La imagen de los políticos se ha venido a menos. Todos conocen y dan por cierto el dicho de que los políticos ni dicen los que piensan ni hacen lo que dicen, en otras palabras, el político es un mentiroso profesional. La fama de mentirosos les viene del incumplimiento de las promesas de campaña. Otro dicho famoso advierte que nunca se miente más que antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.
Además de mentirosos, los políticos son considerados corruptos, en una generalización comprensible vista la cantidad de denuncias y las fortunas desmesuradas que se atribuye a políticos que han pasado por el poder. A los políticos se les endilga una larga lista de vicios, desde los más banales como vagos, inútiles, vanidosos, hasta los más escabrosos como megalómanos.
Las anécdotas de la fauna política son escalofriantes como se puede advertir en las obras literarias basadas en la vida de caudillos y tiranos. En Latinoamérica tenemos una abundante colección como “Tirano Banderas”, “La sombra del caudillo”, “La Fiesta del Chivo”, “El Señor presidente”, “El otoño del Patriarca”, “La novela de Perón”, “Yo, el Supremo”, “Sombras nada más”. Podrían llegar a cien las obras literarias basadas en las tropelías de los tiranos. Los viejos monstruos sobreviven con nombres corrientes o nombres de santos: Fidel, Nicolás, Daniel, José Manuel.
¿Cómo sobrevivió la democracia a ese desfile de tiranos y caudillos? No sobrevivió. Se convirtió en un disfraz de las dictaduras. Se llaman democracias y celebran elecciones, pero nada tienen del sistema político que nació en Grecia; no son ni del pueblo ni para el pueblo los regímenes de Nicaragua, Cuba o Venezuela. En otros países la democracia agoniza porque los políticos han pervertido todo, y por supuesto los partidos políticos que debían ser escuelas de democracia, centros de formación de líderes, semilleros de funcionarios honrados y centros de pensamiento y preparación de programas de gobierno.
Sólo los partidos políticos pueden designar candidatos y de la calidad de los candidatos depende la calidad de los gobiernos; los partidos se convirtieron en mercancía que se vende o se alquila a vanidosos y soberbios que buscan el poder. Ecuador tiene cerca de trecientas organizaciones políticas para poner candidatos, entre todas tienen listas mentirosas de afiliados que superan el número de electores.
Un grupo de ciudadanos bajo la coordinación de “Participación Ciudadana” ha concebido la idea de rescatar a los partidos políticos proponiendo unas reformas que serán presentadas al debate de las organizaciones políticas, la academia, los medios de comunicación, los gremios y las organizaciones sociales, antes de presentar al Consejo Nacional Electoral y la Asamblea Nacional. Algunas de esas reformas con las que inician la cruzada de rescate de los partidos políticos son:
- Que los Partidos Políticos sean de carácter nacional y los movimientos políticos sean de carácter provincial y que sólo los partidos de carácter nacional puedan presentar candidatos para la presidencia, vicepresidencia, asambleístas y parlamentarios andinos.
- Que los partidos políticos y los movimientos presenten copias certificadas de la ficha de afiliación de al menos el 0.3% de los empadronados en el registro electoral de la última elección a nivel nacional y provincial respectivamente.
- Que la designación de candidaturas se realice en primarias cerradas con voto libre, secreto y directo. Que no voten quienes no consten en los padrones.
- Que las directivas de los partidos sean elegidas por un período de dos años con una sola reelección. Si los partidos no se renuevan sean eliminados del registro de partidos.
- Que las organizaciones políticas se extingan si hay inactividad manifiesta, no presenten candidatos para presidente y vicepresidente o no reporten el número de afiliados.
- Que durante el período de campaña electoral esté prohibida para todas las instituciones públicas la difusión de publicidad.
- Que el Consejo Nacional Electoral no realice conteos rápidos o encuestas a boca de urna. Que se dedique exclusivamente el escrutinio oficial y la difusión de sus resultados.
Son pocas reformas que permitirían iniciar una campaña de recuperación de los partidos para intentar que los jóvenes hagan militancia partidista y producir el relevo necesario de la clase política, pero con una visión nueva de servicio público y no por afán de poder o afán de riqueza que han sido los móviles perversos de la política. Reformas que pretenden evitar que los caudillos y los tiranos vuelvan a poblar América Latina y nuestro país. (O)