y las empresas que representan sigan creciendo en el futuro, pero en otros mercados.

Cuando he conversado con estos altos mando surge la pregunta ¿Por qué Ecuador sirve para su preparación? ¿Qué tiene de especial nuestro país para que una empresa ubique a un CEO durante unos años y luego lo traslade a un mercado más desarrollado? 

Algunas de las respuestas son: “por la inseguridad jurídica que tiene el Ecuador”, “por la inestabilidad política que en un punto afecta a los negocios”, “porque es un mercado complicado de descifrar”, “por la constante incertidumbre del mundo de los negocios”, “por los niveles de corrupción que ponen a prueba los valores de nuestra empresa”. Palabras más, palabras menos, esas respuestas las he escuchado con frecuencia y con una mezcla de sorpresa e indignación.

Resulta curioso que los males que aquejan al país y que son motivo de despecho y frustración para la clase empresarial local sean materia de estudio para grandes multinacionales de diferentes sectores.  Se puede decir entonces que el Ecuador es una escuela para que altos ejecutivos se equivoquen pronto, conozcan de cerca la frustración de no poder avanzar según lo planeado, aprendan el sutil valor de la negociación y, en pocas palabras, se entrenen y estén listos para superar toda clase de retos inimaginables en los negocios.

Ahora viene la pregunta para los empresarios ecuatorianos. ¿Si tantas firmas extranjeras traen a sus ejecutivos para que aprendan en Ecuador, porque las empresas que nacieron y crecieron aquí no aplican una estrategia similar que les beneficie en lugar de tanto lamento?

Tal vez es porque ellos vienen solo por un tiempo y lo saben, pero para nosotros es una realidad con la que debemos convivir a diario.  Algo tiene el Ecuador y algo estamos entendiendo mal. Nosotros también podemos y tenemos que aprender de esas dificultades. Y si no lo creen vean a las empresas y sus ejecutivos que crecen, se equivocan y aprenden, a pesar de todo y con todo en contra. (O)

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