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Oponerse o negarse a su uso es absurdo. La IA llegó para quedarse tal como en el pasado aparecieron las máquinas de la revolución industrial, los vehículos que reemplazaron a las carretas o las computadoras.

29 Julio de 2024 08.34

La inteligencia artificial está cada vez más presente en el día a día de la humanidad, en mayor y menor grado. Basta mirar las diferentes industrias, así como los sectores productivos y sociales, la IA es la herramienta que se presenta como una panacea en distintas actividades que desarrolla el ser humano.

Está en la agricultura, en los servicios financieros, en la construcción y en el transporte. Los ejércitos ya la usan, también la academia y los emprendedores. ¿Alguien conoce algún sector que esté ajeno a la inteligencia artificial?

En estos días, dos de las redes sociales más utilizadas a escala global, como lo son Instagram y WhatsApp, acaban de incorporar un buscador que se vale de la inteligencia artificial para ayudar a los usuarios. También se encuentra en Zoom y en cientos de otras aplicaciones para diferentes usos. Está allí, en nuestra manos, al alcance todos.

Los cursos sobre esta materia se multiplican en empresas y los que más saben al respecto aprovechan la coyuntura para enseñar el mejor uso posible de cada herramienta de IA. Los usuarios nos sorprendemos, pero también  nos inquietamos y nos preguntamos hasta dónde afectará está revolución que facilita tareas básicas, pero que también demanda una debida preparación.

Oponerse o negarse a su uso es absurdo. La IA llegó para quedarse tal como en el pasado aparecieron las máquinas de la revolución industrial, los vehículos que reemplazaron a las carretas o la computadora que sustituyó a la máquina de escribir. Los beneficios y los impactos de esos cambios los conocemos todos. La tecnología siempre trae avances, nos agrade o no.

Todo esto no quiere decir que nos entreguemos a la inteligencia artificial, sin ninguna objeción. Las claves estarán en saber usarla y en no depender de ella para todo. Qué bonito que es dibujar, pintar, escribir, leer y entender un texto. Nada se compara a la sensación de planificar un producto y plasmarlo con la inteligencia humana. El cerebro humano es simplemente una maravilla y hay que seguir usándolo para hablar y para comunicarnos, para lanzar ideas, para aprender de los errores, para pensar.

En el uso de la IA también están en juego la educación y los valores de las personas, la ética y el bien común. La IA bien usada puede ayudar a solucionar problemas globales como la hambruna o el calentamiento global, pero también puede hacer mucho daño.

¿Podemos escapar de ella? Si. ¿Queremos escapar? Solo ustedes pueden responder.

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